Paso
Forer@ Senior
Sin verificar
Nada menos que un RELOJ, de los de verdad, de los de antes...
Podría empezar diciendo que no tengo palabras, pero ello no sería cierto, pues tengo y muchas para dejar patente la altura –no sólo física- sino humana de nuestro compañero en el foro y excepcional amigo mío Augusto, con el que me enorgullezco de compartir desde hace tiempo afición y amistad hasta un grado sencillamente improbable en los tiempos que corren.
Se ha hablado largo y tendido durante estos días sobre esos pequeños, o no tan pequeños, sobresaltos y desatinos que deja entrever algunas veces el que ahora llamamos Foro de Compraventa (FCV), que no es nada más, en definitiva, que consustancial a su propia naturaleza y a la de los que lo vienen/venimos utilizando y, sin embargo, considero que se ha hecho menos hincapié en las bondades que su uso, tanto desde la perspectiva de comprador como de vendedor, nos ha proporcionado a muchos y, a casi todos, con su seguimiento más o menos interesado.
Desde estas líneas deseo dejar patente que a través de dicho medio, entonces no constituido formalmente como tal foro, fue como contacté por primera vez con Augusto cuando, con ocasión de ofrecer en venta un Zenith NOS de los años 70 y de 36.000 a/h, Augusto se interesó por él y decidió quedárselo. No creo que ninguno de los dos sospecháramos entonces que una acción tan “comercial” y “rutinaria” pudiera dar pié al origen de una férrea amistad de la que me complazco en disfrutar y alimentar y, por qué no, en airear a los cuatro vientos.
Bueno, pues ya veis que eso del FCV y el foro mismo, puede llegar a ser mucho más que el origen de un reloj o que el enriquecimiento sobre los conocimientos que alberga esta afición así que, su mantenimiento y cuidado –por parte de todos- me parece esencial.
Pero bueno, no quiero irme por las ramas ya que el objeto de mi post radica esencialmente en agradecer una vez más, y esta vez públicamente, con la mayor solemnidad y mejor forma que ello implica, el gesto sin par que mi buen amigo Augusto tuvo para conmigo hace unos días, tras visitarle en su casa y todavía bajo los buenos efluvios de un arroz a banda que tuvimos a bien meternos entre pecho y espalda, siguiendo las maestras directrices gastronómicas marcadas por ese valenciano de pro que es Augusto y que entre cuyos conocimientos ínter disciplinares ocupa un buen lugar el saber “dónde, cómo, cuándo y cuánto” de una buena paella.
Pues bien, tras esas delicias, apetecibles hasta por el menos hedonista de los mortales y ya de regreso a su casa, plácidamente y bien sentados en el comedor, me dejó admirar varios de sus relojes de bolsillo, a cuál más bello representante de la quintaesencia de lo que en tiempos fuera la más habitual forma de consultar las horas de los días en su transcurrir cotidiano, y lo más hermoso: todos de origen familiar…
Como podéis observar hasta aquí, no poco, pero nada fuera de lo que dos buenos amigos y aficionados a los relojes pueden y deben compartir, pero es que lo más formidable vino cuando Augusto, con esa seriedad “postiza” que tan sólo él puede interpretar y, seguramente percatado de mi cara de “tonto de baba” con la mirada fijada en un bicompax mono pulsador de bolsillo, casi me lo arrebató de las manos, al tiempo que sentenciaba: ¡este reloj es para ti!
Francamente, lo primero que pensé es que estaba de broma, pero su cara de “serio postizo” seguía fija, acaso matizada por trazos casi amenazadores, así que mi segundo pensamiento fue el de que aquélla deliciosa paella había causado estragos en su razón por lo que, haciendo acopio de toda mi buena y honesta voluntad, me resistí hasta caer rendido ante la tozudez de ánimo de mi buen amigo Augusto sólo superada por su gran corazón, de calibre tan absolutamente inusual como el que albergaba el precioso reloj con el que tuvo a bien agasajarme.
Pero como es de justicia decirlo todo, debo añadir que no fue tan absolutamente gratuito como pudiera pensarse al tratarse de un regalo, ya que me puso un precio: “tan sólo quiero, a cambio, que le hagas unas fotos al reloj” –me dijo-, así que aquí os brindo el precio pagado por él, después de cambiarle el cristal y pasar una casi innecesaria revisión y engrase.
Una preciosa esfera de porcelana inmune al paso del tiempo
Manecillas azuladas y enrojecida la del segundero del crono
Como todos los cronógrafos su vista, con cierta perspectiva, resulta encantadora
Bueno, vayamos abriendo las tapas traseras, que es donde está el meollo de la cuestión…
Caja de plata maciza en un estado fantástico
Detalle de la tapa interior
Desconozco su calibre, aunque bien pudiera ser de origen Valjoux, y sólo me resta por añadir que perteneció al propietario de un molino de arroz a principios del siglo pasado, es decir, no tan sólo una pieza histórica en cuanto a la relojería se refiere sino que, además, posee su propia biografía, casi nada…
Como se puede observar en las anteriores fotografías, eso sí que es una Rueda de Pilares: ENORME
Gracias Augusto: posees en tu interior un calibre único e irrepetible –como todos- pero el tuyo es de auténtica manufactura de alta relojería y con sello de Valencia que, para estos menesteres, supera con creces al de Ginebra, lo que no es nada fácil de encontrar en estos tiempos. Un fuerte abrazo.
Saludos a todos.
Podría empezar diciendo que no tengo palabras, pero ello no sería cierto, pues tengo y muchas para dejar patente la altura –no sólo física- sino humana de nuestro compañero en el foro y excepcional amigo mío Augusto, con el que me enorgullezco de compartir desde hace tiempo afición y amistad hasta un grado sencillamente improbable en los tiempos que corren.
Se ha hablado largo y tendido durante estos días sobre esos pequeños, o no tan pequeños, sobresaltos y desatinos que deja entrever algunas veces el que ahora llamamos Foro de Compraventa (FCV), que no es nada más, en definitiva, que consustancial a su propia naturaleza y a la de los que lo vienen/venimos utilizando y, sin embargo, considero que se ha hecho menos hincapié en las bondades que su uso, tanto desde la perspectiva de comprador como de vendedor, nos ha proporcionado a muchos y, a casi todos, con su seguimiento más o menos interesado.
Desde estas líneas deseo dejar patente que a través de dicho medio, entonces no constituido formalmente como tal foro, fue como contacté por primera vez con Augusto cuando, con ocasión de ofrecer en venta un Zenith NOS de los años 70 y de 36.000 a/h, Augusto se interesó por él y decidió quedárselo. No creo que ninguno de los dos sospecháramos entonces que una acción tan “comercial” y “rutinaria” pudiera dar pié al origen de una férrea amistad de la que me complazco en disfrutar y alimentar y, por qué no, en airear a los cuatro vientos.
Bueno, pues ya veis que eso del FCV y el foro mismo, puede llegar a ser mucho más que el origen de un reloj o que el enriquecimiento sobre los conocimientos que alberga esta afición así que, su mantenimiento y cuidado –por parte de todos- me parece esencial.
Pero bueno, no quiero irme por las ramas ya que el objeto de mi post radica esencialmente en agradecer una vez más, y esta vez públicamente, con la mayor solemnidad y mejor forma que ello implica, el gesto sin par que mi buen amigo Augusto tuvo para conmigo hace unos días, tras visitarle en su casa y todavía bajo los buenos efluvios de un arroz a banda que tuvimos a bien meternos entre pecho y espalda, siguiendo las maestras directrices gastronómicas marcadas por ese valenciano de pro que es Augusto y que entre cuyos conocimientos ínter disciplinares ocupa un buen lugar el saber “dónde, cómo, cuándo y cuánto” de una buena paella.
Pues bien, tras esas delicias, apetecibles hasta por el menos hedonista de los mortales y ya de regreso a su casa, plácidamente y bien sentados en el comedor, me dejó admirar varios de sus relojes de bolsillo, a cuál más bello representante de la quintaesencia de lo que en tiempos fuera la más habitual forma de consultar las horas de los días en su transcurrir cotidiano, y lo más hermoso: todos de origen familiar…
Como podéis observar hasta aquí, no poco, pero nada fuera de lo que dos buenos amigos y aficionados a los relojes pueden y deben compartir, pero es que lo más formidable vino cuando Augusto, con esa seriedad “postiza” que tan sólo él puede interpretar y, seguramente percatado de mi cara de “tonto de baba” con la mirada fijada en un bicompax mono pulsador de bolsillo, casi me lo arrebató de las manos, al tiempo que sentenciaba: ¡este reloj es para ti!
Francamente, lo primero que pensé es que estaba de broma, pero su cara de “serio postizo” seguía fija, acaso matizada por trazos casi amenazadores, así que mi segundo pensamiento fue el de que aquélla deliciosa paella había causado estragos en su razón por lo que, haciendo acopio de toda mi buena y honesta voluntad, me resistí hasta caer rendido ante la tozudez de ánimo de mi buen amigo Augusto sólo superada por su gran corazón, de calibre tan absolutamente inusual como el que albergaba el precioso reloj con el que tuvo a bien agasajarme.
Pero como es de justicia decirlo todo, debo añadir que no fue tan absolutamente gratuito como pudiera pensarse al tratarse de un regalo, ya que me puso un precio: “tan sólo quiero, a cambio, que le hagas unas fotos al reloj” –me dijo-, así que aquí os brindo el precio pagado por él, después de cambiarle el cristal y pasar una casi innecesaria revisión y engrase.
Una preciosa esfera de porcelana inmune al paso del tiempo
Manecillas azuladas y enrojecida la del segundero del crono
Como todos los cronógrafos su vista, con cierta perspectiva, resulta encantadora
Bueno, vayamos abriendo las tapas traseras, que es donde está el meollo de la cuestión…
Caja de plata maciza en un estado fantástico
Detalle de la tapa interior
Desconozco su calibre, aunque bien pudiera ser de origen Valjoux, y sólo me resta por añadir que perteneció al propietario de un molino de arroz a principios del siglo pasado, es decir, no tan sólo una pieza histórica en cuanto a la relojería se refiere sino que, además, posee su propia biografía, casi nada…
Como se puede observar en las anteriores fotografías, eso sí que es una Rueda de Pilares: ENORME
Gracias Augusto: posees en tu interior un calibre único e irrepetible –como todos- pero el tuyo es de auténtica manufactura de alta relojería y con sello de Valencia que, para estos menesteres, supera con creces al de Ginebra, lo que no es nada fácil de encontrar en estos tiempos. Un fuerte abrazo.
Saludos a todos.