Hoyanco
De la vieja guardia
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Hola a todos.
Como he comentado en muchas ocasiones, si hay una verdad absoluta tras años de afición es que los gustos evolucionan y cambian, a veces incluso de manera radical. El nunca digas nunca es algo que me he tenido que aplicar en más de una ocasión.
Llego tarde al bronce, no me sentía atraído por este material ni, sobre todo, por el rollo común a algunos bronceadictos de ver quién consigue tenerla más grande -la pátina-
a base de experimentos propios del Quimicefa, o de Master Chef. Además la mayoría de los bronces que aquí veía eran divers, de tamaño grande y no es un acabado que me guste para ese tipo de reloj.Hasta que vi en la web de Stowa que ellos también se habían apuntado a esta moda con sus fliegers y relojes de Marina, estos últimos con un toque muy de vestir. Me echaba para atrás que no son precisamente baratos, como para hacer un experimento de gusto -ya sabéis que Stowa sólo por la web- y que se venden con un par de meses de plazo de entrega.
Pero sonó la flauta, y un reloj tan especial y particular como éste apareció en nuestro FCV. Tras una transacción impecable, toca presentarlo.
No he hecho fotos de desempaquetado, que aun siendo de segunda mano venía como comprado a la marca. El clásico maletín de aluminio de Stowa que tantas veces hemos visto y que protege el reloj para su traslado de manera perfecta.
Sus características técnicas, tomadas de la propia web de Stowa_
Caja de bronce CuSN8 de 40 mm de diámetro con un lug to lug de 48,60 y 10,20 de altura.
Esfera de plata 925, con agujas azuladas al fuego.
Actualmente Stowa lo vende con un movimiento Sellita SW200, pero mi unidad monta una Etasa 2824 en acabado top, con calibre decorado y tornillos azulados.
El fondo de la caja también es de bronce , y va atornillado. He observado que muchos relojes con caja de bronce presentan el fondo en acero. Éste no.
Un par de fotos del fondo y del movimiento.
La hebilla también es de bronce, firmada con el logo de Stowa
Un detalle de la corona con forma de cebolla, que le da un toque muy elegante.
Las agujas azuladas al fuego son un espectáculo y la causa de que me piten en la mayoría de semáforos, porque me quedo embobado haciendo el idiota con ellas, sobre todo si hace sol....
Termino con un par de fotos más, deseando que os haya gustado el reportaje.
Gracias por llegar hasta aquí.
Un saludo,
Javier.
