jdortega
StoryTeller
Verificad@ con 2FA
Muy buenas,
Hoy me gustaría escribir de uno de mis relojes preferidos. Un buen amigo me dijo un día que llevando este reloj parecía hasta buena persona. Y aunque el hábito no haga al monje la frase ya dice mucho de esta magnífica pieza. Es un modelo absolutamente atemporal. Y no sólo es mi opinión sincera, basada en mis gustos y convicciones estéticas, sino que este calificativo está avalado por hechos. Sino cómo se entendería que el reloj que fue premiado como el mejor reloj de hombre en el GPHG del 2005, siete años después (2012) volviera a ganar en el certamen del reloj del Premio Europeo al Reloj del Año con el mismo modelo. Y no sólo eso, sino que casi 20 años después de su aparición sigue siendo dentro de la marca el modelo más popular entre los aficionados a la relojería.
Respecto a F. P. Journe qué decir que no se haya dicho ya. Lo trataré de resumir en cuatro pinceladas. Este maestro relojero está considerado como el Dalí de la relojería, y es el relojero más galardonado de la historia moderna siendo el único en juntar hasta en tres ocasiones el Aiguille D´Or del GPHG. Ha desarrollado muchas de las más excepcionales piezas técnicas de la relojería actual. Fundó su empresa en el año 1999. Su lema es Invenit et Fecit (él lo inventó y lo hizo), que declara sin titubeos que la compañía diseña y produce para sí misma la totalidad de sus calibres y piezas, hasta el punto que es propietario de sus propias fábricas de esferas y de cajas de relojes. Produce anualmente unos 800 relojes y presume de que sus piezas las desarrolla desde el inicio hasta el final un único relojero.
Este modelo no es ni el más barato ni el más caro de la marca. Pero por popularidad sí se podría contar entre las piezas de entrada a la marca para el aficionado a la relojería. Personifica totalmente el ADN estético de la marca con sus inconfundibles agujas, el dial, la caja, la corona y el diseño de los numerales. Tiene muchas variaciones esta colección con diferentes complicaciones, pero este Chronomètre Souverain es el más sencillo. Conociendo la obsesión de Journe por la precisión de sus calibres este reloj tiene garantizado un movimiento seguro y preciso ofreciendo una reserva de marcha de 56 horas, además de estar excepcionalmente realizado en su mayor parte en oro rosa de 18 kilates. En la esfera podemos encontrar las agujas de las horas y minutos, una subesfera con los segundos y un indicador de reserva de marcha. Este indicador tiene la curiosidad que la marca interpreta su medición al revés de lo que es habitual. Es decir, en máxima carga señala al 0 en vez de al 56, considerando que lo que se indica es el número de horas que lleva el reloj funcionando y no las horas que le quedarían de carga real.
La disposición de los elementos es asimétrica pero está muy bien balanceada. La icónica corona es un auténtica maravilla y darle vueltas es un verdadero placer. La caja es de unos perfectos 40 milímetros y en muñeca con su correa de cuero la sensación es realmente sobresaliente. Es una pieza que se puede llevar excelentemente con cualquier indumentaria, ya sea de etiqueta ó en situación absolutamente casual. Pocos relojes pueden igualar la combinación de elegancia, discreción, armonía y acabados que ofrece este modelo. Esta pieza en particular su caja es de platino y el contraste con el calibre en su trasera vista, que está realizado en oro rosa, es absolutamente excepcional. El reloj en su anverso simula ser un reloj de nivel pero poca gente a simple vista se da cuenta que está hecha la caja de platino, y menos que el movimiento trasero rezuma oro rosa por todos los costados. Cuando se tiene el reloj en las manos y se ven ambas caras es cuando uno se da cuenta de que tiene ante sí una pieza de un nivel extraordinario.
Mi historia personal con esta pieza es también bastante sencilla. Estaba detrás de tener mi primer F.P. Journe y tenía algún modelo elegido entre su catálogo. Me acerqué a Rabat a que me dieran su opinión sobre las posibilidades de adquirir alguno de esos escogidos. Entre ellos estaba este modelo pero con caja en oro rosa. En la tienda tenían algún modelo de la marca pero ninguno de los que yo tenía seleccionados como posibles. Me enseñaron para ver cómo iba en muñeca este Chronometre Souverain en platino, que no hace falta mencionar era más caro que el de oro rosa, y que antes de verlo tenía clarísimo que simplemente por precio no era mi objetivo. Pero claro, como todo lo bueno una vez lo ves de cerca la cosa cambia. Al tenerlo en la mano me quedé absorto con el tremendo contraste entre el anverso de platino y el reverso de oro rosa del reloj. Era como tener dos relojes en uno. Pregunté, como es habitual, por el posible descuento en que se quedaría el precio final, para ver si así se acercaba a lo que tenía pensado con el otro modelo de oro rosa. Pero para mí sorpresa me dijeron que con Journe no había manera de hacer rebaja alguna. Era una marca que no podían hacer ningún descuento porque se lo tenían prohibido ante amenaza de quitarles la concesión si lo hacían, y les fiscalizaban hasta las facturas de venta para comprobar que no rebajaban nada sus precios. Así que incluso con este disgusto de fracaso negociador opté por quedarme con el reloj ante el flechazo total que me produjo. Y no me arrepiento, ya que F. P. Journe parece que en poco tiempo sus piezas se van revalorizando y ese teórico descuento no concedido lo vas amortizando mentalmente.
Os dejo unas fotos de ambos lados del reloj:
Saludos!
Hoy me gustaría escribir de uno de mis relojes preferidos. Un buen amigo me dijo un día que llevando este reloj parecía hasta buena persona. Y aunque el hábito no haga al monje la frase ya dice mucho de esta magnífica pieza. Es un modelo absolutamente atemporal. Y no sólo es mi opinión sincera, basada en mis gustos y convicciones estéticas, sino que este calificativo está avalado por hechos. Sino cómo se entendería que el reloj que fue premiado como el mejor reloj de hombre en el GPHG del 2005, siete años después (2012) volviera a ganar en el certamen del reloj del Premio Europeo al Reloj del Año con el mismo modelo. Y no sólo eso, sino que casi 20 años después de su aparición sigue siendo dentro de la marca el modelo más popular entre los aficionados a la relojería.
Respecto a F. P. Journe qué decir que no se haya dicho ya. Lo trataré de resumir en cuatro pinceladas. Este maestro relojero está considerado como el Dalí de la relojería, y es el relojero más galardonado de la historia moderna siendo el único en juntar hasta en tres ocasiones el Aiguille D´Or del GPHG. Ha desarrollado muchas de las más excepcionales piezas técnicas de la relojería actual. Fundó su empresa en el año 1999. Su lema es Invenit et Fecit (él lo inventó y lo hizo), que declara sin titubeos que la compañía diseña y produce para sí misma la totalidad de sus calibres y piezas, hasta el punto que es propietario de sus propias fábricas de esferas y de cajas de relojes. Produce anualmente unos 800 relojes y presume de que sus piezas las desarrolla desde el inicio hasta el final un único relojero.
Este modelo no es ni el más barato ni el más caro de la marca. Pero por popularidad sí se podría contar entre las piezas de entrada a la marca para el aficionado a la relojería. Personifica totalmente el ADN estético de la marca con sus inconfundibles agujas, el dial, la caja, la corona y el diseño de los numerales. Tiene muchas variaciones esta colección con diferentes complicaciones, pero este Chronomètre Souverain es el más sencillo. Conociendo la obsesión de Journe por la precisión de sus calibres este reloj tiene garantizado un movimiento seguro y preciso ofreciendo una reserva de marcha de 56 horas, además de estar excepcionalmente realizado en su mayor parte en oro rosa de 18 kilates. En la esfera podemos encontrar las agujas de las horas y minutos, una subesfera con los segundos y un indicador de reserva de marcha. Este indicador tiene la curiosidad que la marca interpreta su medición al revés de lo que es habitual. Es decir, en máxima carga señala al 0 en vez de al 56, considerando que lo que se indica es el número de horas que lleva el reloj funcionando y no las horas que le quedarían de carga real.
La disposición de los elementos es asimétrica pero está muy bien balanceada. La icónica corona es un auténtica maravilla y darle vueltas es un verdadero placer. La caja es de unos perfectos 40 milímetros y en muñeca con su correa de cuero la sensación es realmente sobresaliente. Es una pieza que se puede llevar excelentemente con cualquier indumentaria, ya sea de etiqueta ó en situación absolutamente casual. Pocos relojes pueden igualar la combinación de elegancia, discreción, armonía y acabados que ofrece este modelo. Esta pieza en particular su caja es de platino y el contraste con el calibre en su trasera vista, que está realizado en oro rosa, es absolutamente excepcional. El reloj en su anverso simula ser un reloj de nivel pero poca gente a simple vista se da cuenta que está hecha la caja de platino, y menos que el movimiento trasero rezuma oro rosa por todos los costados. Cuando se tiene el reloj en las manos y se ven ambas caras es cuando uno se da cuenta de que tiene ante sí una pieza de un nivel extraordinario.
Mi historia personal con esta pieza es también bastante sencilla. Estaba detrás de tener mi primer F.P. Journe y tenía algún modelo elegido entre su catálogo. Me acerqué a Rabat a que me dieran su opinión sobre las posibilidades de adquirir alguno de esos escogidos. Entre ellos estaba este modelo pero con caja en oro rosa. En la tienda tenían algún modelo de la marca pero ninguno de los que yo tenía seleccionados como posibles. Me enseñaron para ver cómo iba en muñeca este Chronometre Souverain en platino, que no hace falta mencionar era más caro que el de oro rosa, y que antes de verlo tenía clarísimo que simplemente por precio no era mi objetivo. Pero claro, como todo lo bueno una vez lo ves de cerca la cosa cambia. Al tenerlo en la mano me quedé absorto con el tremendo contraste entre el anverso de platino y el reverso de oro rosa del reloj. Era como tener dos relojes en uno. Pregunté, como es habitual, por el posible descuento en que se quedaría el precio final, para ver si así se acercaba a lo que tenía pensado con el otro modelo de oro rosa. Pero para mí sorpresa me dijeron que con Journe no había manera de hacer rebaja alguna. Era una marca que no podían hacer ningún descuento porque se lo tenían prohibido ante amenaza de quitarles la concesión si lo hacían, y les fiscalizaban hasta las facturas de venta para comprobar que no rebajaban nada sus precios. Así que incluso con este disgusto de fracaso negociador opté por quedarme con el reloj ante el flechazo total que me produjo. Y no me arrepiento, ya que F. P. Journe parece que en poco tiempo sus piezas se van revalorizando y ese teórico descuento no concedido lo vas amortizando mentalmente.
Os dejo unas fotos de ambos lados del reloj:
Saludos!
Última edición: