manuelfiu
De la casa
Sin verificar
Vamos a jugar un poco. Imagínate que solo pudieras tener una marca en tu colección. Nada de uno de estos y otro de estos, que si un Casio para hacer deporte y un Rolex para vestir. NO.
UNA SOLA MARCA. ¿CÚAL SERÍA Y POR QUÉ?
Comienzo yo. Aunque tengo el corazón dividido entre la marca de la corona y la de la última letra del alfabeto griego...me quedo con OMEGA.
¿La razón?
Cuando recuerdo mis años mozos, en los que soñaba con un reloj bueno, me viene a la cabeza el Omega Seamaster Bond, ese oscuro objeto del deseo que valía un pastizal y no me podía permitir. De aquella, Rolex, AP, PP y compañía estaban tan lejanos que ni siquiera me hubiera planteado imaginarme tener uno. Pues bien, la primera de las razones da paso a la segunda: la historia de la marca: Omega en la luna, Omega en las sagas de mi agente secreto favorito, Omega el primero en experimentar con materiales cerámicos en los 80, Omega incrustando oro en cajas de titanio y arriesgando en un diseño rompedor del mítico Gerald Genta...
Muchos han pasado por mis manos pero mejor no vivir de recuerdos. Supongo que después del ladrillo os gustaría ver alguna imagen. Pues estos son los que me acompañan a día de hoy, en su medio natural, la muñeca:
UNA SOLA MARCA. ¿CÚAL SERÍA Y POR QUÉ?
Comienzo yo. Aunque tengo el corazón dividido entre la marca de la corona y la de la última letra del alfabeto griego...me quedo con OMEGA.
¿La razón?
Cuando recuerdo mis años mozos, en los que soñaba con un reloj bueno, me viene a la cabeza el Omega Seamaster Bond, ese oscuro objeto del deseo que valía un pastizal y no me podía permitir. De aquella, Rolex, AP, PP y compañía estaban tan lejanos que ni siquiera me hubiera planteado imaginarme tener uno. Pues bien, la primera de las razones da paso a la segunda: la historia de la marca: Omega en la luna, Omega en las sagas de mi agente secreto favorito, Omega el primero en experimentar con materiales cerámicos en los 80, Omega incrustando oro en cajas de titanio y arriesgando en un diseño rompedor del mítico Gerald Genta...
Muchos han pasado por mis manos pero mejor no vivir de recuerdos. Supongo que después del ladrillo os gustaría ver alguna imagen. Pues estos son los que me acompañan a día de hoy, en su medio natural, la muñeca: