Cuando sientes un flechazo, por un reloj, y este es asequible, le das vueltas, tiempo, y si sigues enamorado, a por el.
Me ocurrió el pasado agosto en San Sebastián.
Tamaño, contadores, agujas, cristal abombado, colores. Precioso.
Hoy ha llegado y sigo enamorado, más si cabe.
Aparte de consideraciones técnicas, es de los relojes más bellos que tengo.
Ver el archivos adjunto 2273710