Bueno pues ya solo quedan 200 entraditas.
Diario "La voz de Avilés"
«Cuatro cantantes muy queridos por todos interpretarán una de mis canciones en el recital»
«La SGAE es de sus socios, será todo lo participativa que ellos quieran que sea»
Meses después de su participación en la programación inaugural del Centro Niemeyer, el mierense Víctor Manuel regresa para ofrecer su formato más íntimo, sin riesgo de que, como el pasado mes de marzo, la lluvia incomode a quienes sigan el espectáculo. En esta ocasión, el concierto será mañana viernes a las 21 horas en el auditorio. El precio de la entrada, que se puede comprar en la taquilla del Niemeyer, a través del servicio Tiquexpress de Cajastur o en el teléfono 902106601, es de 25 euros.
-Vuelve a Avilés con la gira 'Vivir para cantarlo', ¿qué se va a encontrar el público?
-Esta gira empezó precisamente en Avilés, en el Teatro Palacio Valdés, en febrero de 2009. Luego estuve para la inauguración del Niemeyer, aquel día que llovió tanto. Entonces pude conocer el auditorio, que me encantó, y quise volver. Además, aprovecharemos para terminar aquí el rodaje del documental que hemos grabado sobre la gira.
-No obstante, aún les quedan conciertos. En unos días en Galicia.
-Sí, tenemos también cerradas fechas hasta diciembre. Iremos también a América.
-En cuanto al documental, ¿será algo más que la grabación de un concierto?
-Se hizo una grabación previa en el Campoamor, en Oviedo. Aquí en Avilés vamos a contar con cuatro invitados muy especiales que cantarán una canción mía.
-¿Quiénes serán esos invitados?
-Prefiero que sea una sorpresa. Son unos buenísimos amigos míos y muy queridos por el público.
-El concierto, ¿es un repaso más a su carrera?
-He querido hacer un repaso diferente a mi trayectoria. Es un espectáculo muy hablado, en el que a cada canción se le añade su comentario sobre las circunstancias que rodearon su composición, anécdotas, explicaciones...
-¿Es su espectáculo más personal?
-Eso seguro, porque la verdad es que lo que digo de mis canciones en el concierto no lo puede decir otra persona. Además, llevaba muchos años en grandes escenarios y quería volver a un formato más íntimo, más 'de crisis', en un espectáculo en el que la música compartiera espacio con la palabra.
-Y ante un repaso tan personal, ¿que balance puede hacer Víctor Manuel de lo que ha sido su carrera?
-A mí me ha permitido volver a canciones que hacía cuarenta años que no cantaba. Ha sido como meterme en el túnel del tiempo. Se ve a lo largo de todo el concierto la ingenuidad de las primeras canciones, de la etapa de 'Paxarinos' o 'La Romería', y la complejidad de otras en las que me metía en terrenos de los que salía a duras penas. Eran canciones en las que intentaba cosas más complicadas con los limitados recursos del mundo del cantautor.
-Tras este repaso, ¿qué será lo próximo?
-Pues editar el DVD con el documental de la gira, que esperamos publicarlo para Navidad. Y después no sé. Cuando empezamos la gira se planteó para tres o cuatro meses y llevamos ya dos años. Quizás haga algo con Ana, aunque tendría que preguntárselo a ella. También tengo ganas de ponerme a escribir nuevas canciones.
-¿Sigue sintiendo reacciones diferentes en el público asturiano?
-Es evidente que hay canciones que en Asturias tienen lecturas distintas, pero que acaban trascendiendo el localismo. Por ejemplo, durante la gira, me sorprendió cómo 'Asturias' fue la canción del recital más aplaudida en el concierto de Punta Arenas, en Chile.
-Algún asturiano hay por allí.
-Sí, sí que los hay, que de hecho vinieron a verme tras el concierto, pero desde luego no eran la mayoría entre el público.
-La minería de 'El Abuelo Vítor' y 'La planta 14' sufrió una reconversión, ¿comparable a la que vive la industria discográfica?
-Sí, pero en este caso sin el colchón de unos fondos mineros que la amortigüen. En apenas diez años nos hemos encontrado con que ha desaparecido toda una industria, se ha laminado un sector sin que se haya previsto una alternativa, sin que se generaran nuevos puestos de trabajo que reemplazaran a los que se han extinguido.
-Se le ve pesimista.
-Es que se trata de la desaparición de una industria. Ayer precisamente hablé con el presidente de la Sony, con la que está grabando Ana su nuevo disco, y me dijo que acababan de despedirle. Todo lo que queda en pie es provisional porque todo pasará por internet, pero ese mundo no sustituirá económicamente lo que ha sido la industria musical hasta ahora. Habrá gente con valía que podrá sacar la cabeza, pero también vemos que gente sin ningún tipo de talento logra nueve millones de descargas. Veremos qué es lo que pasa al final.
-¿Qué espera para el futuro?
-Parece que a final de año la UE prevé iniciar medidas legislativas para ordenar el mundo, hoy por hoy salvaje, de las descargas en internet. Aunque la verdad es que poco se podrá administrar cuando ya ha sido laminado y los jóvenes han interiorizado que las descargas son gratis. Gestionar eso va a ser muy complicado. Hoy por hoy, los músicos se conforman con vivir de otra cosa y tener la música como complemento, ni se plantean vivir de esto. Hay golpes de suerte, pero a la gran mayoría les cuesta horrores levantar cabeza. Cuando ya hasta los bares te cobran por dejarte tocar en ellos, entiendo que alguien se ponga como una moto de contento porque cuelga su disco o una canción y tenga 30.000 descargas. Pero eso económicamente no supone nada. Con eso no puedes ni comprar un litro de leche.
-A todo eso se suma la situación de la SGAE, ¿qué va a pasar?
-Pues estamos en proceso de elaboración de nuevos estatutos, de celebrar una asamblea abierta a todos los socios y celebrar el 20 de enero nuevas elecciones. Se trata de que haya toda la participación que haga falta, y para eso es necesario que la gente participe. La SGAE es de sus socios, y será lo que ellos decidan.