Tonin, gracias por tus palabras. Quizá podrías compartir alguno de esos "chispazos"
Hola amiga Papish!
Siempre es un placer leer y participar en tus hilos.
Respecto a los "chispazos": en esta etapa de mi vida (ya llego a los 65 años y con hijos en los 35/32 años), la mayoria de esas chispas provienen de tres pequeñines de 5, 2 1/2 y 1 1/2 años.
Sus ocurrencias, inocencia y alegría, provocan siempre una sonrisa, aun en esos días más negros y pesados que solemos tener en estas pampas sudamericanas, tan maltratadas por gobernantes, políticos y su economía, un panorama no muy distinto al de vosotros, el cual venimos soportando por décadas de desencuentros.
Los niños expresan sus cosas con inocencia y sinceridad, y en el momento menos pensado, como la mayorcita impidiendo que su hermana menor toque mis Nakayas diciendo con el seño serio: "esas son del abu, no se tocan. Solo los adultos pueden tocarlas", o con preguntas que te sorprenden a cada instante.
En otro orden, tu has puesto un buen ejemplo con tu pareja, y esos pequeños grandes gestos que reconfortan al final de un dia de trabajo y estres.
En mi caso, cumplo este año, 40 de casado con mi esposa. Imnagina cuántas cosas buenas y malas hemos pasado juntos!
Hace un par de semanas regresamos de unas cortas pero muy necesarias vacaciones, despues de muchos meses de duro trabajo, y gran estres.
Estuvimos junto al mar, que es siempre mi lugar favorito para vacacionar.
Nos gusta caminar por la playa. Largas caminatas.
A mi particularmente me gusta hacerlo mojandome los pies en esa espuma espesa y fresca de un mar transparente, y hace como cuarenta años que he inventado como excusa para hacerlo, "que la espuma aporta iodo, sales y minerales que hacen maravillas en la piel".
(Esta tontería la improvisé espontáneamente, la primera vez que mi esposa me preguntó sobre mi manía de caminar mojandome los pies en el agua de mar, hace cuarenta años!)
Pues cada vez que iniciamos una caminata diaria de vacaciones marinas, le digo a mi esposa: "ven a mi lado, que te hará bien a la piel caminar por la espuma, que te aporta... bla bla bla"... y eso le provoca una gran risa ante mi vieja y aburrida ocurrencia que por cierto conoce de memoria. Y eso son chispas... chispas, que posiblemente nadie comprenda, pero que nosotros compartimos con complicidad.
Hace un par de años, visitando Paris, mi esposa me acompañó a una boutique de la Place Vendome, para darme el gusto de comprar un reloj con el que venia soñando desde hacia mucho tiempo. Salí de la boutique con la lujosa bolsa de papel que te suelen dar en esas tiendas en la mano, conteniendo el reloj que no me habia animado a estrenar alli mismo.
Desde la boutique al hotel, caminando, tomando el bus, y volviendo a caminar por un largo rato, lo hice con la misma estúpida sonrisa de oreja a oreja que habrá intrigado a todo aquel transeunte que se cruzara conmigo. ¿De qué se sonrie este tonto? habrán pensado los franceses que me cruzaban!
Mi esposa me lo hizo notar apenas llegamos al hotel, y mostrándome unas fotos que me tomó sin avisarme. Creo que una sonrisa jamás me duró tanto tiempo!
Bueno, si nos lo proponemos, descubriremos las chispas, tus grageas, como quieras llamarlo, aun en nuestros días más grises, que son muchos y frecuentes, los que suelo atravesar, te lo aseguro.
Te envio un afectuoso saludo, y que tengas un hermoso fin de semana, al igual que todos los amigos de este sitio.
Que sea pleno de chispazos y dulces grageas!!
Tonin.