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La verdad, por mis relojes me preocupo mas que por mi. Mi camino esta claro, al horno, pero lo que pasa con mis relojes, ni idea. Que horror, espero que las nietas lo cuiden mucho y que no se olviden un Rolex en la urna. Una vida-muerte sin Rolex no me puedo imaginar.Bueno, es posible que en una primera lectura rápida del título del hilo nos hayamos acordado del gran Carlos Gardel. Y ahora, vamos al lío: no hay nada más claro que el hecho de que, para morirse, sólo hace falta estar vivo.
Y no sé si os pasa a vosotros, pero yo, a pesar de mi juventud, pienso con relativa frecuencia en el día en el que ya no estaré en este mundo -supongo que está relacionado con el hecho de que, a día de hoy mi numerosa familia depende de mi presencia para subsistir; y, quieras que no, este hecho te hace plantearte preguntas del tipo que nos ocupa-.
Y cuando llegue ese día, ¿qué va a pasar con nuestros relojes? Independientemente del valor económico de nuestras piezas, ¿no os habéis planteado alguna vez qué os gustaría que hicieran con ellas los que nos sobrevivan? ¿Tendrán intangibles para ellos? ¿Harán caja con ellas? ¿Las conservarán -aunque no las vayan a usar- en honor a nuestra memoria? Es obvio que si alguno de nuestros descendientes ha heredado la locura que compartimos en este foro, las conservarán y las disfrutarán. Pero, ¿y si no es así?
En mi caso particular, y a pesar de la extensa terna de candidatos, hasta el momento ninguno muestra excesivo interés en mis piezas...
Os leo![]()
Pues seguramente los malvendan a no ser que hagamos un inventario con todo y apuntando los precios aproximados de venta. Es una cosa que yo también me he planteado alguna vez y me temo que será carne de compraventa usurero y aprovechado. Ojalá me equivoque.Bueno, es posible que en una primera lectura rápida del título del hilo nos hayamos acordado del gran Carlos Gardel. Y ahora, vamos al lío: no hay nada más claro que el hecho de que, para morirse, sólo hace falta estar vivo.
Y no sé si os pasa a vosotros, pero yo, a pesar de mi juventud, pienso con relativa frecuencia en el día en el que ya no estaré en este mundo -supongo que está relacionado con el hecho de que, a día de hoy mi numerosa familia depende de mi presencia para subsistir; y, quieras que no, este hecho te hace plantearte preguntas del tipo que nos ocupa-.
Y cuando llegue ese día, ¿qué va a pasar con nuestros relojes? Independientemente del valor económico de nuestras piezas, ¿no os habéis planteado alguna vez qué os gustaría que hicieran con ellas los que nos sobrevivan? ¿Tendrán intangibles para ellos? ¿Harán caja con ellas? ¿Las conservarán -aunque no las vayan a usar- en honor a nuestra memoria? Es obvio que si alguno de nuestros descendientes ha heredado la locura que compartimos en este foro, las conservarán y las disfrutarán. Pero, ¿y si no es así?
En mi caso particular, y a pesar de la extensa terna de candidatos, hasta el momento ninguno muestra excesivo interés en mis piezas...
Os leo![]()
Pregúntale a Gutigon. Tiene un libro en galeradas que se titula: "Hijos, lo que siempre quisiste y no sabías como".Cuando no esté, que hagan lo que quieran con mis relojes, total, ya no estaré para verlo…
Aunque reconozco que me gustaría tener hijos, y que tengan afición a pescar, a los relojes, a la fotografía, así por lo menos las aficiones que pasen de padres a hijos.
Saludos
Jajaja, el subtítulo también lo tengo: “Diario de un tieso...”Pregúntale a Gutigon. Tiene un libro en galeradas que se titula: "Hijos, lo que siempre quisiste y no sabías como".
A esto lo llamo vivir al límiteYo no tengo hijos, ni los tendré.
Si me ocurriera algo ahora, de manera repentina en plan accidente o infarto mi mujer conoce el valor de mis relojes y sabe con quién contactar si necesitara venderlos.
Saber que nadie viene detrás hace que, sinceramente, me de igual.
El día que yo me muera
echad mis cenizas a un lago,
que sea el Suwa o el Leman
pero no en el de Chicago.
En la cuerda flojaA esto lo llamo vivir al límite