Claro, no me pude contener. Ante la visión de semejante esperpento, y después de dos London Gin, una Seagram's y tres Tanquerays, todas ellas con tónica, se me puso una sonrisita bastante malvada, y le di tres palmaditas en la espalda, mientras le decía "Sí, sí, Glahütte. Sí, sí, Tourbillon"