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Hola:
La pluma que nos ocupa hoy es una versión de tantas de la gama Souverän de Pelikan. Poco se puede decir sobre esta gama de plumas que no se haya dicho ya dos o tres veces en todos los idiomas del planeta. Así que me limitaré a los detalles básicos.
El modelo adjunto es el tamaño más corriente y vendido de la serie, el 400, y la denominación terminada en 5 (no seáis mal pensados) nos indica que los acabados metálicos son rodiados en lugar de dorados. En este modelo todo lo metálico es rodiado, incluyendo el plumín, que por esa razón es monocolor. La edición fue una de esas indefinidas ediciones anuales características de Pelikan con un número ignoto de unidades producidas en una ubicación imprecisa durante un lapso de tiempo igualmente desconocido allá por el año 2020.
La combinación de colores, si se puede llamar así a un blanco con un blanco perlado más un blanco metálico, es, a priori, sosa y denota cierta pereza profesional. Aludiendo a su escasez cromática, esta versión recibe apelativos cariñosos tales como “la pluma del Papa”, “arroz con leche sin canela” o “la blanquita”. Es una de esas que se deberían haber vendido mal y que no sorprendería encontrarlas como regalo promocional de alguna marca desesperada de yogures naturales descremados sin azúcar en lotes de oferta. Teniendo en cuenta que ya existía una edición especial de 2017, en tamaño M605 (con ciertas diferencias), pero casi igual en conjunto, resultaba desconcertante el lanzamiento de esta versión en formato 400 pocos años después.
Por cierto que en esta pluma (y otras de la marca desde hace tiempo) ya se utiliza una combinación de bandas “coloreadas” alternantes con otras de base completamente opacas que impiden comprobar el nivel de tinta. La absurda situación que se ha desencadenado con la presentación de la “nueva” M800 roja con base opaca negra, que ha servido a algunos para atacar a la marca por “traicionar sus principios fundamentales” y que ha generado manifestaciones a lo largo y ancho del planeta, con inmolaciones, quema de monumentos, llantos incontenibles y otras manifestaciones folclóricas, resulta que es algo que Pelikan ya venía incorporando a su gama desde hace unos añitos, sin que al parecer nadie lo hubiera notado hasta ahora. Todos los modelos blancos de la talla 600 en colores “femeninos” que han ido saliendo estos años (pink striped; green white; turquoise white, violet white), una de las últimas ediciones marrones de la M800 y la exitosa M600 Tortoiseshell-Red de hace un par de años (base naranja opaca), por mencionar solo algunos, llevan una base de material completamente opaco que genera una alternancia de bandas de color y bandas de fondo no translúcidas. Pero por motivos que se desconocen y aún siguen estudiando, a nadie le había molestado el cambio y la evidente imposibilidad de visualizar el nivel de tinta interno hasta el lanzamiento de la nueva M800 roja (de la que por cierto, aún siguen montando restos de almacén con la alternancia roja y translúcida en los modelos recién salidos de fábrica). Las malas lenguas afirman que nadie lo notó porque nadie ha cargado aún con tinta esas plumas.
Volviendo a nuestra blanca, debo confesar que ha llegado a mis manos como resultado de un compromiso consistente en tener que regalar una estilográfica a una criatura que no da muestras de que vaya a darle mucho uso al artefacto. Literalmente el desafío fue enunciado como “a ver si para la comunión le regalas a (póngase aquí el nombre o apelativo que corresponda) una pluma bonita, a ver si escribe bien de una (adjetivo calificativo) vez”.
Lo primero que pensé, obviamente, fue buscarle una mierdecilla de esas chinas (perdón por lo de chinas) con algún agresivo reptil enrollado en toda su longitud y bien rebozado de purpurina, con algún colmillo o garra eyectable, ya que el angelito, lo que se dice escribir, va a escribir poco. Pero dos motivos básicos me hicieron replantearme la cuestión. El primero y principal, la existencia de un hermanito menor, que sería el primero en experimentar los resultados de las primeras pruebas balísticas realizadas con dicho instrumento. El segundo, claro está, la posibilidad de que trascendiera en lugares públicos como este que el que suscribe adquirió una vez, pagando con dinero, una de esas mierdas chinas (mis disculpas de nuevo por lo de chinas).
Para eludir responsabilidades, en la medida de lo posible, opté por sentar al receptor del futuro obsequio delante de una pantalla para que eligiera por sí mismo la estilográfica que prefería. De esta forma, también le fastidiaba la sorpresa, mínima venganza si consideramos su expediente delictivo a su corta edad.
Como no quería que el proceso degenerase en una elección inesperada que defenestrara mi presupuesto mensual, limité la búsqueda a la marca Pelikan y, dada la envergadura más bien corta del beneficiario, a los tamaños M200 / M400.
Mira que hay pelikanes de colores llamativos, algunas “gore” con las tripas al aire (esas que decimos demonstator), y va el desgraciado y le gusta la blanca con rayitas. Hay una blanca lisa muy chula le dije, mira, esa M205. Pero no, ya se había encaprichado de la de rayas.
Como podía haber sido peor, y no quiero dar ideas, me puse a la caza y captura de la M405 Silver-White. Enseguida pude comprobar que se vende todo, hasta lo más soso, y que no había muchas unidades disponibles, pero bueno, dando vueltas, apareció una, nueva con toda la dotación, apropiada para regalar y con garantía en vigor.
Pelikan M405 Silver White y Pelikan M205 Petrol Blue
Y ahora viene lo peor, ya con la pluma en la mano, resulta que la jodía no es tan sosa, ni por asomo simplona o insípida. Todo lo contrario. Ese blanco con blanco resulta sobrio y elegante, discreto pero atractivo, y su construcción, como todas las Souverän, es robusta y perfeccionista hasta el menor detalle. Ahora, ya envenenado, me temo que acabaré buscando otro ejemplar para la colección, lo cual me llevará a buscar también la versión M605 para no caer en vergonzosas asimetrías. Un sinvivir, como siempre.
Solo queda desear que la pluma disfrute de una existencia tranquila, se use solo para escribir con tinta sobre papel y dure hasta que su propietario adquiera el nivel de conciencia y sensatez que corresponde a un homo sapiens estándar (y mejor no entramos en detalles).
Mientras tanto, aquí dejamos unas fotos de lo que ahora es y no sabemos cómo acabará.
Saludos.
Pelikan M405 Silver White y Pelikan M1000
Pelikan M405 Silver White y Pelikan M1000
La pluma que nos ocupa hoy es una versión de tantas de la gama Souverän de Pelikan. Poco se puede decir sobre esta gama de plumas que no se haya dicho ya dos o tres veces en todos los idiomas del planeta. Así que me limitaré a los detalles básicos.
El modelo adjunto es el tamaño más corriente y vendido de la serie, el 400, y la denominación terminada en 5 (no seáis mal pensados) nos indica que los acabados metálicos son rodiados en lugar de dorados. En este modelo todo lo metálico es rodiado, incluyendo el plumín, que por esa razón es monocolor. La edición fue una de esas indefinidas ediciones anuales características de Pelikan con un número ignoto de unidades producidas en una ubicación imprecisa durante un lapso de tiempo igualmente desconocido allá por el año 2020.
La combinación de colores, si se puede llamar así a un blanco con un blanco perlado más un blanco metálico, es, a priori, sosa y denota cierta pereza profesional. Aludiendo a su escasez cromática, esta versión recibe apelativos cariñosos tales como “la pluma del Papa”, “arroz con leche sin canela” o “la blanquita”. Es una de esas que se deberían haber vendido mal y que no sorprendería encontrarlas como regalo promocional de alguna marca desesperada de yogures naturales descremados sin azúcar en lotes de oferta. Teniendo en cuenta que ya existía una edición especial de 2017, en tamaño M605 (con ciertas diferencias), pero casi igual en conjunto, resultaba desconcertante el lanzamiento de esta versión en formato 400 pocos años después.
Por cierto que en esta pluma (y otras de la marca desde hace tiempo) ya se utiliza una combinación de bandas “coloreadas” alternantes con otras de base completamente opacas que impiden comprobar el nivel de tinta. La absurda situación que se ha desencadenado con la presentación de la “nueva” M800 roja con base opaca negra, que ha servido a algunos para atacar a la marca por “traicionar sus principios fundamentales” y que ha generado manifestaciones a lo largo y ancho del planeta, con inmolaciones, quema de monumentos, llantos incontenibles y otras manifestaciones folclóricas, resulta que es algo que Pelikan ya venía incorporando a su gama desde hace unos añitos, sin que al parecer nadie lo hubiera notado hasta ahora. Todos los modelos blancos de la talla 600 en colores “femeninos” que han ido saliendo estos años (pink striped; green white; turquoise white, violet white), una de las últimas ediciones marrones de la M800 y la exitosa M600 Tortoiseshell-Red de hace un par de años (base naranja opaca), por mencionar solo algunos, llevan una base de material completamente opaco que genera una alternancia de bandas de color y bandas de fondo no translúcidas. Pero por motivos que se desconocen y aún siguen estudiando, a nadie le había molestado el cambio y la evidente imposibilidad de visualizar el nivel de tinta interno hasta el lanzamiento de la nueva M800 roja (de la que por cierto, aún siguen montando restos de almacén con la alternancia roja y translúcida en los modelos recién salidos de fábrica). Las malas lenguas afirman que nadie lo notó porque nadie ha cargado aún con tinta esas plumas.
Volviendo a nuestra blanca, debo confesar que ha llegado a mis manos como resultado de un compromiso consistente en tener que regalar una estilográfica a una criatura que no da muestras de que vaya a darle mucho uso al artefacto. Literalmente el desafío fue enunciado como “a ver si para la comunión le regalas a (póngase aquí el nombre o apelativo que corresponda) una pluma bonita, a ver si escribe bien de una (adjetivo calificativo) vez”.
Lo primero que pensé, obviamente, fue buscarle una mierdecilla de esas chinas (perdón por lo de chinas) con algún agresivo reptil enrollado en toda su longitud y bien rebozado de purpurina, con algún colmillo o garra eyectable, ya que el angelito, lo que se dice escribir, va a escribir poco. Pero dos motivos básicos me hicieron replantearme la cuestión. El primero y principal, la existencia de un hermanito menor, que sería el primero en experimentar los resultados de las primeras pruebas balísticas realizadas con dicho instrumento. El segundo, claro está, la posibilidad de que trascendiera en lugares públicos como este que el que suscribe adquirió una vez, pagando con dinero, una de esas mierdas chinas (mis disculpas de nuevo por lo de chinas).
Para eludir responsabilidades, en la medida de lo posible, opté por sentar al receptor del futuro obsequio delante de una pantalla para que eligiera por sí mismo la estilográfica que prefería. De esta forma, también le fastidiaba la sorpresa, mínima venganza si consideramos su expediente delictivo a su corta edad.
Como no quería que el proceso degenerase en una elección inesperada que defenestrara mi presupuesto mensual, limité la búsqueda a la marca Pelikan y, dada la envergadura más bien corta del beneficiario, a los tamaños M200 / M400.
Mira que hay pelikanes de colores llamativos, algunas “gore” con las tripas al aire (esas que decimos demonstator), y va el desgraciado y le gusta la blanca con rayitas. Hay una blanca lisa muy chula le dije, mira, esa M205. Pero no, ya se había encaprichado de la de rayas.
Como podía haber sido peor, y no quiero dar ideas, me puse a la caza y captura de la M405 Silver-White. Enseguida pude comprobar que se vende todo, hasta lo más soso, y que no había muchas unidades disponibles, pero bueno, dando vueltas, apareció una, nueva con toda la dotación, apropiada para regalar y con garantía en vigor.
Pelikan M405 Silver White y Pelikan M205 Petrol Blue
Y ahora viene lo peor, ya con la pluma en la mano, resulta que la jodía no es tan sosa, ni por asomo simplona o insípida. Todo lo contrario. Ese blanco con blanco resulta sobrio y elegante, discreto pero atractivo, y su construcción, como todas las Souverän, es robusta y perfeccionista hasta el menor detalle. Ahora, ya envenenado, me temo que acabaré buscando otro ejemplar para la colección, lo cual me llevará a buscar también la versión M605 para no caer en vergonzosas asimetrías. Un sinvivir, como siempre.
Solo queda desear que la pluma disfrute de una existencia tranquila, se use solo para escribir con tinta sobre papel y dure hasta que su propietario adquiera el nivel de conciencia y sensatez que corresponde a un homo sapiens estándar (y mejor no entramos en detalles).
Mientras tanto, aquí dejamos unas fotos de lo que ahora es y no sabemos cómo acabará.
Saludos.
Pelikan M405 Silver White y Pelikan M1000
Pelikan M405 Silver White y Pelikan M1000
