P
perry mason
Milpostista
Sin verificar
Buenas noches,
Pues casi 14 años después, con este hago mil mensajes en el foro, y presento mi caja en su configuración actual (que como todos sabemos, puede cambiar de un día para otro), aunque bien es cierto que he ido afinando los gustos.
Aunque siempre me ha gustado llevar reloj, y desde pequeñito siempre he tenido un Casio abrochado en la muñeca (y luego en la universidad algún Viceroy crono de titanio o un Fossil), no fue hasta que me compré mi primer reloj mecánico (allá por 2011, un Seiko 5 Military) cuando me di cuenta de que esto era una afición, y que se podía tener más de uno, y los intríngulis y curiosidades que pueden surgir de cada modelo.
Aunque luego los presentaré de uno en uno, os diré que están organizados según han ido llegando a mi vida (de izquierda a derecha, y de arriba a abajo):
1. Seiko SKX009J1 (2011)
Fue mi segundo automático (el primero fue el Seiko Military que me acompañó durante unos años, pero que al final, entre falta de precisión y un porrazo que se llevó que rompió el cristal trasero, me llevó a deshacerme de él, no sin posterior arrepentimiento). En aquellos momentos pensaba que con el Military para invierno, y el SKX para verano, estaba más que arreglado, y casi sentía como una travesura tener más de un reloj.
Por este SKX terminé en este foro, para investigar sobre el problema de descentrado de bisel interno, agujas y demás, cosa que luego me tranquilizó saber que era habitual en los estos Seiko de mercado gris (que ésa es otra, la época bonita de cazar relojes en Singapur, China y similares por cuatro perras, y además hacer el seguimiento del envío desde la otra punta del mundo, cruzando dedos para que no lo parara aduanas). Era la época en la que empecé con las compras por internet, y me parecía una aventura.
De este SKX, es un reloj tan simple y que, a pesar de sus defectos, queda tan bien, que es un fijo en mi colección. He tenido muchos Seikos, de muchas gamas y diferentes calibres, pero éste es el único que ha permanecido conmigo, y que no creo que salga nunca. Es el reloj que utilizo para bañarme en verano en piscinas y playa.
Entre este reloj que compré en 2011 y el Tudor que aparece a continuación, de 2017, fue donde entraron y salieron la mayor parte de los relojes que compré durante mi época de exploración, principalmente cronos rusos o grillos Poljot, Sturmanskie, relojes alemanes como Sinn o Junkers, micromarcas como el Speedbird de Timefactors, Seikos (SARBs, Alpinists, Monsters, 5s), Hamiltons...
En esa época todavía no se habían disparado los precios, y era fácil probar unos y otros relojes. Se compraban relojes a buen precio, tanto en el foro como en otras plataformas como Ebay, y luego salían también fácilmente para seguir su camino con otras personas. En estos tratos es donde he aprendido a investigar sobre cada reloj, y donde he podido coincidir con personas maravillosas, con las que compartir afición (creo que muy poca gente tiene la suerte de compartir esta afición con su gente cercana).
2. Tudor Black Bay 36 (2017)
He aquí mi reloj más significativo, por demasiadas cosas. Fue mi primer reloj BUENO. Me enamoré de él cuando lo vi. Di con él cuando iba yo buscando un Explorer 36 (que también tendría después, y que también saldría, desbancado por este Black Bay). Mi mujer (entonces novia) me lo regaló como regalo de pedida, y es el reloj que tendría como único reloj. A partir de este reloj, todos los demás que tengo sobran, son puro vicio innecesario.
Este reloj es el que llevo en todos los eventos que hago con mi familia y con la gente que quiero. Lo llevaba cuando nacieron mis dos hijas (de hecho, cuando nació la pequeña, apuntaron la hora de nacimiento de mi reloj, puesto que el reloj del paritorio estaba parado y el mío era el único que había), y es el reloj que quiero que digan "éste era el de mi padre". Es también el que más tiempo pasa en mi muñeca, a veces 2 meses sin bajarse.
En aspectos técnicos, creo que tiene un calibre Tudor 2824 (que 8 años después está en +3 segundos), siendo el 2824 mi fetiche. La calidad de la esfera es magnífica, y el brazalete, aunque alguna vez pellizca, es francamente cómodo. Me encantan sus detalles distintivos de este reloj que tanta gente odia, como la aguja snowflake, o el tubo de la corona. No me convencen las nuevas versiones de este modelo, y pienso que la versión inicial es más auténtica.
Finalmente, fue el reloj que me introdujo en los 36ers, y además, de lleno. Al punto de que terminé por vender casi todos los relojes de más de 38mm, y empezar a buscar cosas de 35-36mm. Es el mejor tamaño (para mí).
3. Citizen Promaster Sky Chronograph (2017)
Este reloj fue un regalo de mi tío y padrino, que es con quien tengo muchas afinidades en temas ingenieriles, de mecánica y coches. Mi tío siempre ha tenido su colección de relojes, y en mi comunión ya me regaló un Camel Trophy (que tengo guardado en casa de mi madre, como nuevo, y que tengo que incluir en mi rotación). En este caso, me lo regaló por mi boda, como un regalo personal de él hacia mí. Está requetecargado de tecnología, que es precisamente lo que tanto le gusta a mi tío, que ya de pequeñito acostumbraba a ir por la calle con un destornillador (y alguna lió por Valencia cambiando la configuración de los semáforos).
Si bien no es el tipo de reloj que a priori yo habría elegido para mí, por su tamaño (que creo que son 44mm de diámetro para mis 16,5 cm de muñeca) o por la esfera tan sobrecargada que tiene, me gusta ponérmelo en primavera, y me queda sorprendentemente bien. Además, es de los que más cumplidos me dicen.
4. Casio G-Shock 5600BB Allblack (2017)
Siempre quise tener un G-Shock. No tengo ni idea de módulos, ni de las particularidades que hacen especial a unos respecto a otros. Me gustó esta configuración en All Black, y con los dígitos en negativo (que tanta gente odia, pero que yo creo que le da su puntillo).
Este reloj lo compré en Tailandia durante mi viaje de novios (mi mujer se compró un Baby-G), y fue el caprichito que me di en aquella ocasión. Tiene la particularidad de que la correa que tiene es de Cordura, en lugar de la habitual de resina.
Lo utilizo cuando me voy de inspección a campo, que tampoco es que sufra ni sea algo de riesgo, pero ése es el rol que le he asignado, y me gusta relacionarlo con eso. Queda muy táctico.
5. Grand Seiko SBGX259 (2017)
Otro de 2017. Lo compré después de verano a un forero que lo tenía como nuevo. Lo compré como la típica compra sin meditar, de capricho, y que casi piensas que venderás al poco de comprar. Más por curiosidad de probar que por tenerlo en mi colección.
El problema es que desde el principio, me di cuenta de lo maravilloso que es este reloj. Es francamente insípido y soso en las fotos de catálogo de Grand Seiko, pero en directo es un verdadero espectáculo de luces. Tiene una esfera blanco nieve que bien podría ser porcelana, con las grafías de Grand Seiko ligeramente por debajo de la superficie (a mí me encanta esa tipografía, parece que siendo japonés no pega, pero al haber estado en Japón, me dio la impresión de que los relojes lo toman como algo mucho más clásico que aquí). En este reloj, todo está perfectamente cuidado: la segundera es increíblemente precisa, clavando cada segundo. Las agujas y los índices están trabajadas de modo que reflejan cualquier rayo de luz, y le dan una tridimensionalidad al conjunto de la que adolece la esfera tan plana.
Me hace gracia ver cómo el relojero al que llevo a que le cambie la pila (Herminio) se queda embobado mirando el movimiento cada vez que lo abre. Me dice que me quede con ése y que venda todos los demás.
El brazalete no tiene los cierres modernos ajustables que hay ahora, ni se estrecha en la parte central. Sin embargo, está trabajado muy suave, y es muy agradable tener el reloj puesto, abrazando la muñeca de una forma que no consiguen otros relojes.
He estado tentado de venderlo en alguna ocasión, ya que he tenido otros Longines Flagship, Présence y similares que han competido con él por el puesto de "reloj de oficina o de reuniones". Al ponerlos uno al lado del otro, todos los Flagship y Présence han terminado desfilando fuera de casa.
Como he dicho, es el reloj que me llevo cuando me voy de reunión de traje.
6. Hamilton Khaki WW2 (2018)
Este modelo noventero es de la época que más me gustan los Hamiltons. Vi uno en Ebay hecho polvo, y a punto estuve de comprarlo de lo bonito que era, pero conseguí contenerme. Estuve buscando meses por otras unidades del mismo modelo, pero no encontraba nada en buen estado. Finalmente, conseguí dar con éste, procedente de un amable alemán, que me lo vendió a muy buen precio, en estado NOS, con caja, instrucciones y catálogo de la época, y además, un cristal y una esfera de repuesto. Una joya.
Me encanta el tipo de bisel, así como las agujas catedral, y el tamaño del reloj hace que el fechador coincida con los numerales, como creo que debe quedar. Es una preciosidad. Tengo la correa totalmente arañada de las uñas de mi hija mayor cuando era bebé. Me gusta tenerla así, y me recuerda esos momentos.
7. Omega Seamaster 2263 (2023)
Aquí ya saltamos a 2023. Entre medias cayeron unos cuantos Longines (Flagship, tanto de acero como de oro; Présence, e Hydroconquest) y un Hamilton (Pilot Pioneer), pero todos acabaron saliendo. Únicamente me arrepentí de la venta del Hamilton, pero perdió la batalla con el otro Khaki que tengo.
Este Omega vino como el perfeccionamiento de otro Seamaster Negrito de 36mm que tuve, concretamente la versión Non-AC (No America´s Cup), que tenía índices aplicados y el bisel de oro blanco, además de movimiento automático. Me encantaba ese reloj, pero lo compré usado de segunda mano con una serie de marcas que no me terminaban de convencer (una de ellas en el bisel de oro, que cuesta un ojo de la cara cambiar). No me importa tener marcas en los relojes, siempre que se las haya hecho yo, o alguien de mi entorno, como puede ser el reloj de mi padre. Es decir, quiero que la historia tenga relación.
Busqué entre diferentes opciones, y tras comparar innumerables modelos, y encontré esta unidad en Japón, en estado NOS, y con papeles. Gestioné la compra desde aquí, y mi padre lo recogió en persona en Japón coincidiendo con un viaje que tenía, meses después.
Me encanta lo compacto y bien hecho que está. El brazalete y el cierre son mejores que relojes que veo hoy en día (en mi opinión, mejores que los Omega de hoy en día, o por lo menos que el del Railmaster que también tengo). El diseño de la esfera y los índices es todo un icono, y el lumen mejor que el de relojes actuales. Es francamente fino, y me recuerda un montón al Tag Heuer de cuarzo que tiene mi padre, también con formas orgánicas redondeadas (de hecho, con este reloj, buscaba esa misma estética que veía en mi padre y el reloj que siempre ha llevado, y que lamentablemente ha caído en las garras del Apple Watch).
Porque sí, este reloj es de cuarzo. Y yo quería un Omega de cuarzo. Que el calibre 1120 de la versión automática es una maravilla, pero me ya tengo otros automáticos, y los precios de mantenimiento de los Omega no son como para tener varios. Este calibre de cuarzo, aunque no es HAQ, sí que es de buena calidad de construcción. Es, además, mi "GMT", ya que tiene la función de ajustar la aguja horario hacia atrás o hacia adelante sin variar la minutera.
Me encanta.
8. Oris Aquis 41.5mm calibre Sellita (2024)
Dije que nunca tendría este reloj, y no pocas veces. Porque tiene brazalete integrado. Porque tiene muchos brillos y pulidos. Porque es un reloj que estaba de moda...
Pues un día lo vi, y tuve la necesidad de probármelo, y ésa fue mi perdición. Conseguí comprarlo prácticamente nuevo a un forero, y a pesar de que iba buscando la versión de 39mm para mi fina muñeca de 16.5cm y en negro, terminé con esta versión de azul. Debo decir que me parece una preciosidad, tanto el color, como el reloj en sí.
Además, es de una calidad impresionante. No voy a decir más, porque es de sobra sabido todo sobre este modelo. También tuve el Hydroconquest, y en mi caso salió por muchos detalles que no veía de calidad. El Oris es simplemente perfección mecanizada, y con un diseño moderno y actual, en contraposición a otros divers que tengo con diseño más "heritage" como el SKX o el Seamaster.
Lo utilizo en verano, como diver de paseo (para el agua ya está el de verdad, el SKX)
9. Omega Railmaster Denim (2024)
Aquí mi malquerido, mi reloj más ecléctico. No se puede decir que tenga una personalidad definida, sino que tiene muchos componentes metidos a batiburrillo y el resultado, sorprendentemente, me encanta.
Es un Omega que no parece un Omega. No llama nada la atención, la gente seguramente lo vea feo, o por lo menos, genérico. Yo en cambio me quedo embobado mirando la esfera, ese patrón azul que a veces parece madera, y otras terciopelo, o el carril de los minutos que simula una vía férrea. La segundera le da también un toque de color, sin ser algo que salte a las retinas. Y el tamaño, aunque sea de 40mm, no se ve grande en mi muñeca.
Es un reloj utilitario, con su caja cepillada, al estilo del Tudor Ranger que tan de moda está ahora, y que también me gusta. En este caso, el Tudor creo que gana al Omega en el brazalete. El Omega tiene un acabado que no termina de ser de la misma calidad que el Seamaster que tengo, que tendrá 20 años más, además de un cierre de mariposa que no termino de entender en un reloj herramienta (o deportivo), además de la falta de microajuste.
Es por eso que le quité el brazalete, y le pusiera esta correa textil de color azul, con remates vaqueros, similar a la NATO que lleva este reloj de serie. El resultado me dejó pasmado cuando lo vi, y es que me recuerda un montón al Seiko Military 5 SNZG con el que di el pistoletazo de salida en esto del coleccionismo. Las sensaciones, desde luego, son las mismas, en este caso, vestidas de Omega.
Lo compré este verano en Japón, donde hay muy buenas oportunidades para este modelo, aprovechando un viaje de trabajo. Me trae recuerdos de ese viaje, y la experiencia que tuve por allí.
Es el único manufactura que voy a permitirme. Me tiene un poco mosca el tema "coaxial" y el hecho de que sea tan propietario de la marca. En cualquier caso, parece que el 8806 es de los calibres menos problemáticos con el coaxial. De momento lo que tiene es una precisión +3 segundos diarios "whatever happens".
Me lo pongo como reloj casual.
10. Mido Baroncelli (2025)
Finalmente (y perdón por el tocho), os pongo al recién llegado. No ha sido algo buscado, sino que es el capricho que junta regalo de navidades, cumpleaños y demás. Surgió una oportunidad, y he podido comprarlo nuevo (en Ashford) a un precio muy atractivo.
Es un reloj de calidad, con calibre Powermatic con certificado cronómetro (además, con espiral de silicio y decoración propia del acabado Top), y que tiene un diseño que a mí particularmente me gusta mucho y que buscaba en los Longines Flagship que tuve, sólo que eran demasiado clásicos para mi gusto. Éste es más moderno y, siendo de 34mm y catalogado como reloj de mujer, creo que me queda increíblemente bien.
Lamentablemente, me ha venido con un retraso de 8 segundos diarios, y el fechador no termina de ir lo fino que debiera, por lo que me tocará tratar con el SAT (cruzaré dedos). En cualquier caso, me parece un reloj que puede valer como casual, además de como elegante. No sé si acabará como el resto de contrincantes del Grand Seiko, pero de momento estoy muy a gusto con él.
En fin, ésa es mi colección. Tengo también un Apple Watch para hacer deporte, y algunos relojes que ya no utilizo y que guardo por recuerdos, por lo que no los incluyo aquí.
Espero que os haya gustado, y muchas gracias por haber llegado hasta aquí (y haber compartido conversaciones conmigo durante todo el tiempo que he sido forero aquí).
Un saludo
Pues casi 14 años después, con este hago mil mensajes en el foro, y presento mi caja en su configuración actual (que como todos sabemos, puede cambiar de un día para otro), aunque bien es cierto que he ido afinando los gustos.
Aunque siempre me ha gustado llevar reloj, y desde pequeñito siempre he tenido un Casio abrochado en la muñeca (y luego en la universidad algún Viceroy crono de titanio o un Fossil), no fue hasta que me compré mi primer reloj mecánico (allá por 2011, un Seiko 5 Military) cuando me di cuenta de que esto era una afición, y que se podía tener más de uno, y los intríngulis y curiosidades que pueden surgir de cada modelo.
Aunque luego los presentaré de uno en uno, os diré que están organizados según han ido llegando a mi vida (de izquierda a derecha, y de arriba a abajo):
1. Seiko SKX009J1 (2011)
Fue mi segundo automático (el primero fue el Seiko Military que me acompañó durante unos años, pero que al final, entre falta de precisión y un porrazo que se llevó que rompió el cristal trasero, me llevó a deshacerme de él, no sin posterior arrepentimiento). En aquellos momentos pensaba que con el Military para invierno, y el SKX para verano, estaba más que arreglado, y casi sentía como una travesura tener más de un reloj.
Por este SKX terminé en este foro, para investigar sobre el problema de descentrado de bisel interno, agujas y demás, cosa que luego me tranquilizó saber que era habitual en los estos Seiko de mercado gris (que ésa es otra, la época bonita de cazar relojes en Singapur, China y similares por cuatro perras, y además hacer el seguimiento del envío desde la otra punta del mundo, cruzando dedos para que no lo parara aduanas). Era la época en la que empecé con las compras por internet, y me parecía una aventura.
De este SKX, es un reloj tan simple y que, a pesar de sus defectos, queda tan bien, que es un fijo en mi colección. He tenido muchos Seikos, de muchas gamas y diferentes calibres, pero éste es el único que ha permanecido conmigo, y que no creo que salga nunca. Es el reloj que utilizo para bañarme en verano en piscinas y playa.
Entre este reloj que compré en 2011 y el Tudor que aparece a continuación, de 2017, fue donde entraron y salieron la mayor parte de los relojes que compré durante mi época de exploración, principalmente cronos rusos o grillos Poljot, Sturmanskie, relojes alemanes como Sinn o Junkers, micromarcas como el Speedbird de Timefactors, Seikos (SARBs, Alpinists, Monsters, 5s), Hamiltons...
En esa época todavía no se habían disparado los precios, y era fácil probar unos y otros relojes. Se compraban relojes a buen precio, tanto en el foro como en otras plataformas como Ebay, y luego salían también fácilmente para seguir su camino con otras personas. En estos tratos es donde he aprendido a investigar sobre cada reloj, y donde he podido coincidir con personas maravillosas, con las que compartir afición (creo que muy poca gente tiene la suerte de compartir esta afición con su gente cercana).
2. Tudor Black Bay 36 (2017)
He aquí mi reloj más significativo, por demasiadas cosas. Fue mi primer reloj BUENO. Me enamoré de él cuando lo vi. Di con él cuando iba yo buscando un Explorer 36 (que también tendría después, y que también saldría, desbancado por este Black Bay). Mi mujer (entonces novia) me lo regaló como regalo de pedida, y es el reloj que tendría como único reloj. A partir de este reloj, todos los demás que tengo sobran, son puro vicio innecesario.
Este reloj es el que llevo en todos los eventos que hago con mi familia y con la gente que quiero. Lo llevaba cuando nacieron mis dos hijas (de hecho, cuando nació la pequeña, apuntaron la hora de nacimiento de mi reloj, puesto que el reloj del paritorio estaba parado y el mío era el único que había), y es el reloj que quiero que digan "éste era el de mi padre". Es también el que más tiempo pasa en mi muñeca, a veces 2 meses sin bajarse.
En aspectos técnicos, creo que tiene un calibre Tudor 2824 (que 8 años después está en +3 segundos), siendo el 2824 mi fetiche. La calidad de la esfera es magnífica, y el brazalete, aunque alguna vez pellizca, es francamente cómodo. Me encantan sus detalles distintivos de este reloj que tanta gente odia, como la aguja snowflake, o el tubo de la corona. No me convencen las nuevas versiones de este modelo, y pienso que la versión inicial es más auténtica.
Finalmente, fue el reloj que me introdujo en los 36ers, y además, de lleno. Al punto de que terminé por vender casi todos los relojes de más de 38mm, y empezar a buscar cosas de 35-36mm. Es el mejor tamaño (para mí).
3. Citizen Promaster Sky Chronograph (2017)
Este reloj fue un regalo de mi tío y padrino, que es con quien tengo muchas afinidades en temas ingenieriles, de mecánica y coches. Mi tío siempre ha tenido su colección de relojes, y en mi comunión ya me regaló un Camel Trophy (que tengo guardado en casa de mi madre, como nuevo, y que tengo que incluir en mi rotación). En este caso, me lo regaló por mi boda, como un regalo personal de él hacia mí. Está requetecargado de tecnología, que es precisamente lo que tanto le gusta a mi tío, que ya de pequeñito acostumbraba a ir por la calle con un destornillador (y alguna lió por Valencia cambiando la configuración de los semáforos).
Si bien no es el tipo de reloj que a priori yo habría elegido para mí, por su tamaño (que creo que son 44mm de diámetro para mis 16,5 cm de muñeca) o por la esfera tan sobrecargada que tiene, me gusta ponérmelo en primavera, y me queda sorprendentemente bien. Además, es de los que más cumplidos me dicen.
4. Casio G-Shock 5600BB Allblack (2017)
Siempre quise tener un G-Shock. No tengo ni idea de módulos, ni de las particularidades que hacen especial a unos respecto a otros. Me gustó esta configuración en All Black, y con los dígitos en negativo (que tanta gente odia, pero que yo creo que le da su puntillo).
Este reloj lo compré en Tailandia durante mi viaje de novios (mi mujer se compró un Baby-G), y fue el caprichito que me di en aquella ocasión. Tiene la particularidad de que la correa que tiene es de Cordura, en lugar de la habitual de resina.
Lo utilizo cuando me voy de inspección a campo, que tampoco es que sufra ni sea algo de riesgo, pero ése es el rol que le he asignado, y me gusta relacionarlo con eso. Queda muy táctico.
5. Grand Seiko SBGX259 (2017)
Otro de 2017. Lo compré después de verano a un forero que lo tenía como nuevo. Lo compré como la típica compra sin meditar, de capricho, y que casi piensas que venderás al poco de comprar. Más por curiosidad de probar que por tenerlo en mi colección.
El problema es que desde el principio, me di cuenta de lo maravilloso que es este reloj. Es francamente insípido y soso en las fotos de catálogo de Grand Seiko, pero en directo es un verdadero espectáculo de luces. Tiene una esfera blanco nieve que bien podría ser porcelana, con las grafías de Grand Seiko ligeramente por debajo de la superficie (a mí me encanta esa tipografía, parece que siendo japonés no pega, pero al haber estado en Japón, me dio la impresión de que los relojes lo toman como algo mucho más clásico que aquí). En este reloj, todo está perfectamente cuidado: la segundera es increíblemente precisa, clavando cada segundo. Las agujas y los índices están trabajadas de modo que reflejan cualquier rayo de luz, y le dan una tridimensionalidad al conjunto de la que adolece la esfera tan plana.
Me hace gracia ver cómo el relojero al que llevo a que le cambie la pila (Herminio) se queda embobado mirando el movimiento cada vez que lo abre. Me dice que me quede con ése y que venda todos los demás.
El brazalete no tiene los cierres modernos ajustables que hay ahora, ni se estrecha en la parte central. Sin embargo, está trabajado muy suave, y es muy agradable tener el reloj puesto, abrazando la muñeca de una forma que no consiguen otros relojes.
He estado tentado de venderlo en alguna ocasión, ya que he tenido otros Longines Flagship, Présence y similares que han competido con él por el puesto de "reloj de oficina o de reuniones". Al ponerlos uno al lado del otro, todos los Flagship y Présence han terminado desfilando fuera de casa.
Como he dicho, es el reloj que me llevo cuando me voy de reunión de traje.
6. Hamilton Khaki WW2 (2018)
Este modelo noventero es de la época que más me gustan los Hamiltons. Vi uno en Ebay hecho polvo, y a punto estuve de comprarlo de lo bonito que era, pero conseguí contenerme. Estuve buscando meses por otras unidades del mismo modelo, pero no encontraba nada en buen estado. Finalmente, conseguí dar con éste, procedente de un amable alemán, que me lo vendió a muy buen precio, en estado NOS, con caja, instrucciones y catálogo de la época, y además, un cristal y una esfera de repuesto. Una joya.
Me encanta el tipo de bisel, así como las agujas catedral, y el tamaño del reloj hace que el fechador coincida con los numerales, como creo que debe quedar. Es una preciosidad. Tengo la correa totalmente arañada de las uñas de mi hija mayor cuando era bebé. Me gusta tenerla así, y me recuerda esos momentos.
7. Omega Seamaster 2263 (2023)
Aquí ya saltamos a 2023. Entre medias cayeron unos cuantos Longines (Flagship, tanto de acero como de oro; Présence, e Hydroconquest) y un Hamilton (Pilot Pioneer), pero todos acabaron saliendo. Únicamente me arrepentí de la venta del Hamilton, pero perdió la batalla con el otro Khaki que tengo.
Este Omega vino como el perfeccionamiento de otro Seamaster Negrito de 36mm que tuve, concretamente la versión Non-AC (No America´s Cup), que tenía índices aplicados y el bisel de oro blanco, además de movimiento automático. Me encantaba ese reloj, pero lo compré usado de segunda mano con una serie de marcas que no me terminaban de convencer (una de ellas en el bisel de oro, que cuesta un ojo de la cara cambiar). No me importa tener marcas en los relojes, siempre que se las haya hecho yo, o alguien de mi entorno, como puede ser el reloj de mi padre. Es decir, quiero que la historia tenga relación.
Busqué entre diferentes opciones, y tras comparar innumerables modelos, y encontré esta unidad en Japón, en estado NOS, y con papeles. Gestioné la compra desde aquí, y mi padre lo recogió en persona en Japón coincidiendo con un viaje que tenía, meses después.
Me encanta lo compacto y bien hecho que está. El brazalete y el cierre son mejores que relojes que veo hoy en día (en mi opinión, mejores que los Omega de hoy en día, o por lo menos que el del Railmaster que también tengo). El diseño de la esfera y los índices es todo un icono, y el lumen mejor que el de relojes actuales. Es francamente fino, y me recuerda un montón al Tag Heuer de cuarzo que tiene mi padre, también con formas orgánicas redondeadas (de hecho, con este reloj, buscaba esa misma estética que veía en mi padre y el reloj que siempre ha llevado, y que lamentablemente ha caído en las garras del Apple Watch).
Porque sí, este reloj es de cuarzo. Y yo quería un Omega de cuarzo. Que el calibre 1120 de la versión automática es una maravilla, pero me ya tengo otros automáticos, y los precios de mantenimiento de los Omega no son como para tener varios. Este calibre de cuarzo, aunque no es HAQ, sí que es de buena calidad de construcción. Es, además, mi "GMT", ya que tiene la función de ajustar la aguja horario hacia atrás o hacia adelante sin variar la minutera.
Me encanta.
8. Oris Aquis 41.5mm calibre Sellita (2024)
Dije que nunca tendría este reloj, y no pocas veces. Porque tiene brazalete integrado. Porque tiene muchos brillos y pulidos. Porque es un reloj que estaba de moda...
Pues un día lo vi, y tuve la necesidad de probármelo, y ésa fue mi perdición. Conseguí comprarlo prácticamente nuevo a un forero, y a pesar de que iba buscando la versión de 39mm para mi fina muñeca de 16.5cm y en negro, terminé con esta versión de azul. Debo decir que me parece una preciosidad, tanto el color, como el reloj en sí.
Además, es de una calidad impresionante. No voy a decir más, porque es de sobra sabido todo sobre este modelo. También tuve el Hydroconquest, y en mi caso salió por muchos detalles que no veía de calidad. El Oris es simplemente perfección mecanizada, y con un diseño moderno y actual, en contraposición a otros divers que tengo con diseño más "heritage" como el SKX o el Seamaster.
Lo utilizo en verano, como diver de paseo (para el agua ya está el de verdad, el SKX)
9. Omega Railmaster Denim (2024)
Aquí mi malquerido, mi reloj más ecléctico. No se puede decir que tenga una personalidad definida, sino que tiene muchos componentes metidos a batiburrillo y el resultado, sorprendentemente, me encanta.
Es un Omega que no parece un Omega. No llama nada la atención, la gente seguramente lo vea feo, o por lo menos, genérico. Yo en cambio me quedo embobado mirando la esfera, ese patrón azul que a veces parece madera, y otras terciopelo, o el carril de los minutos que simula una vía férrea. La segundera le da también un toque de color, sin ser algo que salte a las retinas. Y el tamaño, aunque sea de 40mm, no se ve grande en mi muñeca.
Es un reloj utilitario, con su caja cepillada, al estilo del Tudor Ranger que tan de moda está ahora, y que también me gusta. En este caso, el Tudor creo que gana al Omega en el brazalete. El Omega tiene un acabado que no termina de ser de la misma calidad que el Seamaster que tengo, que tendrá 20 años más, además de un cierre de mariposa que no termino de entender en un reloj herramienta (o deportivo), además de la falta de microajuste.
Es por eso que le quité el brazalete, y le pusiera esta correa textil de color azul, con remates vaqueros, similar a la NATO que lleva este reloj de serie. El resultado me dejó pasmado cuando lo vi, y es que me recuerda un montón al Seiko Military 5 SNZG con el que di el pistoletazo de salida en esto del coleccionismo. Las sensaciones, desde luego, son las mismas, en este caso, vestidas de Omega.
Lo compré este verano en Japón, donde hay muy buenas oportunidades para este modelo, aprovechando un viaje de trabajo. Me trae recuerdos de ese viaje, y la experiencia que tuve por allí.
Es el único manufactura que voy a permitirme. Me tiene un poco mosca el tema "coaxial" y el hecho de que sea tan propietario de la marca. En cualquier caso, parece que el 8806 es de los calibres menos problemáticos con el coaxial. De momento lo que tiene es una precisión +3 segundos diarios "whatever happens".
Me lo pongo como reloj casual.
10. Mido Baroncelli (2025)
Finalmente (y perdón por el tocho), os pongo al recién llegado. No ha sido algo buscado, sino que es el capricho que junta regalo de navidades, cumpleaños y demás. Surgió una oportunidad, y he podido comprarlo nuevo (en Ashford) a un precio muy atractivo.
Es un reloj de calidad, con calibre Powermatic con certificado cronómetro (además, con espiral de silicio y decoración propia del acabado Top), y que tiene un diseño que a mí particularmente me gusta mucho y que buscaba en los Longines Flagship que tuve, sólo que eran demasiado clásicos para mi gusto. Éste es más moderno y, siendo de 34mm y catalogado como reloj de mujer, creo que me queda increíblemente bien.
Lamentablemente, me ha venido con un retraso de 8 segundos diarios, y el fechador no termina de ir lo fino que debiera, por lo que me tocará tratar con el SAT (cruzaré dedos). En cualquier caso, me parece un reloj que puede valer como casual, además de como elegante. No sé si acabará como el resto de contrincantes del Grand Seiko, pero de momento estoy muy a gusto con él.
En fin, ésa es mi colección. Tengo también un Apple Watch para hacer deporte, y algunos relojes que ya no utilizo y que guardo por recuerdos, por lo que no los incluyo aquí.
Espero que os haya gustado, y muchas gracias por haber llegado hasta aquí (y haber compartido conversaciones conmigo durante todo el tiempo que he sido forero aquí).
Un saludo