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Las fuentes del Rolex Submariner

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Ciclocampista

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Habitual
Sin verificar
La originalidad es el arte de ocultar tus fuentes, se suele atribuir a Einstein. Aunque no existen pruebas de que dijera tal cosa, es una buena cita para expresar la imposibilidad humana para la originalidad total.

En biología del comportamiento son conocidos los paralelismos que su fundador, Konrad Lorenz, veía entre la evolución biológica y la evolución cultural. La evolución por selección natural nunca crea nada desde cero, sino que actúa sobre elementos ya existentes, y Lorenz veía la misma limitación en la cultura humana: somos capaces de evolucionar una idea previa, una solución conocida; pero al innovar nos resulta casi imposible hacer borrón y cuenta nueva y afrontar un problema o idea desde cero, no podemos olvidar las soluciones previas y tenemos que trabajar sobre ellas.

En muchas ocasiones, esta imposibilidad para la innovación absoluta lastra ideas revolucionarias, por no ser capaces al principio de descartar las viejas soluciones, que se mezclan con las novedosas. Es en posteriores evoluciones de la idea cuando alguien lo ve claro y pule la revolución. Esto pasa en ciencia, en arte y literatura, tecnología… Por ejemplo, en mi campo, la literatura, al estudiar en profundidad las obras y conocer sus fuentes puedes comprobar como ninguna idea nueva surge de la nada, sino que es una suma de influencias.

El ejemplo del vagón de tren de pasajeros

Konrad Lorenz llamó la atención sobre la pervivencia de vestigios de ideas previas en las innovaciones. Expuso el caso del vagón de tren de pasajeros, que se ideó como una variación de lo conocido, que era el coche de caballos.

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Para la mente humana, la máquina de vapor sustituía al caballo como tracción, pero permanecía el coche. Por eso, en sus inicios, en el vagón de tren permanecieron vestigios del carruaje aun cuando no eran útiles o resultaban una mala idea en la nueva tecnología.

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En este ejemplo señala la multiplicación de puertas en los vagones. Hoy en día los vagones de tren tiene solo dos entradas por lado, pero los primeros tenían tantas entradas como habitáculos con asientos tenía el vagón, calcando el diseño de los coches de caballos. Incluso en los modelos que disponían ya de un pasillo interior, aunque supieron suprimir la multiplicación de puertas, persistía el diseño de las ventanas de los carruajes.

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Esta introducción tan pesada (paciencia, ahora llego a los relojes) es para introducir este punto de vista. Debido a esta manera en que suelo observar las cosas he ido identificando algunas fuentes del diseño y desarrollo del Rolex Submariner y creo que juntarlas todas puede dar un artículo interesante y distinto. (En realidad, no todas las fuentes que menciono lo son exactamente del Submariner, sino que algunos son compartidas por los relojes deportivos y de submarinismo en general, o la marca Rolex en otros modelos de su catálogo; pero habría sido un pecado no centrarse en uno de los relojes más famosos como hilo conductor).

La caja Borgel

Aunque a simple vista pueda pensarse que no se parecen en nada, yo diría que el reloj al que más deben el Submariner y la propia Rolex es al reloj de trinchera con caja Borgel. La caja original Oyster de Rolex es casi idéntica a la Borgel, que era de lo mejor de su tiempo, muy popular y que, a su vez, incorporaba innovaciones y mejoras de sus predecesores, igual que Rolex fue mejorando y evolucionando su caja Oyster hasta llegar a la del Submariner de los años 50.

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La caja Borgel estaba elaborada con una precisión y calidad que la hacían resistente al polvo e incluso a una inmersión a poca profundidad, a pesar de no usar juntas ni corona roscada. Se sabe que Borgel proporcionó cajas a Wilsdorf & Davis, la marca previa a Rolex, hay cajas Borgel marcadas con el punzón W&D.

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Si de esta colaboración surgió un permiso o compra de patentes, lo ignoro (de hecho, las patentes Borgel ya habían expirado cuando se patentó la Oyster); pero la influencia de la caja Borgel en la Oyster es obvia. Aquí podemos ver el despiece de una caja Borgel.

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Y en esta imagen de Rolex vemos el esquema de una caja original Oyster, origen del Submariner.

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Como en los vagones de pasajeros de Lorenz, a pesar de los años de evolución, aún hoy podemos ver un elemento de la caja Borgel en los modelos de Rolex que tienen un bisel estriado, un bonito ejemplo de vestigio pues ha perdido su función original (el bisel era roscado) y permanece solo como elemento estético.

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La corona roscada

La invención de la corona roscada se le debe al relojero americano Ezra C. Fitch de la Waltham Watch Company, que tuvo la idea de una variación de los relojes de explorador, que llevaban un tapón sobre la corona cual petacas de licor.

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Ezra C. Fitch patentó en América en febrero de 1881 su idea, en la que la propia corona se roscaba en el reloj. La invención de la corona roscada.

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También en 1881, solo unos meses después de la anterior, se publicó la patente de otro inventor americano llamado Almon Twing, un modelo totalmente funcional de corona roscada con embrague. Un embrague es indispensable para que la corona roscada sea práctica, ya que al roscar la corona se necesita que la tija se desconecte de ella para evitar daños al movimiento, como por ejemplo romper el muelle real si hemos ya dado cuerda totalmente al reloj (o eso o esperar unas horas para poder roscar la corona). Aunque Twing se adelantó 45 años a la patente de Rolex, su invento quedó en el olvido y nunca se materializó.

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El propio Hans Wildorf compró una de las patentes ajenas para una corona roscada, una idea de 1926 de Perregaux & Perret que resultó inviable y necesitó rehacerse.

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La corona roscada que Hans Wilsdorf patentó un año después rediseñaba la invención y añadía la tija con embrague.

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Si queréis saber más en detalle sobre el funcionamiento de la corona roscada, escribí hace tiempo un artículo comparando los modelos con embrague en la tija con la solución en la corona que usan los Vostok.

Las agujas mercedes

En este punto seguimos bajo la influencia de los relojes de trinchera, pues las especificaciones ideales y el estándar militar exigían para ellos manecillas esqueletizadas en las que pudiera aplicarse pasta luminosa para la visión nocturna, a base de radio en ese momento. La solución de los relojes de trinchera fueron las agujas de catedral que tan de moda siguen hoy en los relojes elegantes y de aspecto retro.

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Es clara la influencia de las agujas de los relojes de trinchera en Rolex, cuyas manecillas mercedes son una estilización de las de catedral. De hecho, hay modelos antiguos de Rolex con agujas mercedes en los que podemos apreciar un paso intermedio entre las catedral y el diseño actual.

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Rolex Zerographe, un raro cronógrafo de Rolex con bisel graduado que se ha datado en 1937, del que se sabe de escasos ejemplares y que no estuvo disponible al público, con unas manecillas intermedias entre catedral y las mercedes actuales.

La esfera de alta legibilidad

Seguimos sin salir del reloj de trinchera. Uno de los relojes de trinchera de dotación que conocemos es el del ejército inglés, que tenía la particularidad de una esfera de esmalte negro, aparte de los otros elementos de este tipo de relojes: de pulsera, caja estanca, cristal irrompible y agujas y numerales luminosos.

WW1 British Military Wristwatch.jpg


En Inglaterra se preocuparon también por dotar a los relojes de trinchera de una legibilidad mejorada, especialmente al comprobarse que en la oscuridad los numerales arábigos no presentaban una lectura clara. Se ofrecieron entonces relojes con los numerales sustituidos por puntos y símbolos. En este artículo de 1915 en el British Horological Journal se describe esta mejora de diseño.

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Traducción parcial: El problema se resuelve reemplazando los números por signos. "12" es representado por un triángulo, "6" por un óvalo, mientras que "3" y "9" son reemplazados por una "T" y las horas intermedias son marcadas con puntos en vez de numeros.

El único ejemplo que encuentro en fotografía es este reloj de médico. Vemos que solo se necesitan evoluciones mínimas del diseño (como invertir el triángulo) para visualizar, en una esfera de esmalte negro, el patrón de una esfera actual de submarinismo.

patrondiver.jpg


rolexbb.jpg


El alto contraste entre numerales y fondo negro, así como un triángulo para identificar rápidamente las 12, también lo podemos reconocer en los relojes de piloto, en los que el triángulo suele apuntar hacia arriba y puede ir acompañado también de dos puntos.

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El movimiento automático

Aunque los movimientos automáticos existían desde el siglo XVIII, no fue hasta los años 20 del siglo pasado que llegaron a los relojes de pulsera. La marca Fortis presentó en el Basel Trade Fair de 1926 un reloj de pulsera automático producido en serie, el Harwood Automatic basado en las invenciones en que John Harwood trabajaba desde 1922. Era el sistema de los bumpers, una masa oscilante con un recorrido que no completa un giro y rebota en muelles.

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Rolex inventó poco después la masa oscilante giratoria, a la que bautizaron perpetual rotor. Es famoso el encontronazo que tuvieron con John Harwood por atribuirse Rolex en su publicidad la invención del reloj automático. El conflicto se zanjó (imagino que abogados mediante) con unas disculpas públicas de Rolex y el reconocimiento en su publicidad a Harwood.

Harwood-Watch-00010.jpg


Harwood-Watch-00002.jpg


Aunque, curiosidad y picaresca empresarial, al revisar ahora mismo datos mientras escribo compruebo que Rolex hoy en día sigue atribuyéndose el mérito del reloj automático, con cierta ambigüedad
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pero sin dar lugar a confusión
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.

Rolex1.jpg
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El bisel giratorio

El bisel giratorio y graduado es una complicación que podemos datar en 1930, año en que Philip Van Horn Weems presenta un bisel bloqueable que permitía la navegación precisa para aviadores (su fecha de patente no la tengo clara).

bottom_lock_weems_drawing_large.jpg


En 1936 Longines fabricaba ya en número el Longines-Weems, tanto como reloj de dotación para el ejército americano como para el público. Algunos ven en este reloj el nacimiento del reloj herramienta moderno.

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El reloj presentado en la revista Aviation de noviembre de 1937.

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Una reseña del reloj en la revista Popular Aviation de diciembre de 1937, que recomienda el reloj también para “entusiastas de la fotografía, deportistas, médicos y enfermeras”.

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El Weems tuvo un enorme éxito, fue usado por aviadores y ejércitos de todo el mundo y para cumplir con la demanda fue construido por otras marcas como Zenith, Omega, LeCoultre y Movado.

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A pesar de su éxito, quizás no sea hoy en día tan conocido como el Longines Lindbergh Hour Angle Watch, que el famoso piloto desarrolló con Weems tras convencerse de la importancia de la navegación en su viaje trasatlántico de 1927. Lindbergh aprendió navegación con Weems y ambos colaboraron en el diseño de este reloj, que se empezó a comercializar en 1931.

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Yo entiendo que el Longines Lindbergh Hour Angle Watch tuvo desde el principio un bisel graduado giratorio, lo que significaría que salió al mercado antes que el Weems.

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Es en 1953 cuando Rolex introduce el bisel moderno en su modelo Turn-O-Graf, “el cronógrafo más sencillo que haya habido” (y que ya predice en su publicidad uno de los usos finalmente más habituales del bisel de submarinismo... medir tiempos en la cocina).

211103-rolex-advertisement-turn-o-graph-1954.jpg


El Turn-O-Graf es un precursor del Submariner y ya un reloj deportivo moderno. El bisel graduado giratorio es una herramienta muy práctica para medir el tiempo cuando no se necesita una precisión de segundos, muy legible y que permite al reloj conservar un movimiento sencillo y resistente y una caja sin puntos débiles en su estanqueidad.

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El mismo año, junto al Blancpain Fifty Fathoms y el Zodiac Sea Wolf, hizo por fin su aparición el modelo de Rolex diseñado para la actividad subacuática, el Submariner. Todavía no tenía el bisel unidireccional que ahora es el estándar de los relojes de buzo, ya que no estuvo disponible hasta los años 80 del siglo XX en que expiró la patente de Blancpain. Su competidor Fifty Fathoms no tenía en cambio una corona roscada, al ser esta una patente de Rolex. Y el Sea Wolf de Zodiac, aunque era el de mayor resistencia a la profundidad, no tenía ninguna de ambas innovaciones. Los aficionados a los relojes tuvimos que esperar a que expiraran las patentes de todos para disfrutar un reloj de submarinismo ideal.

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***

Y hasta aquí mi deconstrucción del Rolex Submariner, esto es lo que he ido encontrando en mis lecturas y observaciones. Para aquellos a los que no he descubierto la pólvora, espero que os haya gustado leer sobre la evolución e historia de este reloj y lo apreciéis ahora de otra manera. Se puede tirar del hilo de esta manera de cualquier creación humana. Y si no se puede es porque se ha perdido la información.

Como sé que estoy muy lejos de la erudición de otros compañeros del foro, no espero haber quedado libre de errores y espero que nada sea garrafal. Son bienvenidos en los comentarios todo tipo de correcciones y añadidos.

Algunas fuentes:
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Pues me has amenizado el mediodía, muchas gracias por la lectura.

Lo de atribuirse méritos como el movimiento automático, si no me equivoco, creo que también lo hacen de forma ambigua con el explorer y el Everest cuando no está probado que subieran en la expedición.

A Marketing no les gana nadie.
 
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Reacciones: Cayo Octavio y Ciclocampista
Buen trabajo :ok:
 
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Excelente articulo,parece una tesis doctoral pero de las buenas.
 
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La originalidad es el arte de ocultar tus fuentes, se suele atribuir a Einstein. Aunque no existen pruebas de que dijera tal cosa, es una buena cita para expresar la imposibilidad humana para la originalidad total.

En biología del comportamiento son conocidos los paralelismos que su fundador, Konrad Lorenz, veía entre la evolución biológica y la evolución cultural. En la evolución por selección natural nunca se crea nada desde cero, sino que actúa sobre elementos ya existentes, y Lorenz veía la misma limitación en la cultura humana: somos capaces de evolucionar una idea previa, una solución conocida; pero al innovar nos resulta casi imposible hacer borrón y cuenta nueva y afrontar un problema o idea desde cero, no podemos olvidar las soluciones previas y tenemos que trabajar sobre ellas.

En muchas ocasiones, esta imposibilidad para la innovación absoluta lastra ideas revolucionarias, por no ser capaces al principio de descartar las viejas soluciones, que se mezclan con las novedosas. Es en posteriores evoluciones de la idea cuando alguien lo ve claro y pule la revolución. Esto pasa en ciencia, en arte y literatura, tecnología… Por ejemplo, en mi campo, la literatura, al estudiar en profundidad las obras y conocer sus influencias puedes comprobar como ninguna idea nueva surge de la nada, sino que es una suma de influencias.

El ejemplo de vagón de tren de pasajeros

Konrad Lorenz llamó la atención sobre la pervivencia de vestigios de ideas previas en las innovaciones. Expuso el caso del vagón de tren de pasajeros, que se ideó como una variación de lo conocido, que era el coche de caballos.

Ver el archivos adjunto 2374965

Para la mente humana, la máquina de vapor sustituía al caballo como tracción, pero permanecía el coche. Por eso, en sus inicios, en el vagón de tren permanecieron vestigios del carruaje aun cuando no eran útiles o resultaban una mala idea en la nueva tecnología.

Ver el archivos adjunto 2374947

En este ejemplo señala la multiplicación de puertas en los vagones. Hoy en día los vagones de tren tiene solo dos entradas por lado, pero los primeros tenían tantas entradas como habitáculos con asientos tenía el vagón, calcando el diseño de los coches de caballos. Incluso en los modelos que disponían ya de un pasillo interior, aunque supieron suprimir la multiplicación de puertas, persistía el diseño de las ventanas de los carruajes.

Ver el archivos adjunto 2374995

Esta introducción tan pesada (paciencia, ahora llego a los relojes) es para introducir este punto de vista. Debido a esta manera en que suelo observar las cosas he ido identificando algunas fuentes del diseño y desarrollo del Rolex Submariner y creo que juntarlas todas puede dar un artículo interesante y distinto. (En realidad, no todas las fuentes que menciono lo son exactamente del Submariner, sino que algunos son compartidas por los relojes deportivos y de submarinismo en general, o la marca Rolex en otros modelos de su catálogo; pero habría sido un pecado no centrarse en uno de los relojes más famosos como hilo conductor).

La caja Borgel

Aunque a simple vista pueda pensarse que no se parecen en nada, yo diría que el reloj al que más deben el Submariner y la propia Rolex es al reloj de trinchera con caja Borgel. La caja original Oyster de Rolex es casi idéntica a la Borgel, que era de lo mejor de su tiempo, muy popular y que, a su vez, incorporaba innovaciones y mejoras de sus predecesores, igual que Rolex fue mejorando y evolucionando su caja Oyster hasta llegar a la del Submariner de los años 50.

Ver el archivos adjunto 2374949

La caja Borgel estaba elaborada con una precisión y calidad que la hacían resistente al polvo e incluso a una inmersión a poca profundidad, a pesar de no usar juntas ni corona roscada. Se sabe que Borgel proporcionó cajas a Wilsdorf & Davis, la marca previa a Rolex, hay cajas Borgel marcadas con el punzón W&D.

Ver el archivos adjunto 2374950

Si de esta colaboración surgió un permiso o compra de patentes, lo ignoro (de hecho, las patentes Borgel ya habían expirado cuando se patentó la Oyster); pero la influencia de la caja Borgel en la Oyster es obvia. Aquí podemos ver el despiece de una caja Borgel.

Ver el archivos adjunto 2374951

Y en esta imagen de Rolex vemos el esquema de una caja original Oyster, origen del Submariner.

Ver el archivos adjunto 2374952

Como en los vagones de pasajeros de Lorenz, a pesar de los años de evolución, aún hoy podemos ver un elemento de la caja Borgel en los modelos de Rolex que tienen un bisel estriado, un bonito ejemplo de vestigio pues ha perdido su función original (el bisel era roscado) y permanece solo como elemento estético.

Ver el archivos adjunto 2374953

Ver el archivos adjunto 2375080

La corona roscada

La invención de la corona roscada se le debe al relojero americano Ezra C. Fitch de la Waltham Watch Company, que tuvo la idea de una variación de los relojes de explorador, que llevaban un tapón sobre la corona cual petacas de licor.

Ver el archivos adjunto 2374954

Ezra C. Fitch patentó en América en febrero de 1881 su idea, en la que la propia corona se roscaba en el reloj. La invención de la corona roscada.

Ver el archivos adjunto 2374955

También en 1881, solo unos meses después de la anterior, se publicó la patente de otro inventor americano llamado Almon Twing, un modelo totalmente funcional de corona roscada con embrague. Un embrague es indispensable para que la corona roscada sea práctica, ya que al roscar la corona se necesita que la tija se desconecte de ella para evitar daños al movimiento, como por ejemplo romper el muelle real si hemos ya dado cuerda totalmente al reloj (o eso o esperar unas horas para poder roscar la corona). Aunque Twing se adelantó 45 años a la patente de Rolex, su invento quedó en el olvido y nunca se materializó.

Ver el archivos adjunto 2374958

El propio Hans Wildorf compró una de las patentes ajenas para una corona roscada, una idea de 1926 de Perregaux & Perret que resultó inviable y necesitó rehacerse.

Ver el archivos adjunto 2374959

La corona roscada que Hans Wilsdorf patentó un año después rediseñaba la invención y añadía la tija con embrague.

Ver el archivos adjunto 2374960

Si queréis saber más en detalle sobre el funcionamiento de la corona roscada, escribí hace tiempo un artículo comparando los modelos con embrague en la tija con la solución en la corona que usan los Vostok.

Las agujas mercedes

En este punto seguimos bajo la influencia de los relojes de trinchera, pues las especificaciones ideales y el estándar militar exigían para ellos manecillas esqueletizadas en las que pudiera aplicarse pasta luminosa para la visión nocturna, a base de radio en ese momento. La solución de los relojes de trinchera fueron las agujas de catedral que tan de moda siguen hoy en los relojes elegantes y de aspecto retro.

Ver el archivos adjunto 2374971

Es clara la influencia de las agujas de los relojes de trinchera en Rolex, cuyas manecillas mercedes son una estilización de las de catedral. De hecho, hay modelos antiguos de Rolex con agujas mercedes en los que podemos apreciar un paso intermedio entre las catedral y el diseño actual.

Ver el archivos adjunto 2374966

Rolex Zerographe, un raro cronógrafo de Rolex con bisel graduado que se ha datado en 1937, del que se sabe de escasos ejemplares y que no estuvo disponible al público, con unas manecillas intermedias entre catedral y las mercedes actuales.

La esfera de alta legibilidad

Seguimos sin salir del reloj de trinchera. Uno de los relojes de trinchera de dotación que conocemos es el del ejército inglés, que tenía la particularidad de una esfera de esmalte negro, aparte de los otros elementos de este tipo de relojes: de pulsera, caja estanca, cristal irrompible y agujas y numerales luminosos.

Ver el archivos adjunto 2374972

En Inglaterra se preocuparon también por dotar a los relojes de trinchera de una legibilidad mejorada, especialmente al comprobarse que en la oscuridad los numerales arábigos no presentaban una lectura clara. Se ofrecieron entonces relojes con los numerales sustituidos por puntos y símbolos. En este artículo de 1915 en el British Horological Journal se describe esta mejora de diseño.

Ver el archivos adjunto 2374973

Traducción parcial: El problema se resuelve reemplazando los números por signos. "12" es representado por un triángulo, "6" por un óvalo, mientras que "3" y "9" son reemplazados por una "T" y las horas intermedias son marcadas con puntos en vez de numeros.

El único ejemplo que encuentro en fotografía es este reloj de médico. Vemos que solo se necesitan evoluciones mínimas del diseño (como invertir el triángulo) para visualizar, en una esfera de esmalte negro, el patrón de una esfera actual de submarinismo.

Ver el archivos adjunto 2374974

Ver el archivos adjunto 2374976

El alto contraste entre numerales y fondo negro, así como un triángulo para identificar rápidamente las 12, también lo podemos reconocer en los relojes de piloto, en los que el triángulo suele apuntar hacia arriba y puede ir acompañado también de dos puntos.

Ver el archivos adjunto 2374980

El movimiento automático

Aunque los movimientos automáticos existían desde el siglo XVIII, no fue hasta los años 20 del siglo pasado que llegaron a los relojes de pulsera. La marca Fortis presentó en el Basel Trade Fair de 1926 un reloj de pulsera automático producido en serie, el Harwood Automatic basado en las invenciones en que John Harwood trabajaba desde 1922. Era el sistema de los bumpers, una masa oscilante con un recorrido que no completa un giro y rebota en muelles.

Ver el archivos adjunto 2374983

Rolex inventó poco después la masa oscilante giratoria, a la que bautizaron perpetual rotor. Es famoso el encontronazo que tuvieron con John Harwood por atribuirse Rolex en su publicidad la invención del reloj automático. El conflicto se zanjó (imagino que abogados mediante) con unas disculpas públicas de Rolex y el reconocimiento en su plublicidad a Harwood.

Ver el archivos adjunto 2374985

Ver el archivos adjunto 2374986

Aunque, curiosidad y picaresca empresarial, al revisar ahora mismo datos mientras escribo compruebo que Rolex hoy en día sigue atribuyéndose el mérito del reloj automático, con cierta ambigüedad
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pero sin dar lugar a confusión
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.

Ver el archivos adjunto 2374987Ver el archivos adjunto 2374988

El bisel giratorio

El bisel giratorio y graduado es una complicación que podemos datar en 1930, año en que Philip Van Horn Weems presenta un bisel bloqueable que permitía la navegación precisa para aviadores (su fecha de patente no la tengo clara).

Ver el archivos adjunto 2375001

En 1936 Longines fabricaba ya en número el Longines-Weems, tanto como reloj de dotación para el ejército americano como para el público. Algunos ven en este reloj el nacimiento del reloj herramienta moderno.

Ver el archivos adjunto 2375013

El reloj presentado en la revista Aviation de noviembre de 1937.

Ver el archivos adjunto 2375003

Una reseña del reloj en la revista Popular Aviation de diciembre de 1937, que recomienda el reloj también para “entusiastas de la fotografía, deportistas, médicos y enfermeras”.

Ver el archivos adjunto 2375004

El Weems tuvo un enorme éxito, fue usado por aviadores y ejércitos de todo el mundo y para cumplir con la demanda fue construido por otras marcas como Zenith, Omega, LeCoultre y Movado.

Ver el archivos adjunto 2375006

A pesar de su éxito, quizás no sea hoy en día tan conocido como el Longines Lindbergh Hour Angle Watch, que el famoso piloto desarrolló con Weems tras convencerse de la importancia de la navegación en su viaje trasatlántico de 1927. Lindbergh aprendió navegación con Weems y ambos colaboraron en el diseño de este reloj, que se empezó a comercializar en 1931.

Ver el archivos adjunto 2375007

Yo entiendo que el Longines Lindbergh Hour Angle Watch tuvo desde el principio un bisel graduado giratorio, lo que significaría que salió al mercado antes que el Weems.

Ver el archivos adjunto 2375008

Ver el archivos adjunto 2375009

Es en 1953 cuando Rolex introduce el bisel moderno en su modelo Turn-O-Graf, “el cronómetro más sencillo que haya habido” (y que ya predice en su publicidad uno de los usos finalmente más habituales del bisel de submarinismo: medir tiempos en la cocina).

Ver el archivos adjunto 2375010

El Turn-O-Graf es un precursor del Submariner y ya un reloj deportivo moderno. El bisel graduado giratorio es una herramienta muy práctica para medir el tiempo cuando no se necesita una precisión de segundos, muy legible y que permite al reloj conservar un movimiento sencillo y resistente y una caja sin puntos débiles en su estanqueidad.

Ver el archivos adjunto 2375011

El mismo año hizo por fin su aparición el modelo de Rolex diseñado para la actividad subacuática, el Submariner. Todavía no tenía el bisel unidireccional que ahora es el estándar de los relojes de buzo, ya que no estuvo disponible hasta los años 80 en que expiró la patente de Blancpain. El Fifty Fathoms de Blancpain, su competidor, no tenía una corona roscada, al ser esta una patente de Rolex. Los aficionados a los relojes hemos tenido que esperar a que expiraran las patentes de todos para disfrutar de un reloj de submarinismo ideal.

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***

Y hasta aquí mi deconstrucción del Rolex Submariner, esto es lo que he ido encontrando en mis lecturas y observaciones. Para aquellos a los que no he descubierto la pólvora, espero que os haya gustado leer sobre la evolución e historia de este reloj y lo apreciéis ahora de otra manera. Se puede tirar del hilo de esta manera de cualquier creación humana. Y si no se puede es porque se ha perdido la información.

Como sé que estoy muy lejos de la erudición de otros compañeros del foro, no espero haber quedado libre de errores y espero que nada sea garrafal. Son bienvenidos en los comentarios todo tipo de correcciones y añadidos.

Algunas fuentes:
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Interesante lectura.
 
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Jopeta, fascinante artículo. Gracias por desasnarme un poco.
 
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Buenas tardes.

Gracias.

Saludo.
 
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Muy interesante. Gracias por molestarte en redactar tu trabajo previo de investigación y compartirlo.
 
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Excelente hilo, 'de colección', bien podría ser chincheta en el subforo de Rolex, muy buen trabajo con info muy interesante. Muchas gracias (y)👏👏👏
 
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  • #10
Muchas gracias por tan estupenda información. Espectacular artículo. Y por alguno de los modelos, por ejemplo ese Longines Lindbergh Hour Angle watch, me quedaría con un solo riñón. Qué pasada!!!
 
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  • #11
Muy bueno.
 
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  • #12
Fantástico curro....muchas gracias.
 
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  • #13
Estupendo artículo!!
Muchas gracias por todo el trabajo que le has dedicado para compartirlo con nosotros.
 
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  • #14
Lo que te lo has currado compi, muchas gracias por el pedazo de post que te has marcado!
Y a mi la intro se me hizo muy ligera, la verdad :D
 
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  • #15
El tema de la influencia, en literatura, en diversas manifestaciones culturales, filosofías y religiones (he estudiado diversos aspectos de la influencia en culturas antiguas) es apasionante y muy fértil.
Conocerás bien las teorías del crítico literario Harold Bloom sobre la ansiedad de la influencia. Sobre todo autor que me interesa, investigo sus fuentes e influencias. Las latentes suelen ser más interesantes que las explícitas.
Excelente artículo.
 
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  • #16
Una currada, espectacular. Gracias por compartirlo.
 
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  • #17
Menudo trabajazo! Gracias
 
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  • #18
Muchísimas gracias, trabajo espectacular.
 
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  • #19
Una currada de hilo, muchas gracias.

Lectura muy interesante, amena y apasionante.

Saludos.
 
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  • #20
Muy interesante…
 
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  • #21
Muchas gracias por compartir toda esta información. Muy ameno de leer.
 
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  • #22
Gran trabajo. Un artículo muy interesante y bien desarrollado. Lo he encontrado muy ameno, gracias.
 
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  • #23
Qué pasada de hilo. Menuda currada.

Muchas gracias!
 
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  • #24
La originalidad es el arte de ocultar tus fuentes, se suele atribuir a Einstein. Aunque no existen pruebas de que dijera tal cosa, es una buena cita para expresar la imposibilidad humana para la originalidad total.

En biología del comportamiento son conocidos los paralelismos que su fundador, Konrad Lorenz, veía entre la evolución biológica y la evolución cultural. En la evolución por selección natural nunca se crea nada desde cero, sino que actúa sobre elementos ya existentes, y Lorenz veía la misma limitación en la cultura humana: somos capaces de evolucionar una idea previa, una solución conocida; pero al innovar nos resulta casi imposible hacer borrón y cuenta nueva y afrontar un problema o idea desde cero, no podemos olvidar las soluciones previas y tenemos que trabajar sobre ellas.

En muchas ocasiones, esta imposibilidad para la innovación absoluta lastra ideas revolucionarias, por no ser capaces al principio de descartar las viejas soluciones, que se mezclan con las novedosas. Es en posteriores evoluciones de la idea cuando alguien lo ve claro y pule la revolución. Esto pasa en ciencia, en arte y literatura, tecnología… Por ejemplo, en mi campo, la literatura, al estudiar en profundidad las obras y conocer sus fuentes puedes comprobar como ninguna idea nueva surge de la nada, sino que es una suma de influencias.

El ejemplo de vagón de tren de pasajeros

Konrad Lorenz llamó la atención sobre la pervivencia de vestigios de ideas previas en las innovaciones. Expuso el caso del vagón de tren de pasajeros, que se ideó como una variación de lo conocido, que era el coche de caballos.

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Para la mente humana, la máquina de vapor sustituía al caballo como tracción, pero permanecía el coche. Por eso, en sus inicios, en el vagón de tren permanecieron vestigios del carruaje aun cuando no eran útiles o resultaban una mala idea en la nueva tecnología.

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En este ejemplo señala la multiplicación de puertas en los vagones. Hoy en día los vagones de tren tiene solo dos entradas por lado, pero los primeros tenían tantas entradas como habitáculos con asientos tenía el vagón, calcando el diseño de los coches de caballos. Incluso en los modelos que disponían ya de un pasillo interior, aunque supieron suprimir la multiplicación de puertas, persistía el diseño de las ventanas de los carruajes.

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Esta introducción tan pesada (paciencia, ahora llego a los relojes) es para introducir este punto de vista. Debido a esta manera en que suelo observar las cosas he ido identificando algunas fuentes del diseño y desarrollo del Rolex Submariner y creo que juntarlas todas puede dar un artículo interesante y distinto. (En realidad, no todas las fuentes que menciono lo son exactamente del Submariner, sino que algunos son compartidas por los relojes deportivos y de submarinismo en general, o la marca Rolex en otros modelos de su catálogo; pero habría sido un pecado no centrarse en uno de los relojes más famosos como hilo conductor).

La caja Borgel

Aunque a simple vista pueda pensarse que no se parecen en nada, yo diría que el reloj al que más deben el Submariner y la propia Rolex es al reloj de trinchera con caja Borgel. La caja original Oyster de Rolex es casi idéntica a la Borgel, que era de lo mejor de su tiempo, muy popular y que, a su vez, incorporaba innovaciones y mejoras de sus predecesores, igual que Rolex fue mejorando y evolucionando su caja Oyster hasta llegar a la del Submariner de los años 50.

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La caja Borgel estaba elaborada con una precisión y calidad que la hacían resistente al polvo e incluso a una inmersión a poca profundidad, a pesar de no usar juntas ni corona roscada. Se sabe que Borgel proporcionó cajas a Wilsdorf & Davis, la marca previa a Rolex, hay cajas Borgel marcadas con el punzón W&D.

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Si de esta colaboración surgió un permiso o compra de patentes, lo ignoro (de hecho, las patentes Borgel ya habían expirado cuando se patentó la Oyster); pero la influencia de la caja Borgel en la Oyster es obvia. Aquí podemos ver el despiece de una caja Borgel.

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Y en esta imagen de Rolex vemos el esquema de una caja original Oyster, origen del Submariner.

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Como en los vagones de pasajeros de Lorenz, a pesar de los años de evolución, aún hoy podemos ver un elemento de la caja Borgel en los modelos de Rolex que tienen un bisel estriado, un bonito ejemplo de vestigio pues ha perdido su función original (el bisel era roscado) y permanece solo como elemento estético.

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La corona roscada

La invención de la corona roscada se le debe al relojero americano Ezra C. Fitch de la Waltham Watch Company, que tuvo la idea de una variación de los relojes de explorador, que llevaban un tapón sobre la corona cual petacas de licor.

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Ezra C. Fitch patentó en América en febrero de 1881 su idea, en la que la propia corona se roscaba en el reloj. La invención de la corona roscada.

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También en 1881, solo unos meses después de la anterior, se publicó la patente de otro inventor americano llamado Almon Twing, un modelo totalmente funcional de corona roscada con embrague. Un embrague es indispensable para que la corona roscada sea práctica, ya que al roscar la corona se necesita que la tija se desconecte de ella para evitar daños al movimiento, como por ejemplo romper el muelle real si hemos ya dado cuerda totalmente al reloj (o eso o esperar unas horas para poder roscar la corona). Aunque Twing se adelantó 45 años a la patente de Rolex, su invento quedó en el olvido y nunca se materializó.

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El propio Hans Wildorf compró una de las patentes ajenas para una corona roscada, una idea de 1926 de Perregaux & Perret que resultó inviable y necesitó rehacerse.

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La corona roscada que Hans Wilsdorf patentó un año después rediseñaba la invención y añadía la tija con embrague.

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Si queréis saber más en detalle sobre el funcionamiento de la corona roscada, escribí hace tiempo un artículo comparando los modelos con embrague en la tija con la solución en la corona que usan los Vostok.

Las agujas mercedes

En este punto seguimos bajo la influencia de los relojes de trinchera, pues las especificaciones ideales y el estándar militar exigían para ellos manecillas esqueletizadas en las que pudiera aplicarse pasta luminosa para la visión nocturna, a base de radio en ese momento. La solución de los relojes de trinchera fueron las agujas de catedral que tan de moda siguen hoy en los relojes elegantes y de aspecto retro.

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Es clara la influencia de las agujas de los relojes de trinchera en Rolex, cuyas manecillas mercedes son una estilización de las de catedral. De hecho, hay modelos antiguos de Rolex con agujas mercedes en los que podemos apreciar un paso intermedio entre las catedral y el diseño actual.

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Rolex Zerographe, un raro cronógrafo de Rolex con bisel graduado que se ha datado en 1937, del que se sabe de escasos ejemplares y que no estuvo disponible al público, con unas manecillas intermedias entre catedral y las mercedes actuales.

La esfera de alta legibilidad

Seguimos sin salir del reloj de trinchera. Uno de los relojes de trinchera de dotación que conocemos es el del ejército inglés, que tenía la particularidad de una esfera de esmalte negro, aparte de los otros elementos de este tipo de relojes: de pulsera, caja estanca, cristal irrompible y agujas y numerales luminosos.

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En Inglaterra se preocuparon también por dotar a los relojes de trinchera de una legibilidad mejorada, especialmente al comprobarse que en la oscuridad los numerales arábigos no presentaban una lectura clara. Se ofrecieron entonces relojes con los numerales sustituidos por puntos y símbolos. En este artículo de 1915 en el British Horological Journal se describe esta mejora de diseño.

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Traducción parcial: El problema se resuelve reemplazando los números por signos. "12" es representado por un triángulo, "6" por un óvalo, mientras que "3" y "9" son reemplazados por una "T" y las horas intermedias son marcadas con puntos en vez de numeros.

El único ejemplo que encuentro en fotografía es este reloj de médico. Vemos que solo se necesitan evoluciones mínimas del diseño (como invertir el triángulo) para visualizar, en una esfera de esmalte negro, el patrón de una esfera actual de submarinismo.

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El alto contraste entre numerales y fondo negro, así como un triángulo para identificar rápidamente las 12, también lo podemos reconocer en los relojes de piloto, en los que el triángulo suele apuntar hacia arriba y puede ir acompañado también de dos puntos.

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El movimiento automático

Aunque los movimientos automáticos existían desde el siglo XVIII, no fue hasta los años 20 del siglo pasado que llegaron a los relojes de pulsera. La marca Fortis presentó en el Basel Trade Fair de 1926 un reloj de pulsera automático producido en serie, el Harwood Automatic basado en las invenciones en que John Harwood trabajaba desde 1922. Era el sistema de los bumpers, una masa oscilante con un recorrido que no completa un giro y rebota en muelles.

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Rolex inventó poco después la masa oscilante giratoria, a la que bautizaron perpetual rotor. Es famoso el encontronazo que tuvieron con John Harwood por atribuirse Rolex en su publicidad la invención del reloj automático. El conflicto se zanjó (imagino que abogados mediante) con unas disculpas públicas de Rolex y el reconocimiento en su publicidad a Harwood.

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Aunque, curiosidad y picaresca empresarial, al revisar ahora mismo datos mientras escribo compruebo que Rolex hoy en día sigue atribuyéndose el mérito del reloj automático, con cierta ambigüedad
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pero sin dar lugar a confusión
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Ver el archivos adjunto 2374987Ver el archivos adjunto 2374988

El bisel giratorio

El bisel giratorio y graduado es una complicación que podemos datar en 1930, año en que Philip Van Horn Weems presenta un bisel bloqueable que permitía la navegación precisa para aviadores (su fecha de patente no la tengo clara).

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En 1936 Longines fabricaba ya en número el Longines-Weems, tanto como reloj de dotación para el ejército americano como para el público. Algunos ven en este reloj el nacimiento del reloj herramienta moderno.

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El reloj presentado en la revista Aviation de noviembre de 1937.

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Una reseña del reloj en la revista Popular Aviation de diciembre de 1937, que recomienda el reloj también para “entusiastas de la fotografía, deportistas, médicos y enfermeras”.

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El Weems tuvo un enorme éxito, fue usado por aviadores y ejércitos de todo el mundo y para cumplir con la demanda fue construido por otras marcas como Zenith, Omega, LeCoultre y Movado.

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A pesar de su éxito, quizás no sea hoy en día tan conocido como el Longines Lindbergh Hour Angle Watch, que el famoso piloto desarrolló con Weems tras convencerse de la importancia de la navegación en su viaje trasatlántico de 1927. Lindbergh aprendió navegación con Weems y ambos colaboraron en el diseño de este reloj, que se empezó a comercializar en 1931.

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Yo entiendo que el Longines Lindbergh Hour Angle Watch tuvo desde el principio un bisel graduado giratorio, lo que significaría que salió al mercado antes que el Weems.

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Es en 1953 cuando Rolex introduce el bisel moderno en su modelo Turn-O-Graf, “el cronógrafo más sencillo que haya habido” (y que ya predice en su publicidad uno de los usos finalmente más habituales del bisel de submarinismo... medir tiempos en la cocina).

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El Turn-O-Graf es un precursor del Submariner y ya un reloj deportivo moderno. El bisel graduado giratorio es una herramienta muy práctica para medir el tiempo cuando no se necesita una precisión de segundos, muy legible y que permite al reloj conservar un movimiento sencillo y resistente y una caja sin puntos débiles en su estanqueidad.

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El mismo año hizo por fin su aparición el modelo de Rolex diseñado para la actividad subacuática, el Submariner. Todavía no tenía el bisel unidireccional que ahora es el estándar de los relojes de buzo, ya que no estuvo disponible hasta los años 80 en que expiró la patente de Blancpain. El Fifty Fathoms de Blancpain, su competidor, no tenía una corona roscada, al ser esta una patente de Rolex. Los aficionados a los relojes tuvimos que esperar a que expiraran las patentes de todos para disfrutar de un reloj de submarinismo ideal.

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Y hasta aquí mi deconstrucción del Rolex Submariner, esto es lo que he ido encontrando en mis lecturas y observaciones. Para aquellos a los que no he descubierto la pólvora, espero que os haya gustado leer sobre la evolución e historia de este reloj y lo apreciéis ahora de otra manera. Se puede tirar del hilo de esta manera de cualquier creación humana. Y si no se puede es porque se ha perdido la información.

Como sé que estoy muy lejos de la erudición de otros compañeros del foro, no espero haber quedado libre de errores y espero que nada sea garrafal. Son bienvenidos en los comentarios todo tipo de correcciones y añadidos.

Algunas fuentes:
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Muy buen hilo, compañero.
Quizás en la deconstrucción faltó hablar un poco mas sobre el FF, que fue anterior al Submariner; porque a estas alturas ya nadie duda que el Submariner es un 'hommage' del FF ( por mas que la 'corona' se empaque en decir lo contrario y por mas que haya algunos sitios web que se empecinen en embarrar en favor de quién ha tratado de hegemonizar un discurso incorrecto y falaz, muy 'corona style' ).

Los eruditos del foro ya han hablado en otros hilos y opinado al respecto, y el FF, por sus características, también merece el lugar y gloria que le corresponde. Va siendo hora.

Saludos.
 
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  • #25
Genial artículo, quizá sería mejor decir artículo de revisión. 👏👏👏 Hasta con las fuentes consultadas. Qué interesante y cuanto he aprendido.
Gran mérito de los inventores de cada uno de los mecanismos, pero también hay que reconocer que para integrar todo eso en un solo producto debes ser un visionario.
 
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