O este
Sacado de "La verdad"
Francisco Grau Vegara lleva treinta años en Madrid. Vive de su mayor pasión, la música. Director de la Banda del Rey, sus jornadas laborales se dividen entre el Palacio de Oriente y los aviones que le llevan, de un punto a otro del mundo, a acompañar a don Juan Carlos allá donde sea necesaria dar la nota, musicalmente hablando. En todo ese ajetreo,
Paquito El Relojero siempre encuentra hueco para visitar su pueblo, Bigastro, donde le tratan como al chiquillo que, en pantalones cortos y bombardino en ristre, se iba a tocar al Teatro Circo de Orihuela.
- Ha sido el primer coronel músico del Ejército, ¿será el primer general?
- Me conformo con ser el músico militar número 1, no me apasiona la competición. Hay campos como el arte donde las competiciones no valen, eso es para el fútbol. La música es universal y el alimento del espíritu. Puede hacerte la persona más feliz del mundo o en un momento dado, te hace llorar.
- ¿Antes músico o militar?
- Antes músico que militar por historia. No obstante, la música necesita mucha disciplina como arte, , y en lo militar está esa faceta de la música porque hay subordinación. También la hay en la composición, hay subordinación en la unidad de criterios, pero esto se da en todos los órdenes de la vida. Al final, lo importantes es que cada elemento de la partitura esté en su sitio.
- ¿Cuándo se inició en la música?
- Aprendí a leer la música y el lenguaje de forma simultánea. Mi padre era relojero pero de vocación y de vida era músico. Posponía lo esencial para dar prioridad a lo musical, como arreglar instrumentos y luchar porque la banda pudiera subsistir. En aquellos tiempos pagaban al director, tenían que comprarse el instrumento y el uniforme, era mucho más bonito porque exigía un sacrificio. Además, como no existían los equipos de música, ellos eran el medio de llevársela a la gente. Él me hizo comprender que una banda de música es la orquesta sinfónica del pueblo.
- ¿Cuál fue el primer instrumento que cayó en sus manos?
- Un bombardino que tenía más de cien años. Después tuve un trombón que le compré al boticario por 2.000 pesetas y el primer piano ya mayor, con 16 ó 17 años, me costó 5.000 pesetas y lo arregló mi padre. Nunca tuve uno nuevo, ni siquiera los libros. Durante toda la carrera fueron prestados y por eso ahora una de las cosas que más me gusta es comprar libros para resarcirme de los que no pude. Lo que ganaba se lo daba a mi madre.
- ¿Dónde ha tocado?
- En cabarés, orquestinas, conjuntos de música... En cabo Roig, donde tengo mi Villa Corchea- la gente me pregunta por qué le puse así y yo les digo que es porque la he ganado corchea a corchea-, con un conjunto escribí la canción Noches de Cabo Roig. Era otra época con otros tipos de música. Por eso, cuando ahora la gente dice que la música no es buena yo les digo que no, que toda la música es buena o mala dependiendo del intérprete. O es buena, o no es música.
- Su pueblo le ha vuelto a rendir un homenaje dando su nombre al nuevo auditorio.
- Se me ha elegido a mí por ser el músico con más proyección, pero se ha elegido una vocación, una forma de ser de nuestros antecesores que consiguieron que la banda existiera y soñaron con tener un centro donde reunirse. Yo he ensayado en mil sitios, en un local del Ayuntamiento, en la entrada del cine, en el antiguo convento de las Carmelitas, en el patio de las escuelas. Ayer los músicos encontraron un sitio donde vivir.
- Bigastro es un municipio con gran tradición musical, ¿se siente un poco responsable de esa tradición?
- Si no responsable sí que he seguido muy de cerca la actividad de la música en Bigastro. He intentado ayudar a los que han querido, bien guiándoles en los campos profesionales, buscando profesores para sus finalidades, asesorando los campos donde más actividad hay en la enseñanza musical, porque yo nunca he dejado, hasta hace muy poco, de dar clase y el aspecto pedagógico siempre me ha interesado.
- ¿Cómo califica el momento musical que vive Bigastro?
- Vive una buena etapa porque la escuela de educandos vive con ilusión. Si hay cantera, hay banda, y si hay banda, Bigastro mantiene su seña cultural en alto. Nunca hemos tenido un equipo de fútbol, tuvimos uno que nos duró cuatro días, pero la música está ahí.
- ¿Se ve dentro de unos años enseñando a esa cantera?
- Dentro de unos años no sé lo que va a pasar. Me quedan casi dos de actividad y tengo una posibilidad para venir aquí y otra para quedarme en Madrid. Voy a dejar que el tiempo pase y lo que haga será pensando en conseguir lo mejor para mi gente y para mi tierra, y a veces eso se consigue desde Madrid mejor que desde aquí.
- ¿Cómo es un día en la Banda Real?
- Llego a las ocho y media al Palacio Real y hasta las diez me dedico a tareas administrativas. Después, ensayo, ensayo y ensayo. El día se me pasa volando. Ahora estamos preparando un concierto para el Palau de Les Arts de Valencia, es una prueba importante para cualquier orquesta o banda. La semana pasada estuve en París y también preparo otro concierto para Ferrol. Una de las cosas que tiene que hacer un director es saber programar y saber qué vas a tocar según el gusto del auditorio. No se puede tocar lo mismo en Valencia que en Ferrol.
- ¿Hay mujeres en la Banda Real?
- Tenemos una flauta, una contrabajo y un saxofón. Hasta hace poco también una violonchelista. Yo fui el primer presidente de tribunal militar que hizo músico a una mujer, he roto muchos tabús porque las fuerzas armadas viven un momento muy bonito y cada vez están más integradas con el pueblo.
- Ha compuesto usted de todo.
- Me defino como un compositor profesional. Ahora estoy trabajando en un tema para una película española que por supuesto no puedo desvelar. Se goza más cuando se compone algo así, con carácter histórico, porque hay que volver al siglo XV, ver su música y a la vez que sea un medio para reconocer a los personajes, que cuando entren en escena tengan una tarjeta sonora de visita.
- ¿Qué retos tiene?
- Uno muy bonito está en la Catedral de Orihuela, en su archivo musical. Creo que hay que sacarlo a flote porque la riqueza cultural de Orihuela es muy grande. De aquí salieron grandes maestros de capilla y la Catedral tiene que tener en su archivo cosas muy importantes. Esos facsímiles tienen que transcribirse, porque Orihuela fue la capital cultural del Reino de Valencia y hay que darlo a conocer.
- ¿Concibe su vida sin música?
- No. Mi mujer dice que le soy infiel porque mi gran amor es la música. No le queda otra que aliarse con ella para estar más tiempo conmigo.
- Disfruta cuando viene a su tierra.
- Creo que hay que respetar los principios de cada uno, y cuando uno es hijo de una tierra hay que respetarla a ella y a sus gentes. Me hace sentir muy satisfecho estar donde estoy, no hay nadie más feliz que el que sirve a España a través de la música.
- El himno nacional oficial tiene arreglos suyos, ¿de cuándo es la pieza?
- Junto con el himno de Holanda, el de España es el más antiguo del mundo. Es de principios del siglo XVIII, de autor desconocido pero no de origen alemán, es español. No tiene letra, como todos los himnos antiguos. Los que tienen letra proceden de los nacionalismos y España siempre ha sido una nación.