Voy a ver cómo lo expreso sin salirme de unas líneas autoimpuestas para no molestar a nadie. Es un tema muy amplio que no se puede tratar en un momento pero diría que bajo mi punto de vista, toda la parafernalia montada alrededor se esfuma en un momento si no hay TORO. Me explico. Toda la mística, la belleza, la plasticidad, pierde todo su sentido para mí si en el ruedo no hay un toro que sepa “pedirle los papeles” a todo el que merodea por la plaza. Y esto que parece tan fácil, pocas veces se da porque muchos intereses alrededor del mundo del toro quieren producir un toro inane que no suscita la más mínima emoción al aficionado de verdad que se tiene que conformar (o no) con ver a los toreros componer la figura, como si estuvieran en un salón, creándose una especie engaño del que mucha gente dentro de ese mundo, que tiene que comer todos los días, participa sin rubor.
Creo que hay un parón importante en la llegada de savia nueva, de chavales que vengan a aportar algo nuevo y el escalafón está muy parado. Todo el que viene nuevo trata de imitar al anterior, haciendo un toreo ramplón, empeñado en componer figuras horribles que harían sonreír a la mayoría de los toreros de antes, sin pisar terrenos arriesgados, sin exponer más que lo necesario y muchas veces tratando de ocultar o disimulando las características del toro. Como verás soy un poco pesimista con el tema pero es cómo lo veo. Siempre nos quedarán las pocas ganaderías que se esmeran en seguir con la tradición y siguen creando emoción nada más escuchar su nombre.
Dicho todo esto me considero un aficionado muy básico sin conocimiento alguno de ramas de sangre etc., de las ganaderías pero tengo amigos que recuerdan todos los toros que han visto en décadas, qué pelaje tenían, de que ganaderías eran, qué juego dieron...en definitiva AMAN AL TORO sin ambages porque lo conocen