Pues en esos casos lo mejor es el modelo suizo-francés: quedar bien sin dar ni palo.
Al margen de la fondue (un poco cansina
) te puedes lanzar al "maravilloso" mundo del queso raclette, a saber:
- Te vas al CI para evitar problemas, compras queso racclete a gogó en lonchas gruesas (ellos ya saben como hacerlo).
- Patatas pequeñas a gogó, cocidas enteras con piel y sin sal.
- Embutidos a gogó: salchichón, chorizo (en francés chorisso
)
- Pepinillos grandes en vinagre (yo pongo banderillas: a gogó).
La cuestión es poner en el centro de la mesa las patatas y embutidos para que cada uno se sirva y deje caer el queso fundido sobre el plato. El problema es que hace falta un hornillo muy curioso para poner también en el centro e ir fundiendo el queso sobre la marcha. Solución castiza a falta del horno: yo pongo un par de sartenes antiadherentes calentitas sobre un salvamenteles.
Es un asunto bastante informal, no requiere viajes a la cocina, da mucho juego para la conversación y provoca serias disputas a la hora de buscar hueco para fundir el queso, además, esta menos visto que la fondue.
Vino recomendado: Chateau Don Simón '08.
Nota: Por mucho que te cuenten sobre la comida francesa esto es lo único que me dan de comer cuando voy allí
.
Si quieres otros ejemplos te paso la receta del confit pato con salsa de naranja y coñac (tiempo de preparación para 10 personas: 10 minutos
), o la fideuá negra de lata (5 personas: 15 minutos
)... lo dicho, quedar bien sin dar ni palo: soy un estafador y disfruto.
Buen provecho.