Desde ahora para ser un gran futbolista habrás de pasar los siguientes cursos, niño:
-Retorcerse tras contacto.
-Grito desesperado tras contacto.
-Desmayo repentino tras contacto.
Se deben aprobar al menos dos para jugar en el Barcelona.
La diferencia entre los aficionados y los árbitros en cuanto a la apreciación de las circunstancias del juego, es poca, sólo se remite a la visión, repetición de jugadas, y en general a las facilidadaes para ver las acciones realmente producidas.
Sin embargo, la apreciación de la sanción sólo depende del conocimiento del reglamento y de la honestidad en su aplicación:
La sanción por una falta cometida no depende de las consecuencias de estas, ni de los actos posteriores.
Con ejemplos bestias se entenderá:
- El intento de agresión es roja directa. Si un jugador lanza un directo de derecha al mentón de otro, y este se faja, lo esquiva, o no acierta, es tarjeta roja. Si se intenta patear en el suelo la cabeza de un adversario, y no se acierta, es tarjeta roja. Si intentas dar una colleja a un adversario, y fallas, es tarjeta roja. Si intentas dar una patada a un contrario sin posibilidad de jugar el esférico, por detrás, y sólo le trabucas si lesionarle, es tarjeta roja.
Las consecuencias sobre el campo sin hacer daño son siempre las misma: expulsión. Otra cosa es que si además la lesión existe, se juzguen después medidas más graves a aplicar.
El problema es que la acción posterior (los dos se tiran al suelo llorando, uno que ha recibido en el pecho se agarra los huevos, se los agarran los dos, les dan en la derecha y se quejen de la izquierda) no cubica para al anterior.
Jode, cabrea al aficionado, al rival, al entrenador, a todo el mundo (normalmente después de la tercera repetición, con la cámara de 360 º, porque en directo es complicado)
Se puede regular para que si se aprecia fingimiento de una lesión, se sancione. pero es complicado, porque al margen de la ausencia real de contacto, el resto de situaciones no es posible juzgarlas por un señor o señores que normalmente no han estudiado medicina, o desconocen la sensibilidad por ejemplo del ojo del segundo entrenador, que a lo mejor es muy delicado de ahí, o quizás más de los huevos...
Esto es así.Esto no es cuestionable.
El discurso sobre la segunda parte de una falta o una agresión es lícito, pero es complicado juzgar la proporcionalidad del dolor mostrado, excepto si no hay contacto, y actuar en consecuencia.
Sobre la primera parte es más sencillo, y da igual "la actuación" : la sanción es la que es siempre.
A mí me lo explicó cuando jugaba mi entrenador, me lesioné y lo dejé con 17 (el menisco y el cruzado, a freir espárragos), pero antes me dió tiempo en una ocasión a ver una amarilla que me cabreó la hostia porque controlé un balón saltando con el pié al lado de la cabeza de un rival sin tocarle, se tiró al suelo y se puso a patalear.
Mi amarilla es por juego peligroso. El del suelo podía haber hecho Mc Beth, pero la amarilla es mía.
Cuando un aficionado se cree que le va la vida en algo, no hace caso de nada. Y al final, el no entender un deporte sólo sirve para perjudicar al que lo practica: la culpa es siempre de los demás y no se aprende.