Hay, a mi juicio, mucho advenedizo…
Que disfruta y se regodea criticando a Rolex por su falta de iniciativa y evolución en sus modelos aunque, en la actualidad esos relojes, tan solo se parecen a sus antecesores en su apariencia física, compartiendo con ellos la calidad propia que el estado de la técnica de producción industrial les permite en cada momento…
Como bien dice Santiago, y aunque los profanos no le crean, “ya no hay ni una pieza en común”.
Seguramente, lejos de poder/querer adquirir uno de sus modelos, desearían que la filosofía que preside los designios de la marca cayera en los derroteros del “pret a porter” de tantas otras (la mayoría), para así calmar la inquiteud de espíritu que les inunda cuando observan, pasivos, la singular idiosincrasia de la marca en cuestión, sin querer/poder admitir que, lo que muchos de sus admiradores apreciamos de ella es esa fidelidad que nace de la legítima creencia de un producto acertado, casi a la perfección, en su diseño y en su fin.
Es más que probable que algunos no quieran/puedan adquirir un Rolex, argumenten que son pequeños, que están muy vistos (lo siento, pero para mí están mucho más vistos otros a los que no se les objeta ese “defecto”, si es que lo es…), que no innovan, que son caros, que su calidad no es la prometida, ni la ofrecida realmente a cambio de su precio, no sé…, igual tienen razón y saben mucho de relojes y, desde luego, más que yo, pero algo me dice que no es así.
Ojalá comprometieran sus palabras y sus argumentos, comprándose uno, pilotándolo el tiempo adecuado, y luego, tras compararlos con todos aquellos que, en precio, propiedad y uso les precedieron, nos dieran una lección magistral sobre la escasez de su tamaño, la dudosa calidad de sus acabados, la poca innovación en éstos y sus calibres, su falta de precisión y/o exactitud, su estética “denostada” y el error de tantas y tantas marcas que la han imitado, la imitan y la seguirán imitando para atrapar en sus redes a quienes no quieren/pueden comprarse un Rolex, o sobre la incomodidad o baratura de sus armix, y, además, nos ofrecieran un buen y nutrido elenco de relojes “no vistos” (algo que a algunos les obsesiona), de parecidos “defectos” y precios similares o inferiores…
Francamente, creo que Rolex puede/debe ser objeto de crítica, como tantas otras, pero nunca por el hecho de trabajar sobre unos diseños intemporales, aunque severamente imitados, para mejorarlos a lo largo de los años. De hecho, algunas “marcas” se han dado cuenta de ello, y ahora se dedican a reeditar sus viejos modelos, para goce y satisfacción de muchos aficionados a la relojería de “época”, pero bajo los parámetros de la tecnología actual (no siempre mejor en términos absolutos, también hay que decirlo, caramba).
En fin, disculpad si he dicho alguna tontería u obviedad, pero es que las fotos de este post me han “puesto” y, además, yo tampoco estoy inmunizado a los efluvios del calor que nos acecha estos días…
¡Saludos!