El pomposamente llamado Gran Premio de Relojería de Ginebra es un concurso donde se presenta quien quiere previo pago de una cuota. Por ser preciso: la academia propone a las marcas sus propios candidatos. Las marcas podrán o no presentarlos o incluso podrán proponer candidatos alternativos. Además, las marcas que no hayan sido contactadas podrán también proponer sus relojes. Todos ellos deberán pagar una tarifa de 800 francos suizos sólo por ser considerados candidatos. Si además son nominados, habrá una nueva factura de 7000 francos más para gastos de exhibiciones, marketing y comunicación.
Le Grand Prix d’Horlogerie de Genève (GPHG) est destiné à mettre en valeur et saluer annuellement l’excellence des productions horlogères contemporaines, afin de de contribuer au rayonnement de l’horlogerie de par le monde.
gphg.org
Que no es dinero, pero llama la atención de que no esté casi ninguna de las grandes, empezando por
you-know-who y terminando por cualquiera de Alta Relojería. Que además de eso estén marcas como Venezianico o Bremont en la misma categoría que Chopard o Moser (o Berneron) produce cierto sonrojo. Por no hablar de que Voutilainen y ¡¡Raketa!! compartan categoría...
Desde luego era una oportunidad única para que el Afortunado Harvey demostrase que lo es... pero viendo los nominados para 2024 parecería que no este año. La parte buena es que hasta la siguiente edición le da tiempo a buscarse un nombre normal si lo que quiere es vender relojes de cierto nivel y no hamburguesas. Porque hay que ser muy-muy forofo de la relojería china para gastarse más de 500 € en ella. Atelier Wen es pionera, es cierto, pero no hay que olvidar que quienes están detrás de la marca son tres europeos. Franceses, para más señas.
Igual es por eso que decidieron calcarle la estética, con un desparpajo digno de mejor empeño. Como ya se ha dicho más arriba, inversión cero en I+D, y yo añadiría en marketing y estudios de mercado para penetrar en los mercados occidentales, esos chalados que compran marcas que los chinos ni mirarían porque simplemente no son suizas.
Puestos a copiar, es fácil que el ecosistema relojero chino haya empezado a copiar el suizo, con sus especialistas en cajas, en calibres y, probablemente y como ya también se ha comentado, complicaciones. Vamos, todo lo contrario a lo que los puristas entienden como manufactura. Cosa que a los fabricantes chinos les traerá sin cuidado, por otra parte.
No sé hasta que punto se va a reproducir aquí el efecto de la famosa y cada vez más lejana "crisis del cuarzo". Entonces se hablaba de pura funcionalidad, y los relojes japoneses eran más precisos y más baratos. Punto. Ahora, el punto fuerte de la relojería suiza es la tradición, la artesanía y en definitiva el lujo (o eso es lo que intenta transmitir su marketing). Y ahí los fabricantes como Harvey tienen mucha piedra por picar por mucha sonería que sean capaces de desarrollar o -probablemente- copiar.
Empezando por el nombre. Quieren asaltar (bueno, acceder) el mercado occidental y se gastan menos en marketing que un esquimal en neveras.
Yo no me gastaría 1500 € en ese reloj. Básicamente porque me parece un fraude aunque no lleve en la esfera "Atelier Wen" por mucha
democratización que quieran traer (que ya tiene coña la expresión en este contexto,
camaradas)