A mí me gusta que de los relojes, de frente se vea la esfera (y el bisel, claro) y las asas; en todo caso el protector de corona.
Pero rodear el reloj de metal (¿para qué?) me parece añadir volumen innecesario.
Por eso el 007 es lo que es, sencilla y estéticamente cumplido en su simplicidad, lo que lo hace más ligero y permanente pues no parece que pase de moda. Los aumentos vacíos de volumen, sin aplicación técnica al final se ven como raros.
Recuerdo el Hiundai coupé, o el Terracán, aquellos dotados de "bolas" en todo su contorno. Los miras ahora diciendo... ¡qué antiguo, ¿a mí me gustaba eso?! y ves un reloj de los 40, 60... y los hay que no te pondrías y los hay que seguirán siendo bonitos.
De gustos cada cual escribe su libro. Y a lo largo del tiempo podría criticarse las contradicciones de cada cual. Todos las tenemos. Pero a veces, también, podemos ser autocríticos y valorar que hay cosas, las inútiles especialmente, son prescindibles. Igual digo que mangas con lazos que se meten en el plato de sopa cuando pasas el pan (mi mujer tuvo una ropa así), que pantalones que muestran las nalgas solo tapadas por calzoncillos de marca, como también extraño resulta ese pantalón de perneras cortas y tiro enorme de simiesca apariencia de gran reciente éxito y ya por fortuna desaparecido.
Lo del reloj, ni de lejos llega ahí. Pero insisto, cuanto más sencillo, mejor.
"cuando una forma se desborda y permanece es arte" (leído en un anuncio de Galería de los Mundos, Pamplona, años 70). Esto contradice a la moda, que precisamente es lo que de forma asilada prefiere el conjunto de personas de un determinado ámbito. Personas que luego preferirán otra cosa. Y que por lo tanto no permanece. Y por tanto... no es arte según esa definición que me parece suficiente en mi opinión. Y como habrá otras, dejo esas otras opiniones al arbitrio de quien las emita, y con mi máximo respeto hacia ellas.