Bueno, aparte de la broma babeante de mi post anterior, (uno ya no está ni para ligar, con quedarme como estoy me conformo), hay que pensar que los lujos, lo "inalcanzable" no es siempre lo deseable, aunque utópicamente sí. Yo no me imagino yendo a Mercadona en Bugatti. O al Carrefour ("carreful"). Pero si veo uno le hago fotos. Vivo desde el exterior la admiración por las cosas casi perfectas.
Yo ni me imagino que tiene que ser una vida en una mansión de 120 habitaciones y 26 salones, seis cocinas y 180 cuartos de baño. Pero cuando voy a ver un palacio le hago fotos, y disfruto evocando lo que en otro tiempo fue, o cómo se viviría allí, exento de toda privacidad, sin poder pasear en calzoncillos si te daba la gana. Pero no dejo de admirar el lujo, y entiendo que haya mucha gente que haga visitas guiadas a los palacios de antaño. (Sin embargo me dejó muy gratas sensaciones el del marqués de Cerralbo,-Madrid- dicho por ejemplo, como persona que no diferiría mucho de mí en cuando a la forma de ver la vida).
Yo estuve años y años comprando revistas de náutica. Allí se describían modelos caros y baratos, históricos y lujosos. El más ansiado fue un "Bowman 57" cuyos catálogos pedí, y que me tuvieron soñando años y años. Nunca he visto uno. Me conformé con un Dehler 39 con el que me llegó el turno. Y no pude con un Sweden Yatchs 38, ni con un Swan 40, mis otros sueños semialcanzables. Ahora no navego nada, auqnue sigo con él. En tiempos vivía más en el barco que en casa. Pero he disfrutado mucho.
En música, me inicié con un "musical fidelity" cl. A de 50W. Hoy a pedazos, poco a poco, me digno de tener un equipo high end (en peso neto de transporte se acerca a los 120 kilos, imaginad el cobre que llevan sus componentes) de los que hace disfrutar como si estuvieras allí. Y... que uso menos de lo que merece. Creo que cuando he llegado a redondear el sonido, es cuando oigo con auriculares el móvil. (¡¡¡!!!)
En fin, Ni tengo unas pantallas Nautilus, ni una etapa McIntosh, ni mis pantallas son electrostáticas; me planté. Pero a veces me meto en la Web de las marcas punteras y leo, leo, leo y luego imagino. Disfruto vaya. Estar al día es parte de ello.
Por eso mi post inicial. Al final cuando vamos de viaje visitamos los museos de las ciudades ajenas a la nuestra, donde no vamos, claro. Y en ellos admiramos cosas que son de otros, que nunca tendremos.
Cuando compramos un libro de viajes vemos fotos sacadas desde puntos de vista que no tendremos casi nunca.
Y sobre todo cuando hablamos con personas, con ciertas personas, sentimos que nos aporta un punto de vista sobre la vida que no coincide con el nuestro, o que lo ilumina.
En fin. Cosas mías. Rollos míos... (Aunque sé que alguien se apunta a estas cosas).