
Silmegil
Milpostista
Sin verificar
El 26 de febrero ya señalé las profundas conexiones neonazis no sólo en sectores del ejército ucraniano, sino en su política.Me da mucha pena que lo que estaba siendo un debate cortés donde las personas disentían con respeto mientras aportaban informaciones interesantes haya llegado a las descalificaciones que acabo de leer.
Si alguien se molesta en ver mis intervenciones anteriores, verán que he calificado a Putin de tirano y a Rusia de oligarquía, y que para nada he justificado con mis intervenciones esta agresión; simplemente me equivoqué pensando que adoptaría la táctica de la "intervención mínima" y no fue así, mientras que el compañero Galunco estaba convencido desde el minuto uno de que marcharían sobre Kiev y acertó: da gusto disentir con personas educadas como él y como otros compañeros, más pendientes por no ofender que por tener la razón.
Sin embargo, veo que se insulta más o menos veladamente a compañeros por señalar las infiltraciones neonazis en el ejército ucraniano y su influencia en la política local, lo que está publicado tiempo ha:
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Esto tampoco justifica una agresión como la de Putin, simplemente apunta una explicación para que no haya habido intención de respetar los Acuerdos de Minsk por ninguna de las partes durante estos siete años que el Donbass lleva desconectado política y económicamente de Kiev. Las posturas por ambas partes estaban impregnadas de un ultranacionalismo recalcitrante. Los acuerdos eran una solución razonable que no satisfacía las posturas extremistas de ambas partes:
Todos lamentamos aquí la pérdida de vidas humanas y nadie en su sano juicio blanquearía a Putin. Pero me temo que la realidad es más compleja de lo que la TV presenta, y algunos compañeros intentan aportar elementos de análisis.
No me parece bien que se les denoste por ello, y si alguien hace lo mismo conmigo por mi intervención no me bajaré al barro de las descalificaciones: a ignorados del tirón.
En suma, y perdón por el tocho: estamos ante un fracaso terrible de la diplomacia en cuya raíz está la desconfianza mutua entre la OTAN y Rusia. Se podía y se debía haber hecho mucho más que tensar la cuerda hasta partirla.
En el post al que aludo, enlacé dos artículos muy reveladores al respecto.
No obstante, denuncié la agresión rusa como lo que es. Ser ecuánime atribuyendo responsabilidades no hace que me repugne menos ver al fuerte aplastar al débil.
A mi juicio, hay dos ultranacionalismos enfrentados que no han tenido mucho interés estos ocho años por resolver el conflicto. Y sigo pensando que Ucrania y sus fanáticos neonazis han sido los tontos útiles de la OTAN, la más beneficiada de todo esto (seguida por EEUU y China).