6aly
Habitual
Sin verificar
En eso estamos preparando el regalo de cumpleaños para un coleccionista de relojes, le estoy haciendo el Watch Winder de Galy, acompañado de un poema de Luis Cortázar, el reloj.
Cargador de relojes automáticos, con el podremos comprobar la buena carga de relojes automáticos, y reserva de marcha.
Acomodamos los relojes a cargar dentro de la media cestilla inferior, los protegemos con burbujas, bajamos la otra media cestilla, apretamos el tornillo y nos aseguramos de que los relojes quedén bien acomodado, apoyamos sobre un trozo de madera, el cargador y centrifugamos durante unos cinco minutos, si los relojes cargan bien, lo sabremos transcurridas unas 10 horas si el reloj sigue funcionando. y si se paró antes habrá que buscar la incidencia.
Poema de Luis Cortázar, el reloj.
Preámbulo a las instrucciones para dar cuerda al reloj
Piensa en esto: cuando te regalan un reloj te regalan un pequeño infierno florido, una cadena de rosas, un calabozo de aire. No te dan solamente el reloj, que los cumplas muy felices y esperamos que te dure porque es de buena marca, suizo con áncora de rubíes; no te regalan solamente ese menudo picapedrero que te atarás a la muñeca y pasearás contigo. Te regalan -no lo saben, lo terrible es que no lo saben-, te regalan un nuevo pedazo frágil y precario de ti mismo, algo que es tuyo, pero no es tu cuerpo, que hay que atar a tu cuerpo con su correa como un bracito desesperado colgándose de tu muñeca. Te regalan la necesidad de darle cuerda todos los días, la obligación de darle cuerda para que siga siendo un reloj; te regalan la obsesión de atender a la hora exacta en las vitrinas de las joyerías, en el anuncio por la radio, en el servicio telefónico. Te regalan el miedo de perderlo, e que te lo roben, de que se te caiga al suelo y se rompa. Te regalan su marca, y la seguridad de que es una marca mejor que las otras, te regalan la tendencia de comparar tu reloj con los demás relojes. No te regalan un reloj, tú eres el regalado, a ti te ofrecen para el cumpleaños del reloj.
Cargador de relojes automáticos.
Cargador de relojes automáticos, con el podremos comprobar la buena carga de relojes automáticos, y reserva de marcha.
Instrucciones de uso.
Acomodamos los relojes a cargar dentro de la media cestilla inferior, los protegemos con burbujas, bajamos la otra media cestilla, apretamos el tornillo y nos aseguramos de que los relojes quedén bien acomodado, apoyamos sobre un trozo de madera, el cargador y centrifugamos durante unos cinco minutos, si los relojes cargan bien, lo sabremos transcurridas unas 10 horas si el reloj sigue funcionando. y si se paró antes habrá que buscar la incidencia.
Poema de Luis Cortázar, el reloj.
Preámbulo a las instrucciones para dar cuerda al reloj
Piensa en esto: cuando te regalan un reloj te regalan un pequeño infierno florido, una cadena de rosas, un calabozo de aire. No te dan solamente el reloj, que los cumplas muy felices y esperamos que te dure porque es de buena marca, suizo con áncora de rubíes; no te regalan solamente ese menudo picapedrero que te atarás a la muñeca y pasearás contigo. Te regalan -no lo saben, lo terrible es que no lo saben-, te regalan un nuevo pedazo frágil y precario de ti mismo, algo que es tuyo, pero no es tu cuerpo, que hay que atar a tu cuerpo con su correa como un bracito desesperado colgándose de tu muñeca. Te regalan la necesidad de darle cuerda todos los días, la obligación de darle cuerda para que siga siendo un reloj; te regalan la obsesión de atender a la hora exacta en las vitrinas de las joyerías, en el anuncio por la radio, en el servicio telefónico. Te regalan el miedo de perderlo, e que te lo roben, de que se te caiga al suelo y se rompa. Te regalan su marca, y la seguridad de que es una marca mejor que las otras, te regalan la tendencia de comparar tu reloj con los demás relojes. No te regalan un reloj, tú eres el regalado, a ti te ofrecen para el cumpleaños del reloj.
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