Amplio info. Ayer hablé con mi tio, el que me regaló el Thermidor, del dichoso reloj y os lo cuento aquí por cerrar anécdota. Me confirmó la marca y amplió con historias que yo desconocía o había olvidado. El Thermidor me lo regaló cuando tenía unos ocho años. Entre las mil perrerías que le hice, una, por ejemplo, fue usarlo como cebo para pulpos (¿?) cuando le acompañaba en Laredo a pescarlos. Fue finiquitado, eso si lo recordaba bien, en una “prueba de aterrizaje” desde uno de los descansillos de la espléndida escalera de caracol del Hospital de Cruces.
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Curiosamente seguía dando la hora (¿estábamos ante el G-Shock español?), pero en tal estado que no solo mi padre lo hizo desaparecer sino que fue el causante de que ni me comprara ni permitiera que me regalara nadie reloj de comunión.
Sin este hilo (y el complementario de @
English87 sobre los relojes que comparte con sus hijos), es probable que no hubiera tenido jamás esa conversación con mi tio y, probablemente, los ya borrosos matices de ese recuerdo se hubieran diluido aún más. Para mi, las historias de los relojes, y las emociones que las habitan, son la médula de este foro; gracias de nuevo, @
David Bio , por impulsar esta mia.
Saludos.
, valoro la genialidad de ese niño, quizás osado y temerario para sus adultos, pero, desde mi otra pasión, la naturaleza, ese niño tenía maneras de biólogo 😉 Gracias de veras por compartir esta historia, bien podría formar parte de un relato de un niño-adolescente travieso, como ahora lo forma en este foro, trascendiendo el objetivo del propio hilo. Así que encantado de haber tenido que ver algo, un poquito, en tu investigación familiar, y que ahora lo compartas.
