Gutigon
¡Cruzcampo o muerte!
Sin verificar
Bueno, algunos de los rugberos del foro ya nos habíamos encontrado por varios de los mil y un hilos que habitan esta casa.
Pero aún no había un hilo que aunara ambas pasiones, así que humildemente aporto este hilo para subsanar esa carencia.
En mi caso, yo llegué al rugby de rebote, por culpa de mi mujer, ya con una cierta edad (36 años) y con cinco churumbeles ya en casa (ahora hay unos pocos más ). Y es paradójico, porque, siendo de Sevilla -donde hay bastante tradición rugbística- y habiendo estado de Erasmus en Limerick, la cuna de Munster, nunca me había dado por el oval.
Mi santa esposa, francesa por parte de padre, me soltaba de cuando en cuando: “el fútbol...el rugby sí que es un deporte”. Y un día, paseando por Huelva, encontré un cartel-anuncio, en el que el equipo de la ciudad intentaba captar jugadores...y hasta hoy, con medio siglo a cuestas.
Nunca he sido un buen jugador (soy más malo que pegarle a un padre) pero el veneno del rugby me atrapó (como el de los relojes). Pero mis nulas aptitudes rugbísticas no me han impedido hacer grandes amigos y disfrutar mucho de este deporte, lo que incluso me ha llevado a ser un asiduo al Seis Naciones, cita a la que no falto desde el 2013. Hasta el 2020, año de la pandemia, me pegué mi viajecito correspondiente, en concreto a Dublín, para presenciar el Irlanda-Gales.
Bueno, sin más, y para no hacer el hilo tan soso, os junto en una cutrefoto algunas de las camisetas que he ido recolectando por aquí y por allí.
Saludos, mucho rugby, y, como dice el lema de mis veteranos onubenses: “juerga y honor”.
Pero aún no había un hilo que aunara ambas pasiones, así que humildemente aporto este hilo para subsanar esa carencia.
En mi caso, yo llegué al rugby de rebote, por culpa de mi mujer, ya con una cierta edad (36 años) y con cinco churumbeles ya en casa (ahora hay unos pocos más ). Y es paradójico, porque, siendo de Sevilla -donde hay bastante tradición rugbística- y habiendo estado de Erasmus en Limerick, la cuna de Munster, nunca me había dado por el oval.
Mi santa esposa, francesa por parte de padre, me soltaba de cuando en cuando: “el fútbol...el rugby sí que es un deporte”. Y un día, paseando por Huelva, encontré un cartel-anuncio, en el que el equipo de la ciudad intentaba captar jugadores...y hasta hoy, con medio siglo a cuestas.
Nunca he sido un buen jugador (soy más malo que pegarle a un padre) pero el veneno del rugby me atrapó (como el de los relojes). Pero mis nulas aptitudes rugbísticas no me han impedido hacer grandes amigos y disfrutar mucho de este deporte, lo que incluso me ha llevado a ser un asiduo al Seis Naciones, cita a la que no falto desde el 2013. Hasta el 2020, año de la pandemia, me pegué mi viajecito correspondiente, en concreto a Dublín, para presenciar el Irlanda-Gales.
Bueno, sin más, y para no hacer el hilo tan soso, os junto en una cutrefoto algunas de las camisetas que he ido recolectando por aquí y por allí.
Saludos, mucho rugby, y, como dice el lema de mis veteranos onubenses: “juerga y honor”.