Ya… pero ahí hay más un tema de admiración e imitación y en la caricatura occidental del asiático, históricamente, de burla. La manera del japonés de integrar cosas que admira de otras culturas es extraña, muy suya y bastante antigua. Primero, cómo absorbieron y reinterpretaron lo chino, luego lo occidental. En la famosa época Sengoku, s.XVI, cuando llegaron los jesuitas portugueses y lo occidental, ya hubo un pequeño furor por lo europeo (además de asumir el teppo, el rifle, que eso de samurais combatiendo a espada pudiendo matarse más y mejor nada). Algunos daimyō como el famoso Oda Nobunaga, tenían muebles europeos, bebían vino o llevaban capote; son maravillosas esas armaduras completas, como una que perteneció al propio Nobunaga y otra a Tokugawa Ieyasu nada menos, que son una perfecta simbiosis entre lo japonés y lo occidental: peto y espaldar tipo europeo com hombreras y falderas japonesas, casco estilo morrión pero con guardas de kabuto… una armadura samurai a lo occidental… exactamente igual que esos rasgos “occidentalizantes” del manga y la cultura popular, cuyo trasfondo en cambio es muy japonés. Pero lo que se esconde es una admiración y deseo de incorporar eso a su cultura adaptándolo, como hacían los romanos con lo griego, porque cuando los japoneses se ponen ofensivos históricamente con los chinos, los koreanos, los propios Ainu… se pasar cincuenta pueblos, tanto o más que los europeos. Y por otra parte, la japofilia y admiración occidental no creo que les moleste en absoluto. Pero si nos mofamos del seppuku o de algo muy suyo, no creo que les haga gracia, como a todo hijo de vecino.
Es un tema complejo de todas formas, muy complejo, y no creo que se pueda reducir solo decir que el otro es el que tiene piel fina.
Ver el archivos adjunto 3327701
Ver el archivos adjunto 3327702