Cierto, pero lo que es indudable es que, por ejemplo, las tolerancias con las que se trabaja hoy en día la industria no las podía ni soñar hace unas décadas.
Y lo digo porque trato frecuentemente con vehículos que se construyeron en los ‘50, ‘60 y ‘70. Tenemos (yo el primero) una visión romántica sobre todo lo que se fabricó entonces, pero hoy en día nadie de vosotros haría un viaje de 1000kms con un coche clásico y al acabar diría que es mejor que con uno actual. Sí, ya lo sé, un reloj no es un coche, pero esto lo podemos aplicar a otros productos.
Los productos del pasado tienen sus valores y su encanto, pero en el presente los hay mucho mejores si hablamos de ajustes.
Y aún así seguiré dedicando mi vida profesional a los coches clásicos, con sus defectos, sus manías, sus achaques… pero sobre todo con su irresistible atracción. 😉🤘🏼