Pues aunque he puestoque por latido, en realidad, para trabajar, a no ser que tenga alguna reunión prevista, me pongo un Seiko trotero, para que no me duelan los rayazos.
Luego llega salir de paseo o el fin de semana, y entonces sí, abro el estuche de los relojes, los miro, y.... me siento como el sultán que va al harén a elegir la que mas le apetece... hmmmm!