ilocasan
Forer@ Senior
Verificad@ con 2FA
Hola a todos,
Bueno, el motivo de iniciar este hilo es por algo que he observado hace poco y que vosotros, seguro, ya sabiais. Pero yo me he enterado ahora por tener que padecerlo. Supongo que a todos los que integramos este foro padecemos de más o menos los mismos sentimientos en cuanto a lo que pueda suceder a nuestras máquinas, bien sea por algún golpe que les demos o bien por algún roce que nos las arañen. Pues el caso es que he observado que se nos arañan por el simple hecho de quitárnoslos y dejarlos descansar por la noche en la mesilla o donde habitualmente los dejemos. Si tienen armis y dejamos este cerrado cuando nos quitamos el reloj de forma que el fondo quede en contacto con dicho armis, involuntariamente roza el fondo del reloj produciéndole poco a poco pequeños arañazos. Lo que más me duele es que de haberme dado cuenta antes podría haberlo evitado, tan solo, dejándolo descansar apoyado lateralemte sobre las tres o las nueve de forma que el armis no tocara el fondo. En fin, dicen que para aprender hay que perder y si con este comentario puedo evitar que otros cometan el mismo error que yo, al menos habrá servido de algo. Lo que si es seguro es que a mi NO VOLVERÁ A OCURRIRME.
Bueno, el motivo de iniciar este hilo es por algo que he observado hace poco y que vosotros, seguro, ya sabiais. Pero yo me he enterado ahora por tener que padecerlo. Supongo que a todos los que integramos este foro padecemos de más o menos los mismos sentimientos en cuanto a lo que pueda suceder a nuestras máquinas, bien sea por algún golpe que les demos o bien por algún roce que nos las arañen. Pues el caso es que he observado que se nos arañan por el simple hecho de quitárnoslos y dejarlos descansar por la noche en la mesilla o donde habitualmente los dejemos. Si tienen armis y dejamos este cerrado cuando nos quitamos el reloj de forma que el fondo quede en contacto con dicho armis, involuntariamente roza el fondo del reloj produciéndole poco a poco pequeños arañazos. Lo que más me duele es que de haberme dado cuenta antes podría haberlo evitado, tan solo, dejándolo descansar apoyado lateralemte sobre las tres o las nueve de forma que el armis no tocara el fondo. En fin, dicen que para aprender hay que perder y si con este comentario puedo evitar que otros cometan el mismo error que yo, al menos habrá servido de algo. Lo que si es seguro es que a mi NO VOLVERÁ A OCURRIRME.