D
DjPinei
Forer@ Senior
Sin verificar
Entiendo que el título del post es confuso, y es que hay bastante que aclarar en la historia. Espero que os sirva un poco como colofón a comilonas de navidad.
En la cultura china (quizás en otras asiáticas también), hay un gran respeto a la figura del profesor. Como resumen, valga citar que el la cultura se salientan cuatro elementos esenciales como aquéllos que todo ser humano debe respetar, siendo algo así como la Tierra, el cielo, el padre y el profesor; todos ellos al mismo nivel. Digo "algo así como" porque de los dos primeros no me acuerdo completamente (algo así era), pero los otros dos los recuerdo perfectamente. El profesor y el padre, como podeis ver, están al mismo nivel. Este aspecto no es realmente muy sorprendente para los que conocemos la vida aquí, puesto que, especialmente si nos remontamos 2-3 décadas, el rol de un profesor en la vida de una persona podría ser mucho más importante que el del padre. Se podría hablar mucho de todo esto, pero me gustaría no aburriros y mantener este post un poco centrado en la temática que os apasiona.
Debido a lo anterior, un profesor tiene un rango social (que no económico, no os penseis) alto en China, al menos en lo que a la percepción social china se refiere. Unido a lo extremadamente competitivo del sistema, tanto para estudiantes como para los mismos profesores, un profesor de una universidad de élite (las llamadas universidades del "Plan 985", o digamos simplemente las universidades más importantes del país, ya que el tema podría dar para un artículo compelo) tiene un reconocimiento social muy importante. Presentar tu tarjeta de profesor de una universidad de élite te permitiría, por ejemplo, saltar la cola de muchos hospitales o ser considerado persona "fiable" para muchos trámites o negociaciones.
Sin querer extenderme demasiado, el reconocimiento tampoco viene sin trabajo o "responsabilidades": el sistema es increíblemente competitivo y trabajamos miles de horas. Además, debido a la gran carga burocrática, si quieres hacer tu trabajo bien, hacen falta muchas más horas y esfuerzo aún. Si, además de promocionar a mejores plazas, quieres que tu trabajo sea útil, tanto en investigación como para los alumnos, aún toca remar más a contracorriente. Entre otras cosas, también el factor de escala que comentábamos en otro post anterior [enlace] influye: yo, por ejemplo, trabajo en un grupo de investigación que lideramos dos profesores y tenemos nada menos que unos 35 alumnos (10 de doctorado, 20 de máster y 5 de grado) y actualmente acabo de contratar a un investigador post-doctoral. Esos números son impensables en Europa (y, en muchos aspectos, esos números no tienen sentido ninguno). Vamos, que trabajamos mucho, al menos los que queremos crecer (los hay también muy bien asentados y establecidos, exactamente igual que en España; y mucho más que se podría contar...). Ya si hablamos de los pocos que encima somos extranjeros (poquísimos) las dificultades se multiplican (hablando de los que venimos aquí a trabajar y no en calidad de invitados).
Sin embargo, este post va más por la línea de las "responsabilidades" mencionadas. Y recalco que digo "responsabilidades" entrecomillado no de forma aleatoria: el profesor se considera una persona respetable y un mentor "sabio" al que acudir en cualquier faceta de la vida. Si un estudiante viene a mi despacho o me llama/escribe preguntando acerca de algún problema laboral, con su familia, con su pareja, dudas sobre planes de estudio... tengo que estar preparado. Este aspecto es importante, puesto que, como persona "fiable" que se te considera, el estudiante va a, si no directamente hacer lo que tú le sugieras, al menos dar un peso muy alto a la importancia de tu respuesta (en relación al tema de la educación en China se podría tambier hablar mucho...). Es decir, no puedo responder lo primero que se me pase por la cabeza, puesto que mi respuesta puede tener una influencia importante en el futuro del estudiante.
Conjugando un poco todo lo anterior, llegamos al punto de una boda, pogamos un poco de salseo en la mesa. En una boda China, existe la figura del "testigo", que, más que testigo, en nuestra cultura occidental se podría considerar como "oficiante", al ser realmente el que declara a la nueva pareja como un matrimonio. Ojo, en todo esto me estoy refiriendo a la celebración de la boda, ya que la boda primeramente se realiza de forma legal en la oficina correspondiente (lo equivalente a una boda civil en España). Como testigo, la pareja ha de elegir a alguien de su total confianza, que aprecien de corazón, y además con el rango más alto posible (por el tema de la "confiabilidad" mencionado anteriormente). Así pues, he aquí el punto en el que, después de tanto trabajo para promocionar por los distintos escalafones de plazas de profesor universitario en una universidad de élite, uno se puede acabar convirtiendo en, digamos, oficiante de bodas a tiempo parcial. Como mi hermana me dijo una vez en tono jocoso [sic] "tanto traballar para acabar oficiando vodas", que, traducido del gallego, sería "tanto trabajar para acabar oficiando bodas".
Así pues, en este 2024 que se nos acaba, entre mis atribuciones como profesor, me ha tocado oficiar dos bodas chinas. La primera, la de uno de mis estudiantes de doctorado, al que además aprecio muchísimo, por lo que fue un placer. La segunda, no de un estudiante, sino de un sobrino por la rama china de la familia. No quiero decir que no fuese un placer, pero oficiar una boda en el noroeste de China en diciembre implica ponerse un traje a temperaturas de -22ºC, lo que difícilmente se puede considerar placentero. Lo bueno es que no fue durante las celebraciones del Año Nuevo Chino, en las que solemos llegar a los casi -40ºC (os he compartido anteriormente una foto de un G-Shock a -37ºC [enlace]...). Sea dicho, no obstante, que aprenderse y practicar el discurso en chino (mi nivel de chino no llega a tanto como para hacerlo en tiempo real; además de que a nadie le gustaría un discurso con errores en su boda) es casi peor que las temperaturas...
En fin, sin más preámbulos, os muestro es que tenía que ser, sin lugar a dudas, el elegido para este tipo de eventos (y, así fue, pues, el elegido para ambas ceremonias):
Una foto un poco más de cerca:
Se trata de un Shanghai 1120-203, de los que se ha hablado alguna vez en este foro. Data de los finales de los 60 ó principios de los 70. En aquel momento sólo personas muy privilegiadas económicamente podían acceder a un reloj. En referencia a "los cuatro elementos que cualquiera debe respetar" mencionados anteriormente, también hay cuatro objetos cuya posesión denotaba éxito, al menos económicamente, en el pasado chino. Lamentablemente no recuerdo los cuatro, pero sí tres de ellos: una radio, una bicicleta y un reloj. La bicicleta era equiparable a lo que hoy sería un coche de gama alta. De entre los relojes, los Shanghai son unos de los más reputados (nota: sigue habiendo tiendas de "Shanghai" en los ciertos comerciales, así como de "Sea-Gull").
Para los curiosos, una foto de la trasera tomada hace unos años:
El reloj es un reloj manual, tremendamente sencillo, y comprado de segunda mano en lo que podríamos considerar el equivalente chino a Wallapop ("Xianyu" se llama). Era un reloj de uso diario, digamos reloj-herramienta, y, además, durante unos años en los que seguramente fuese bien difícil obtener repuestos de nada. Unido al característico utilitarismo del chino medio, no dudo que habrá muchas piezas no originales en el mismo, empezando por la corona. Por otra parte, en este tipo de relojes, es muy complicado saber qué era lo realmente original, ya que podía depender de la fábrica estatal de la que había salido, de las piezas en ese momento, etc. A mi entender, y en base a las fotos que he visto, me parece que la esfera (incluyendo los índices), los colores, las manecillas y la caja son originales. Del resto, incluyendo calibre, no puedo decir nada. La corona sé casi seguro que no es la original (la original es más finita) y la correa metálica es, sin duda alguna, genérica y no original del reloj (este modelo se ve mayormente con piel).
En cualquier caso, es un reloj comprado en el 2018 y usado muchas veces como reloj de diario. La precisión va por días, unas veces se siente animoso y gana 40 segundos al día, otras veces perezoso y pierde un par de minutos. Huelga decir que no le he hecho absolutamente nada más que limpiarlo exteriormente. No sé ni siquiera si ha tenido alguna vez un mantenimiento... Y es que lo que teneis abajo es una captura del anuncio cuando se compró:
Estamos hablando de 160 yuanes chinos, unos 21€ al cambio. Tampoco se puede pedir mucho...
¡Saludos a la comidad y espero que os haya gustado la historieta!
PD: También intrínseco a la cultura china es la falta de vacaciones, así que tanto el 25 como el día de fin de año trabajamos normalmente. Aquí no se celebra nada de ello...
PD2: Si alguien quiere sugerir algún tipo de cariño que le debiese dar al reloj, podeis hacérmelo saber. Escucharé vuestras siempre sabias opiniones.
En la cultura china (quizás en otras asiáticas también), hay un gran respeto a la figura del profesor. Como resumen, valga citar que el la cultura se salientan cuatro elementos esenciales como aquéllos que todo ser humano debe respetar, siendo algo así como la Tierra, el cielo, el padre y el profesor; todos ellos al mismo nivel. Digo "algo así como" porque de los dos primeros no me acuerdo completamente (algo así era), pero los otros dos los recuerdo perfectamente. El profesor y el padre, como podeis ver, están al mismo nivel. Este aspecto no es realmente muy sorprendente para los que conocemos la vida aquí, puesto que, especialmente si nos remontamos 2-3 décadas, el rol de un profesor en la vida de una persona podría ser mucho más importante que el del padre. Se podría hablar mucho de todo esto, pero me gustaría no aburriros y mantener este post un poco centrado en la temática que os apasiona.
Debido a lo anterior, un profesor tiene un rango social (que no económico, no os penseis) alto en China, al menos en lo que a la percepción social china se refiere. Unido a lo extremadamente competitivo del sistema, tanto para estudiantes como para los mismos profesores, un profesor de una universidad de élite (las llamadas universidades del "Plan 985", o digamos simplemente las universidades más importantes del país, ya que el tema podría dar para un artículo compelo) tiene un reconocimiento social muy importante. Presentar tu tarjeta de profesor de una universidad de élite te permitiría, por ejemplo, saltar la cola de muchos hospitales o ser considerado persona "fiable" para muchos trámites o negociaciones.
Sin querer extenderme demasiado, el reconocimiento tampoco viene sin trabajo o "responsabilidades": el sistema es increíblemente competitivo y trabajamos miles de horas. Además, debido a la gran carga burocrática, si quieres hacer tu trabajo bien, hacen falta muchas más horas y esfuerzo aún. Si, además de promocionar a mejores plazas, quieres que tu trabajo sea útil, tanto en investigación como para los alumnos, aún toca remar más a contracorriente. Entre otras cosas, también el factor de escala que comentábamos en otro post anterior [enlace] influye: yo, por ejemplo, trabajo en un grupo de investigación que lideramos dos profesores y tenemos nada menos que unos 35 alumnos (10 de doctorado, 20 de máster y 5 de grado) y actualmente acabo de contratar a un investigador post-doctoral. Esos números son impensables en Europa (y, en muchos aspectos, esos números no tienen sentido ninguno). Vamos, que trabajamos mucho, al menos los que queremos crecer (los hay también muy bien asentados y establecidos, exactamente igual que en España; y mucho más que se podría contar...). Ya si hablamos de los pocos que encima somos extranjeros (poquísimos) las dificultades se multiplican (hablando de los que venimos aquí a trabajar y no en calidad de invitados).
Sin embargo, este post va más por la línea de las "responsabilidades" mencionadas. Y recalco que digo "responsabilidades" entrecomillado no de forma aleatoria: el profesor se considera una persona respetable y un mentor "sabio" al que acudir en cualquier faceta de la vida. Si un estudiante viene a mi despacho o me llama/escribe preguntando acerca de algún problema laboral, con su familia, con su pareja, dudas sobre planes de estudio... tengo que estar preparado. Este aspecto es importante, puesto que, como persona "fiable" que se te considera, el estudiante va a, si no directamente hacer lo que tú le sugieras, al menos dar un peso muy alto a la importancia de tu respuesta (en relación al tema de la educación en China se podría tambier hablar mucho...). Es decir, no puedo responder lo primero que se me pase por la cabeza, puesto que mi respuesta puede tener una influencia importante en el futuro del estudiante.
Conjugando un poco todo lo anterior, llegamos al punto de una boda, pogamos un poco de salseo en la mesa. En una boda China, existe la figura del "testigo", que, más que testigo, en nuestra cultura occidental se podría considerar como "oficiante", al ser realmente el que declara a la nueva pareja como un matrimonio. Ojo, en todo esto me estoy refiriendo a la celebración de la boda, ya que la boda primeramente se realiza de forma legal en la oficina correspondiente (lo equivalente a una boda civil en España). Como testigo, la pareja ha de elegir a alguien de su total confianza, que aprecien de corazón, y además con el rango más alto posible (por el tema de la "confiabilidad" mencionado anteriormente). Así pues, he aquí el punto en el que, después de tanto trabajo para promocionar por los distintos escalafones de plazas de profesor universitario en una universidad de élite, uno se puede acabar convirtiendo en, digamos, oficiante de bodas a tiempo parcial. Como mi hermana me dijo una vez en tono jocoso [sic] "tanto traballar para acabar oficiando vodas", que, traducido del gallego, sería "tanto trabajar para acabar oficiando bodas".
Así pues, en este 2024 que se nos acaba, entre mis atribuciones como profesor, me ha tocado oficiar dos bodas chinas. La primera, la de uno de mis estudiantes de doctorado, al que además aprecio muchísimo, por lo que fue un placer. La segunda, no de un estudiante, sino de un sobrino por la rama china de la familia. No quiero decir que no fuese un placer, pero oficiar una boda en el noroeste de China en diciembre implica ponerse un traje a temperaturas de -22ºC, lo que difícilmente se puede considerar placentero. Lo bueno es que no fue durante las celebraciones del Año Nuevo Chino, en las que solemos llegar a los casi -40ºC (os he compartido anteriormente una foto de un G-Shock a -37ºC [enlace]...). Sea dicho, no obstante, que aprenderse y practicar el discurso en chino (mi nivel de chino no llega a tanto como para hacerlo en tiempo real; además de que a nadie le gustaría un discurso con errores en su boda) es casi peor que las temperaturas...
En fin, sin más preámbulos, os muestro es que tenía que ser, sin lugar a dudas, el elegido para este tipo de eventos (y, así fue, pues, el elegido para ambas ceremonias):
Una foto un poco más de cerca:
Se trata de un Shanghai 1120-203, de los que se ha hablado alguna vez en este foro. Data de los finales de los 60 ó principios de los 70. En aquel momento sólo personas muy privilegiadas económicamente podían acceder a un reloj. En referencia a "los cuatro elementos que cualquiera debe respetar" mencionados anteriormente, también hay cuatro objetos cuya posesión denotaba éxito, al menos económicamente, en el pasado chino. Lamentablemente no recuerdo los cuatro, pero sí tres de ellos: una radio, una bicicleta y un reloj. La bicicleta era equiparable a lo que hoy sería un coche de gama alta. De entre los relojes, los Shanghai son unos de los más reputados (nota: sigue habiendo tiendas de "Shanghai" en los ciertos comerciales, así como de "Sea-Gull").
Para los curiosos, una foto de la trasera tomada hace unos años:
El reloj es un reloj manual, tremendamente sencillo, y comprado de segunda mano en lo que podríamos considerar el equivalente chino a Wallapop ("Xianyu" se llama). Era un reloj de uso diario, digamos reloj-herramienta, y, además, durante unos años en los que seguramente fuese bien difícil obtener repuestos de nada. Unido al característico utilitarismo del chino medio, no dudo que habrá muchas piezas no originales en el mismo, empezando por la corona. Por otra parte, en este tipo de relojes, es muy complicado saber qué era lo realmente original, ya que podía depender de la fábrica estatal de la que había salido, de las piezas en ese momento, etc. A mi entender, y en base a las fotos que he visto, me parece que la esfera (incluyendo los índices), los colores, las manecillas y la caja son originales. Del resto, incluyendo calibre, no puedo decir nada. La corona sé casi seguro que no es la original (la original es más finita) y la correa metálica es, sin duda alguna, genérica y no original del reloj (este modelo se ve mayormente con piel).
En cualquier caso, es un reloj comprado en el 2018 y usado muchas veces como reloj de diario. La precisión va por días, unas veces se siente animoso y gana 40 segundos al día, otras veces perezoso y pierde un par de minutos. Huelga decir que no le he hecho absolutamente nada más que limpiarlo exteriormente. No sé ni siquiera si ha tenido alguna vez un mantenimiento... Y es que lo que teneis abajo es una captura del anuncio cuando se compró:
Estamos hablando de 160 yuanes chinos, unos 21€ al cambio. Tampoco se puede pedir mucho...
¡Saludos a la comidad y espero que os haya gustado la historieta!
PD: También intrínseco a la cultura china es la falta de vacaciones, así que tanto el 25 como el día de fin de año trabajamos normalmente. Aquí no se celebra nada de ello...
PD2: Si alguien quiere sugerir algún tipo de cariño que le debiese dar al reloj, podeis hacérmelo saber. Escucharé vuestras siempre sabias opiniones.