
Ventura
VantaBlack
Sin verificar
Bienvenidos a Entre Foreros, una serie de entrevistas en diferido a algunos de los miembros más reconocidos, veteranos o singulares de Relojes Especiales.
En cada entrega, charlaremos con un compañero del foro como si se tratase de una conversación entre foreros, descubriendo sus inicios, su mirada sobre la relojería, sus piezas favoritas y esas pequeñas historias que no siempre se cuentan en los hilos.
En estos hilos busco entrevistar a algunos de los foreros más ilustres y reconocidos del foro a nivel general, pero también dentro de los nichos que conforman la afición. De esta manera podremos conocer de primera mano formas de vivir la relojería diferentes a la nuestra y, de paso, aprendemos juntos.
El nicho de los relojes exclusivos, de alta gama o Alta Relojería, por definición no cuenta con muchos miembros, por ello es un auténtico lujo poder charlar con un forero que, además de poseer una colección de piezas excepcionales y muy exclusivas, sabe mucho de relojes.
¡Arrancamos!
Ventura: Hola Jerónimo, es un honor tenerte aquí. Con esta serie pretendo mostrar, a través de las palabras de los foreros, las distintas formas de vivir la afición. Es complicado encontrar a alguien que tenga tantos conocimientos y experiencia coleccionando relojes de muy alta gama, y que además esté dispuesto a participar en este tipo de iniciativas. Muchas gracias por prestarte a ello con tanta ilusión.
Como dicen los ingleses, first things first, ¿Cómo empezó tu afición por los relojes?
jdiaz26: Como muchas pasiones auténticas, comenzó de forma casi inconsciente. De niño me fascinaban los relojes de pulsera, tanto los mecánicos como los digitales, que por aquel entonces eran la gran novedad. El Casio que me regaló mi padrino por mi primera comunión sigue siendo uno de los recuerdos más especiales de mi infancia (aunque, por desgracia, ya no lo conservo). También hubo un reloj mecánico de esfera blanca —cuya marca soy incapaz de recordar— con un hipnótico movimiento del segundero. No entendía nada de calibres ni manufacturas, pero intuía que había algo especial ahí.
Además, me encantaba desmontarlo todo para entender cómo funcionaban las cosas, algo que, por desgracia, casi siempre acababa en consecuencias irreversibles. Con los años, la curiosidad fue creciendo: empecé a preguntar, a observar, y escuchaba con atención cuando alguien hablaba de marcas míticas como Rolex o Patek Philippe. Soñaba con ellas para “cuando fuese mayor”, aunque durante toda mi infancia y adolescencia siempre llevé algún Casio en la muñeca.
*Fotos de la red
¿Recuerdas los relojes que usaban tus padres, abuelos o tu padrino?
Mi padre siempre usaba un Rolex Datejust que le regaló a mi hermano hace algunos años, pero no tiene un especial interés en los relojes. Mi padrino también compró un Rolex Datejust cuando empezó a trabajar, pero, en cuanto aparecieron los relojes de cuarzo, se olvidó de él. De mis abuelos sí conservo un par de relojes, un Festina de mi abuelo materno que ahora mismo no soy capaz de encontrar y un Universal Genève de mi abuelo paterno.
Es digno de resaltar que Casio introdujo esa semilla que acabaría por florecer en una colección tan especial. ¿Cuál fue tu primera “Gran Pieza”?
Tras haber sido durante años un feliz y satisfecho usuario de Casio, al terminar mis estudios universitarios decidí dar un pequeño salto y regalarme un cronógrafo Seiko. Era lo que me podía permitir en ese momento, y estéticamente me encantaba: deportivo, moderno, funcional. Lamentablemente, sus 50 metros de estanqueidad no sobrevivieron a una ducha, y el reloj acabó estropeado.
*Foto de la red
A partir de ahí, empezó una fase más obsesiva. Me fascinaba el Rolex Daytona, que por entonces costaba unos 4.500 euros. Yo ya estaba trabajando, pero entre el precio y los seis meses de espera que me pedían (algo que visto con perspectiva da risa), empecé a explorar otras opciones. También empezó a tentarme el Speedmaster, tras comprarlo un amigo mío, pero no acababa de decidirme.
Finalmente, coincidiendo con que empecé un curso de piloto de avionetas, me decidí por un Breitling B1. Me lo pensé mucho, porque quería dar el salto a la relojería mecánica, pero aquel Breitling me sedujo por diseño, encajaba en mi presupuesto y estaba disponible de inmediato. Con el tiempo, aunque por importe y marca debería considerarlo mi primera "Gran Pieza" no me daba esa sensación porque lo que realmente quería era un reloj mecánico.
*Foto de la red
Si tengo que elegir una, creo que ese título le corresponde al Girard-Perregaux que compré en 2004, tras superar un problema de salud. Fue una compra muy meditada, de un reloj nuevo en una joyería estadounidense online, y marcó el inicio de una colección más consciente con la vista puesta en la alta relojería.
¿Qué define para ti un 'reloj de alta relojería': ¿Complicaciones excepcionales, artesanía manual, exclusividad... o algo más intangible?
La alta relojería es, en gran parte, un concepto subjetivo. Mi propia definición ha ido evolucionando con el tiempo. Al principio, daba mucha importancia a la historia de la marca: si me hubieran preguntado hace 20 años, habría respondido sin dudar que Patek Philippe, Audemars Piguet y Vacheron Constantin eran los máximos exponentes.
Con los años, sin embargo, he aprendido a valorar más otras cosas, como los acabados a mano, la inventiva técnica o las complicaciones bien ejecutadas, independientemente del nombre que lleve en la esfera. Me interesa más lo que se hace y cómo se hace, que quién lo firma.
Dicho esto, tampoco me interesa entrar en debates sobre qué entra o no entra dentro de la categoría de alta relojería. Disfruto contemplando los acabados de Moritz Grossmann, la elegancia silenciosa de Laurent Ferrier, los calibres artesanales de Grönefeld o las maravillas cinéticas de MB&F. Pero que admire su trabajo no significa necesariamente que sean mi prioridad como coleccionista.
Hoy por hoy, estoy en una etapa de la afición en la que la estética —lo que transmite el reloj al primer golpe de vista— pesa más que cualquier otra consideración. Me puede emocionar un reloj por su historia, su técnica o su rareza, pero si no me gusta cómo se ve en la muñeca, no entra en la caja.
En tu colección actual he podido ver PP, JLC, Rolex, Omega, Czapek, L.U Chopard… ¿Qué marca te parece insuperable en excelencia técnica y artística?
Si hablamos estrictamente de excelencia técnica, probablemente Rolex esté en primer lugar. Los relojes que tengo, y los que he visto en manos de otros, han ofrecido siempre una fiabilidad excelente. Además, son increíblemente versátiles: encajan bien en casi cualquier situación, desde lo informal hasta lo más serio. Puede que no despierten pasiones en todos los círculos, pero si hablamos de ingeniería aplicada al uso real, cuesta superarles.
Patek Philippe también me ha dado muy buen resultado, al menos en mi experiencia personal. Nunca he tenido problemas con ninguno de los míos. Pero, a diferencia de Rolex, sí conozco a otros coleccionistas que han tenido incidencias, tanto con las piezas como con el servicio postventa. No es lo habitual, pero existe.
En términos de acabado de calibres, tengo que decir que mi L.U. Chopard no tiene absolutamente nada que envidiar a los Patek que tengo… y todo por un precio bastante más razonable. Esa relación entre precio y nivel artesanal me parece uno de los secretos mejor guardados del mercado.
Si tuviera que hacer un resumen rápido:
• La excelencia técnica se la daría a Rolex.
• La excelencia artística estaría más repartida entre PP, JLC y L.U. Chopard, con ventaja para estos dos últimos en términos de valor.
Y luego está Czapek, que me tiene cautivado. Su calibre es original y visualmente fascinante, sus esferas son de las más bonitas que he tenido, pero lo que más me impresionó fue su servicio al cliente: tuve un problema mecánico puntual y lo resolvieron con rapidez, profesionalidad y cercanía. No es algo que siempre se pueda decir, incluso entre grandes marcas.
De Omega destacaría el calibre 321. Me parece muy especial —quizás el más especial dentro de los Speedmaster— aunque reconozco que está algo sobrevalorado en precio. Pero si uno quiere tener un Speedy con alma, ese es sin duda el 321.
Estoy seguro de que por tus manos han pasado varios griales de muchos foreros, pero ¿Cuál es el tuyo? ya sea alcanzado o soñado.
Durante mucho tiempo, mis dos grandes griales fueron el Patek Philippe Nautilus y el Audemars Piguet Royal Oak. Soñaba con tener ambos, y con los años logré hacerlo. Los disfruté mucho, cada uno a su manera, pero con el tiempo el Nautilus fue ganando terreno en mi muñeca y en mi percepción como reloj icónico.
Hubo una etapa en la que decidí reducir la colección, simplificar, quedarme con lo que realmente usaba y disfrutaba. En ese proceso me di cuenta de que, cada vez que tenía que elegir entre el PP y el AP, casi siempre acababa poniéndome el Nautilus. Así que tomé una decisión lógica: vendí el Royal Oak. No porque no lo valorara, sino porque el otro me representaba más.
Hoy en día hay muchos relojes que me atraen, que admiro por su diseño, técnica o singularidad, pero no los vivo como griales en el mismo sentido. El concepto de “grial” para mí está muy ligado a un deseo profundo, mantenido en el tiempo, y a la satisfacción plena cuando lo alcanzas. Y esos dos —especialmente el Nautilus— cumplieron con ese papel.
¿Alguna complicación te parece sobrevalorada? ¿Y cuál dirías que es la gran infravalorada?
El Tourbillon me parece una complicación bastante sobrevalorada. Entiendo su valor técnico y la complejidad que implica desarrollarlo bien, pero su utilidad original está desfasada, además ha perdido su exclusividad.
En cuanto a complicaciones infravaloradas, destacaría sin duda las horas del mundo. Para alguien como yo, que viaja frecuentemente entre distintos husos horarios, es una herramienta realmente útil. Más allá de su funcionalidad, me parece que muchas veces se descuida su valor técnico y su elegancia visual, cuando en realidad bien ejecutada —como en algunos modelos de Vacheron, Patek o Montblanc— es una de las complicaciones más prácticas y hermosas que se pueden llevar.
Revélanos una marca de AR que pase desapercibida para el aficionado habitual pero que fabrique obras maestras.
Una marca que encaja perfectamente en esa descripción es Romain Gauthier. A pesar de que lleva años produciendo relojes excepcionales, sigue siendo relativamente desconocida fuera de los círculos más especializados. Su nivel de acabado es sencillamente espectacular, a la altura —o incluso por encima— de muchas casas más mediáticas. Cada ángulo, cada biselado, cada puente está terminado con una devoción que recuerda más a la ebanistería que a la relojería comercial.
Lo que más me atrae de Gauthier es su coherencia: no solo diseña sus propios movimientos, sino que lo hace con una visión muy personal de la relojería, que combina tradición suiza con soluciones técnicas propias —como su sistema de corona trasera o el diseño de sus ruedas dentadas con perfil de diente optimizado—. Además, mantiene una producción extremadamente limitada, lo que refuerza ese carácter de obra artesanal más que de producto de lujo.
*Foto de la red
Otra figura que me parece absolutamente fascinante, y que pasa todavía más desapercibida, es Andreas Strehler. Es uno de los relojeros independientes más respetados entre sus colegas, pero aún muy poco conocido entre el público general. Lo suyo no es el marketing ni la estética efectista: es la ingeniería relojera en su forma más pura. Ha desarrollado mecanismos únicos como el Trans-Axial Remontoir d’Égalité, que regula la entrega de energía al escape con una precisión casi obsesiva. También es el responsable del calendario perpetuo más preciso jamás construido, capaz de calcular automáticamente los años bisiestos durante más de dos milenios sin necesidad de corrección. Estamos hablando de un nivel de pensamiento mecánico fuera de lo común.
Además, sus acabados —aunque menos ornamentales que los de otros independientes— son de una limpieza y funcionalidad admirable. Hay en sus piezas una belleza silenciosa que no busca deslumbrar a primera vista, pero que cautiva a quien sabe lo que está viendo.
*Foto de la red
Hablamos mucho de grandes piezas y casa relojeras, pero también te he visto con relojes más accesibles como algunos Crepas. Dentro de la gama de entrada, ¿Qué marcas o modelos te parecen más interesantes?
Como ya he dicho en otras respuestas, para mí la estética es el criterio número uno a la hora de elegir un reloj, sea del segmento que sea. Y me parece admirable lo que algunas marcas consiguen ofrecer con presupuestos limitados. Hay relojes bien diseñados, sólidos, con buenos acabados y calibres suizos en su interior, por una fracción del precio que pediría una marca consolidada por algo similar.
Un buen ejemplo es Crepas: sus relojes tienen una solidez y una coherencia de diseño que sorprende por el precio. No aspiran a reinventar la relojería, pero hacen muy bien lo que hacen, y eso ya es mucho.
También destacaría la línea Millesime de Raymond Weil, que combina clasicismo y elegancia con una ejecución más que digna para su gama de precio. Y, por supuesto, el Serica 5303, que me parece una propuesta con mucha personalidad, estética cuidada y un posicionamiento valiente dentro del mundo de los divers.
En general, me interesa mucho ese equilibrio: marcas que no pretenden aparentar lo que no son, pero que dentro de sus posibilidades ofrecen relojes honestos, bien construidos y con un diseño propio.
Aunque con una participación discreta, ya llevas unos 15 años en el foro ¿Qué es lo que más te atrae de esta comunidad?
Como muchos otros foreros, he pasado por etapas de más y menos actividad. Diría que esa intermitencia es casi parte natural de la afición: hay momentos de entusiasmo, de pausa, de redescubrimiento… pero siempre se vuelve.
Lo que más me atrae del foro es el buen ambiente que se respira. Aquí la afición por los relojes está por encima de todo lo demás, incluso de las diferencias que inevitablemente nos separan en otros ámbitos. Y eso tiene muchísimo valor hoy en día.
En estos 15 años no he encontrado otro espacio que combine tan bien conocimiento, compañerismo y humor. Da igual si uno colecciona G-Shock o piezas de seis cifras: si hay respeto, curiosidad y pasión, siempre hay algo que compartir. Esa diversidad unida por un interés común es, para mí, lo que hace único a este foro.
¿Cuáles son tus hilos favoritos? ¿Algún forero al que sigas especialmente?
Uno de mis hilos favoritos es el hilo diario, sin duda. Me gusta ver las fotos que comparten los foreros cada día, con piezas tan variadas y tan bien presentadas. Hay algo muy genuino en ese hilo.
También sigo con interés todo lo relacionado con Kickstarters y micromarcas. Me parece un terreno fértil para la creatividad, donde muchas veces se arriesga más que en las grandes casas. Y por supuesto, me paso por cualquier hilo de alta relojería; siempre se aprende algo o se descubre una pieza que no conocías.
Últimamente, reconozco que Panerai me tiene bastante intrigado, así que cualquier hilo relacionado con la marca me atrapa. Es una casa que no había considerado tanto en el pasado, pero cada vez me interesa más su diseño.
En cuanto a foreros, hay demasiados que aportan muchísimo. Me viene a la cabeza el humor y la devoción por Tudor de Javier Ochoa, la inagotable fuente de conocimiento de Docainstyle, la rebeldía de Tazio Nuvolari, la pasión por lo vintage y la interminable galería fotográfica de AbderramanII, la frescura de mi paisano Cazorla, las presentaciones siempre cuidadas de jdortega… pero la verdad es que son demasiados para nombrarlos a todos. Lo bonito de este foro es que siempre aparece alguien con una mirada distinta, una historia personal o un detalle técnico que te hace disfrutar más de esta afición.
Siguiendo el hilo de tu comentario de Panerai, ¿Qué es lo que te intriga? Sin duda tiene diseños muy originales y reconocibles.
Me gusta su estética, especialmente la de los Sumersible. Sé que son unos sinverguenzas pero sus relojes me gustan. Cuando me los pruebo me hacen feliz. No tengo uno todavía porque no acabo de decidirme cuál me gusta más.
¿Te animarías a estrenarte en una quedada relojera?
Ya lo he intentado pero entre que viajo mucho, me veo obligado a improvisar, tengo hijos pequeños y mi mujer también viaja, se me hace muy complicado encontrar el momento y, mucho menos, comprometerme con tiempo.
Hace unos meses me quedé impresionado al leer tu comentario en el hilo sobre los mejores relojeros vivos, se nota que no solo estás al día si no que has profundizado bastante en la materia. ¿Dónde te sueles informar de las novedades del mundillo?
En realidad, más que una estrategia de búsqueda sistemática, lo mío tiene mucho que ver con la exposición directa. Por trabajo tengo que viajar a Japón al menos una vez al año, y esos viajes me han dado acceso a cosas que sería difícil ver en otros lugares.
Tokio es un paraíso relojero: en un radio de pocos minutos andando puedes ver prácticamente todas las marcas, todos los rangos de precio, y muchas ediciones exclusivas para el mercado japonés. Pero lo más interesante para mí han sido algunas exposiciones de relojeros independientes a las que he tenido la suerte de asistir. Reúnen en una sola sala piezas de creadores como Hajime Asaoka, Naoya Hida, Sarpaneva, Gauthier, Voutilainen… relojes que muchas veces no están ni en Baselworld ni en Watches & Wonders. Algunas de esas exposiciones me han impresionado más que ferias oficiales.
El personal que organiza o atiende estos eventos suele tener un nivel de conocimiento muy alto, y siempre comparten detalles técnicos o historias que me hacen volver a casa con ganas de seguir investigando. A partir de ahí, profundizo por internet, foros como este, entrevistas con los propios relojeros y publicaciones especializadas. Pero el punto de partida casi siempre es visual, emocional y presencial. Verlos en persona cambia mucho las cosas.
¡Qué interesante! No tenía en mente que Tokio fuese un paraíso relojero, me imaginaba que habría mucho que ver de las marcas locales pero no de todas en general… si ya tenía ganas de ir ahora imagínate.
Tokio es enorme y encuentras de todo. Si te das un paseo por Ginza o Shinjuku vas a ver de todas las marcas, también compraventas con interesantes ofertas de segunda mano, además de algunos vintage. También puede aprovechar si el Yen está devaluado, añadido a que como extranjero estás exento de pagar los impuestos locales (10%), y en algunos casos puedes conseguir buenos precios. Pero lo que me ha llamado la atención han sido sobre todo las exposiciones de independientes, que es donde puedes ver cosas que se salen de lo habitual.
¿Has asistido a otros eventos relojeros como Baselworld o Watches & Wonders?
A Baselworld hace mucho, antes de inscribirme en este foro. También fui una vez al SIHH, en la misma época. Pero desde que tengo niños no puedo ir a ningún sitio por ocio si no es un plan para toda la familia, y eso no incluye ver relojes.
¿Sueles ir a tu CO de confianza a probarte los nuevos modelos que van saliendo?
La verdad es que últimamente no. Si un modelo está disponible en el CO, probablemente no me interese demasiado. No es una regla absoluta, pero en general me atrae más lo inesperado, lo que no está en todas las vitrinas o campañas.
Disfruto mucho más cuando me cruzo con una pieza especial durante un viaje o en un contexto distinto, sin haberlo planeado. Esa sensación de descubrimiento, de ver algo fuera del radar, tiene para mí mucho más valor que seguir el calendario habitual de lanzamientos.
Con tu bagaje como coleccionista, me interesa conocer tu opinión sobre la marca más famosa del mundo: ¿Qué tiene Rolex para situarse en el imaginario colectivo como ‘el mejor reloj que se puede tener’?
A Rolex hay que reconocerle dos cosas indiscutibles: fiabilidad mecánica y un diseño atemporal que ha sabido mantenerse relevante durante décadas. En eso no hay debate. Son relojes que funcionan, que aguantan y que envejecen bien. Pero también —desde mi punto de vista— es una de las marcas más aburridas. Su conservadurismo estético y su ritmo lento de innovación no conectan con lo que más me apasiona de esta afición.
Dicho esto, han hecho un trabajo brillante en algo que pocas marcas consiguen: convertirse en un objeto de deseo transversal. Rolex no necesita presentar grandes complicaciones ni acabados extremos para mantener su estatus. Su valor simbólico va mucho más allá del producto.
Curiosamente, es quizás el reloj que, cuando lo llevas, sientes que lo miran más los demás que tú mismo. Tiene ese poder de alimentar el ego de su dueño, lo cual puede ser gratificante… o incómodo, según cómo vivas tu relación con el reloj. A mí, personalmente, me produce cierto rechazo que sea la marca más deseada precisamente por muchos que no tienen ningún interés real en relojería, pero sí en hacerse notar.
Con todo, sigue siendo una referencia. Pero no necesariamente la más emocionante para quien busca algo más que reconocimiento social.
Para mí lo importante de los relojes es que estén ligados a recuerdos importantes de la vida de cada uno, y un Rolex puede cumplir con ese requisito tanto como cualquier otro.
¿Algún recuerdo inolvidable ligado a uno de tus relojes que quieras compartir?
Sí, muchos. En el caso del PP Nautilus recuerdo que estuve llamando a todas las joyerías de España tratando de conseguir uno hasta que, un par de días después de hablar con ellos, me llamaron de Suárez en Madrid diciéndome que tenían uno disponible pero tenía que recogerlo ese mismo día. Yo estaba en Sevilla en la oficina, no recuerdo que hora era pero era por la mañana, llamé a mi mujer, la recogí en su trabajo y nos fuimos a la estación de AVE.
Sacamos el primer billete que pudimos y llegamos a Suárez a las 13:30 aproximadamente. Allí estaban esperándonos. Mi mujer no sabía si reírse por la locura de la situación o llorar por el dinero que me iba a dejar en comprar un reloj. El caso es que ha quedado como una anécdota divertida con la que todavía nos reímos de vez en cuando. También fue muy especial el Submariner que me regaló mi mujer por mi 50 cumpleaños.
El Chopard lo compré en Tokio porque acababa de cerrar un contrato muy importante con un cliente japonés y fue una forma de celebrarlo. El Yachtmaster era el que llevaba cuando me reuní con unos familiares a los que no veía desde que emigraron al continente americano hace décadas. Creo que nos pasa a todos, hay relojes que han compartido momentos especiales de nuestras vidas y están ligados a estos momentos.
¿Qué opinas de las típicas polémicas que se comentan hoy en día? Escalada de precios de la relojería, omnipresencia de China, relojes homenaje, listas de espera…
La verdad es que todas esas cosas —los precios desorbitados, las listas de espera interminables, la moda de los homenajes, la omnipresencia de China— han contribuido a que crezca cierta desafección hacia la industria relojera en general. Especialmente entre quienes llevamos años en esto y hemos visto cómo ciertas dinámicas se han ido alejando del espíritu original de la afición.
Con respecto a los precios, algunos ya rozan lo absurdo. Pero al final, si puedes permitírtelo y el reloj viene acompañado de un recuerdo especial o tiene un significado personal, ese factor se vuelve secundario. No todo puede ni debe medirse en relación calidad/precio.
Sobre la presencia de China, a mí no me afecta si el reloj me gusta. Lo que no hago —ni haré— es comprar un modelo chino que imite el diseño de otro simplemente porque es más barato. No me sirve. No cumple el objetivo emocional por el que busco un reloj. Si el que realmente me gusta no me lo puedo permitir o sería irresponsable comprarlo, simplemente no lo hago. Buscar una “alternativa” sólo haría que me sintiera como si me estuviera autoengañando. Lo veo absurdo. Entiendo que pueda funcionar para otros, pero a mí no me quita las ganas del original.
En cuanto a las listas de espera, me generan desinterés. Si un reloj sólo se puede conseguir tras meses o años de espera mal gestionada, pierdo las ganas. No me obsesiona lo inalcanzable. Me ha pasado que un CO me ha ofrecido un modelo “supuestamente imposible de conseguir” mientras sabía que a otros compañeros les habían dicho que había que apuntarse en la famosa lista. Ese tipo de juego comercial me parece un insulto a la inteligencia del cliente.
Si me lo quieres vender, estupendo. Si no, tampoco pasa nada: ya compraré otra cosa. Pero no me vengas con cuentos.
¿Tienes alguna otra afición que te apasione tanto como la relojería?
Tenía muchas aficiones antes de tener hijos, ahora a duras penas me da tiempo para trabajar, hacer la compra y llevar a los niños a sus actividades. Antes practicaba mucho deporte, además de ir al gimnasio, corría todos los días llegando a participar en dos maratones, practicaba escalada con mi mujer (lo que nos animó a comprar el Rolex Explorer en 36 y 39 mm respectivamente). También viajábamos mucho por placer, ahora casi siempre es por trabajo o para visitar familiares. Quizás la afición que mejor he podido mantener es la Historia. Estudié Geografía e Historia tras haber estudiado Ingeniería Industrial por curiosidad. Las aficiones se pierden en el tiempo como lágrimas en la lluvia cuando tienes niños (y te ocupas de ellos, algo que no hace todo el mundo).
Llegamos sin darnos cuenta a la última pregunta, ¿Te planteas un futuro en Paz Relojera o este viaje no tiene estación final?
Diría que sí, ya estoy en esa Paz Relojera. No siento la necesidad de estar constantemente buscando la próxima pieza ni revisando catálogos como antes. Es cierto que me atrae la idea de tener un Panerai, pero no es una obsesión ni algo que me tenga mirando escaparates cada semana.
Para mí, un reloj tiene que ir acompañado de un momento vital, de una circunstancia que lo convierta en algo más que un objeto bonito. Cuando se alinean esos dos factores —el reloj que me atrae por alguna razón concreta, y una etapa de mi vida que le da sentido—, entonces sí, cae el siguiente. Así es como funciono desde hace tiempo.
No sé si eso significa que el viaje tiene estación final, pero al menos ahora mismo no siento prisa por llegar a la siguiente estación.
Por desgracia hasta aquí llega la entrevista de hoy. Gracias @jdiaz26 por compartir tu historia relojera y tus experiencias en un ámbito al que pocos podemos acceder. Y también por hacerlo con tanto mimo y dedicación, te lo agradezco de corazón.
Gracias Goldoff por hacer posible este espacio de comunión entre aficionados de TODAS las clases y gustos, y gracias amigos por seguir estos hilos. De verdad espero que hayáis disfrutado de esta entrevista al menos tanto como yo.
Permitidme citar una frase que me ha gustado especialmente: “Aquí la afición por los relojes está por encima de todo lo demás, incluso de las diferencias que inevitablemente nos separan en otros ámbitos”. En el mundo hay demasiadas cosas que nos separan, quedémonos con las que nos unen.
Hasta la semana que viene.
¡Comentad qué os ha parecido! Os leo

Capítulos anteriores:
Entre Foreros #1: Charlando con @javier ochoa, un forero incombustible
Entre Foreros #2: Charlando con @miquel99, pasión por la historia y los relojes
Entre Foreros #3: Charlando con @cabanillas, mucho más que el hombre del método
Entre Foreros #4: Charlando con @mandrake un jueves. Sí, un jueves
Entre Foreros #5: Charlando con @rogeroyster sobre la afición, el foro y Rolex
Entre Foreros #6: Charlando con @Vania: Mods, micromarcas y creatividad relojera
Entre Foreros #7: Charlando con @Marius Jacob, el arte de convertir la chatarra en tesoros
Entre Foreros #8: Charlando con @iVAMP, la grandeza de los 36mm