Goldoff
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Esto podría ir en un ¿Sabías que...? Lo he leído en la revista de este mes y me ha parecido interesante compartirlo.
Siempre se ha hablado de la relación entre la relojería y el automovilismo, siendo como son ambos "máquinas" y "juguetes para niños grandes", etc. Los ejemplos son abundantes, aunque tal vez sea Ferrari el más ubicuo: tiene colaboraciones oficiales con Girard Perregaux, con Hublot, con Panerai, con Cartier... e incluso con Richard Mille. Las no-oficiales (esto es, los relojes de bajo coste que le piratean los logos) no cuentan.
Lo que no sabía es que también hubo un intento con Patek Philippe, y lo más sorprendente es que Patek aceptó la propuesta. Lo cuenta Nicholas Foulkes en la revista 2 del volumen V, en un artículo que comenta la referencia 6006 y su parecido con un reloj de tablero de automóvil. Ese parecido no es casualidad, porque procede del primigenio 5000 lanzado en una fecha ahora tan lejana como 1991.
Este es el 6006G
Poco antes, durante la celebración del Salón del Automóvil de Ginebra, Ferrari se había acercado a Patek con la idea de un reloj exclusivo para obsequiar a cada comprador de un coche. A Philippe Stern le pareció una buena idea (eran otros tiempos, la relojería mecánica estaba saliendo de sus años horribilis y todavía no estaban de moda esas colaboraciones) y se pusieron a ello. Un año después, en el siguiente salón automovilístico, volvieron a reunirse las dos partes.
A los italianos les gustó el diseño, pero exigieron que el reloj luciera tanto su nombre como el cavallino en la esfera, y que en la trasera apareciera de nuevo la marca (vamos, lo que hemos visto en prácticamente todos los GP de la época de Macaluso). Stern lo tenía claro: sólo el nombre en la esfera. Los de Ferrari dijeron que si no se aceptaban sus condiciones romperían el trato. Pues nada, adiós. El 5000 aparecería en la colección de 1991 como un Calatrava más (si es que se puede usar esa expresión) sin ninguna referencia a su origen más allá del aspecto deportivo de su esfera. De nada sirvió que Ferrari regresara poco después aceptando la idea inicial de Stern: un trato es un trato, y una ruptura es una ruptura.
Esa fue la única ocasión en la que Patek estuvo a punto de añadir una marca distinta a la propia en sus esferas. A partir de la experiencia los Stern tomaron la decisión de no asociarse con otras marcas, y es algo que Thierry tiene tan claro como su padre.
Particularmente, nunca me ha atraído el diseño del 6006 (ya descatalogado, por cierto) por abigarrado, pero reconozco que el minimalismo del 5000 junto con ese segundero desplazado me "hace ojitos", de los que me salvan su relativa inaccesibilidad pero sobre todo su reducido tamaño de 33mm. Si se reeditara en 36 empezaría a tener un problema.
Siempre se ha hablado de la relación entre la relojería y el automovilismo, siendo como son ambos "máquinas" y "juguetes para niños grandes", etc. Los ejemplos son abundantes, aunque tal vez sea Ferrari el más ubicuo: tiene colaboraciones oficiales con Girard Perregaux, con Hublot, con Panerai, con Cartier... e incluso con Richard Mille. Las no-oficiales (esto es, los relojes de bajo coste que le piratean los logos) no cuentan.
Lo que no sabía es que también hubo un intento con Patek Philippe, y lo más sorprendente es que Patek aceptó la propuesta. Lo cuenta Nicholas Foulkes en la revista 2 del volumen V, en un artículo que comenta la referencia 6006 y su parecido con un reloj de tablero de automóvil. Ese parecido no es casualidad, porque procede del primigenio 5000 lanzado en una fecha ahora tan lejana como 1991.
Este es el 6006G
Poco antes, durante la celebración del Salón del Automóvil de Ginebra, Ferrari se había acercado a Patek con la idea de un reloj exclusivo para obsequiar a cada comprador de un coche. A Philippe Stern le pareció una buena idea (eran otros tiempos, la relojería mecánica estaba saliendo de sus años horribilis y todavía no estaban de moda esas colaboraciones) y se pusieron a ello. Un año después, en el siguiente salón automovilístico, volvieron a reunirse las dos partes.
A los italianos les gustó el diseño, pero exigieron que el reloj luciera tanto su nombre como el cavallino en la esfera, y que en la trasera apareciera de nuevo la marca (vamos, lo que hemos visto en prácticamente todos los GP de la época de Macaluso). Stern lo tenía claro: sólo el nombre en la esfera. Los de Ferrari dijeron que si no se aceptaban sus condiciones romperían el trato. Pues nada, adiós. El 5000 aparecería en la colección de 1991 como un Calatrava más (si es que se puede usar esa expresión) sin ninguna referencia a su origen más allá del aspecto deportivo de su esfera. De nada sirvió que Ferrari regresara poco después aceptando la idea inicial de Stern: un trato es un trato, y una ruptura es una ruptura.
Esa fue la única ocasión en la que Patek estuvo a punto de añadir una marca distinta a la propia en sus esferas. A partir de la experiencia los Stern tomaron la decisión de no asociarse con otras marcas, y es algo que Thierry tiene tan claro como su padre.
Particularmente, nunca me ha atraído el diseño del 6006 (ya descatalogado, por cierto) por abigarrado, pero reconozco que el minimalismo del 5000 junto con ese segundero desplazado me "hace ojitos", de los que me salvan su relativa inaccesibilidad pero sobre todo su reducido tamaño de 33mm. Si se reeditara en 36 empezaría a tener un problema.