Por aclarar conceptos, Rolex indica expresamente "intervención por parte de un tercero no autorizado por Rolex".
Que el propietario del reloj sea un tercero no autorizado por Rolex sería discutible.
Que el propietario tenga la lícita expectativa de poder soltar un eslabón del armis de su reloj puede argumentarse de modo perfectamente razonable, empleando únicamente expectativas generadas por la propia casa Rolex:
Rolex facilitaba como dotación, por lo menos en el modelo Sea Dweller, un destornillador para soltar eslabones del armis.
Este, concretamente:
El hecho de que Rolex facilitase un destornillador como dotación al propietario de un reloj con el mismo armis que el que nos ocupa es perfectamente indicativo de que soltar el tornillo de un armis no es una intervención no autorizada. Nunca lo ha sido (¿para qué daban el destornillador si lo era?) y si ahora lo fuese debería explicarse en letras bien grandes.
Uso incorrecto es precisamente eso: estropear un tornillo que está perfectamente accesible para hacer una cosa que la propia casa consideraba normal y para lo que te daba una herramienta. Pagas el tornillo, ofreces a la casa la oportunidad de comprobar que no se han producido daños ulteriores, y ahí debería acabar la historia.
Pretender que soltar un eslabón de un armis es una intervención por parte de un tercero no autorizado por Rolex que anula la garantía es una pretensión absolutamente extemporánea. La propia existencia del destornillador como herramienta destinada al público en general indica a las claras que Rolex consideraba al propietario del reloj persona autorizada a soltar un eslabón, y le facilitaba la herramienta necesaria.
Es más, que el famoso destornillador no sea aplicable a este reloj es algo que dices tú, porque Rolex no lo llama Sea Dweller, sino Rolex Ref. 2100.
El material destinado a los profesionales era diferente
luego cualquier particular puede considerarse implícitamente autorizado por Rolex a utilizar las herramientas destinadas a los propietarios de los relojes y puestas en circulación por la propia casa, para soltar el eslabón de su reloj.
Creo que he dejado sobradamente demostrado por qué yo no considero que esa operación no es una intervención no autorizada, sino un uso incorrecto. Creo que también he expuesto de manera absolutamente razonable por qué no se puede interpretar que Rolex considerase que utilizar los instrumentos que ella misma facilitaba al propietario de sus relojes constituya una intervención por un tercero no autorizado por Rolex.
En mi humilde opinión, para derrotar esas pretensiones sería necesario que Rolex desautorizase expresamente las expectativas que ella misma ha creado al facilitar destornilladores, usar tornillos ordinarios y distinguir entre uso incorrecto e intervención por un tercero no autorizado por Rolex.
Por mi parte no voy a seguir insistiendo con los mismos argumentos.