
REusuario
Habitual
Sin verificar
Los relojes de oro cantan demasiado. Aunque es verdad que, por lo general, la gente ni los mira, no es menos cierto que hay alguno que otro que sí se fija. Y estos no suelen ser, precisamente, aficionados a la relojería. La suerte de los Rolex es que las probabilidades de que sea falso son tan altas que un chorizo dudaría mucho en dar un palo para llevarse 20 míseros euros.