Bueno, el tema es que si el reloj es un bien personal, es decir, si lo llevas puesto o en tu equipaje para uso personal durante tu estancia y no tienes intención de venderlo, no está sujeto a derechos de importación ni a IVA ni existe obligación de declararlo.
Dicho esto, las autoridades aduaneras pueden inspeccionar tu equipaje y, si consideran que el reloj tiene un valor significativo (más de 430 euros, que es el límite para bienes personales exentos en viajeros según el Reglamento (CE) nº 1186/2009), podrían pedirte que justifiques que es un bien personal.
El problema viene de que el personal de aduanas puede determinar que existen indicios de intención comercial si, por ejemplo, llevas varios relojes de alto valor con cajas y papeles, lo que podría interpretarse como que, en realidad, quieres venderlos.
Para evitar problemas, especialmente con un reloj de alto valor (ojo que aquí hablamos de más de 430 euros), es aconsejable declarar el reloj como importación temporal al entrar en la UE. En aduanas podrían incluso requerir una garantía (un depósito reembolsable) equivalente a los derechos de importación que se aplicarían si el reloj se importara permanentemente.
Si decides no declararlo y lo detectan en una inspección, quedas a expensas del criterio de las autoridades aduaneras que pueden decidir dejarlo pasar o confiscarte el reloj, ponerte una buena multa y, además, pagar los derechos de importación más el IVA correspondiente. Así que si entras en un aeropuerto europeo con un reloj valorado en, digamos 10.000 euros, no lo declaras, y los agentes sospechan que tienes intención de venderlo, te podría caer una multa, más 2.100 euros de IVA más los derechos de importación que serían unos 800 euros más.
Por eso pediría que os preguntarais, a todos los que les parece estupendo lo que le ha pasado a este tipo que llevaba una colección de relojes valorados en 800,000 euros, si os parecería igual de bien que os pasara a vosotros con un Sinn o un Longines, porque, en principio, el límite son 430 euros.
Luego está el tema de llevar la factura, que también tiene su gracia. Si no la llevas, te la pueden reclamar diciendo que es necesaria para justificar que el reloj es tuyo, y si la llevas te pueden decir que tu intención es venderlo.
Yo también he sufrido una historia parecida, aunque en una frontera de carretera y con relojes mucho menos valor. La solución que me daba el simpático agente era que me volviera a casa por donde había venido. Algo que suena a broma de mal gusto después de haber conducido durante 14 horas.