Rafael Sevilla
Milpostista
Sin verificar
Esta mañana me he levantado, y como todos los días, he me ido a la ducha. En la izquierda llevaba calzado mi recientemente adquirido Seiko SNZ391K1.
Salgo de la ducha con él, lo seco y titubeo... "¿me pongo hoy el Orient Star ahora que está tan chulo con su correa nueva o me dejo este...?" las prisas y pocas ganas de andar trasteando tan temprano me hacieron volverme a calzar el Seiko.
Salgo de casa, voy a tomar café al lugar de todos los días y ¡¡¡plas!!! la señora de al lado deja caer el vaso de cafe encima de mi muñeca -que la tenía apoyada en el mostrador, al lado de ella-, justo sobre el reloj. No quedó ni un eslabon libre de café. Evidentemente la preocupación de la señora fue mayúscula cuando vio el desastre. A mi, en mi interior me dio una enorme alegría al pensar "menos mal que acertaste en la elección, Rafael". Cogí mi Seiko, me lo quité, y lo sumergí en el vaso de agua que me pusieron junto al cafe, la señora alucinaba aún más cuando vió la inmersión. Si ya estaba contento con este reloj, aún lo estoy más, y es que desde que me lo compré hace unas semanas, no me lo quito apenas, a pesar de mis más recientes y para mi valiosas adquisiciones (Spirit, Glycine, por ej.) y es que por 40 y pocos Euros no he podido nunca hacer mejor compra, y además en esta ocasión ha servido de salvavidas para la preciosa y recién estrenada correa de mi queridísimo Orient Star.
Fotos de los protagonistas (por activo uno y por pasivo el otro)
EL SALVADOR (y encima con chulería el tío):
EL AGRADECIDO (salvado por la campana):
Salgo de la ducha con él, lo seco y titubeo... "¿me pongo hoy el Orient Star ahora que está tan chulo con su correa nueva o me dejo este...?" las prisas y pocas ganas de andar trasteando tan temprano me hacieron volverme a calzar el Seiko.
Salgo de casa, voy a tomar café al lugar de todos los días y ¡¡¡plas!!! la señora de al lado deja caer el vaso de cafe encima de mi muñeca -que la tenía apoyada en el mostrador, al lado de ella-, justo sobre el reloj. No quedó ni un eslabon libre de café. Evidentemente la preocupación de la señora fue mayúscula cuando vio el desastre. A mi, en mi interior me dio una enorme alegría al pensar "menos mal que acertaste en la elección, Rafael". Cogí mi Seiko, me lo quité, y lo sumergí en el vaso de agua que me pusieron junto al cafe, la señora alucinaba aún más cuando vió la inmersión. Si ya estaba contento con este reloj, aún lo estoy más, y es que desde que me lo compré hace unas semanas, no me lo quito apenas, a pesar de mis más recientes y para mi valiosas adquisiciones (Spirit, Glycine, por ej.) y es que por 40 y pocos Euros no he podido nunca hacer mejor compra, y además en esta ocasión ha servido de salvavidas para la preciosa y recién estrenada correa de mi queridísimo Orient Star.
Fotos de los protagonistas (por activo uno y por pasivo el otro)
EL SALVADOR (y encima con chulería el tío):
EL AGRADECIDO (salvado por la campana):