Voy a dar mi opinión, esta vez hablando en serio: no es difícil encontrar empleados cuya actitud me desagrada en concesionarios de relojes de lujo, me parece que es un sector en que se prodigan los comerciales especialmente impertinentes. En cierto modo se parecen a los de concesionarios de coches de muy alta gama. Hay algunos que son especialmente simpáticos, comerciales muy hábiles, y otros que pretenden ser más esnobs que el propio cliente (y no lo olvidemos que esa altanería, arrogancia, viene de un mil y pico eurista empleado vendedor hablando con el cliente comprador de un reloj de 10 mil o un coche de 150 mil euros, para más inri, cosa que he tenido que recordar a más de uno para mi desagrado, francamente, pues no es plato de gusto tener que decirle eso a nadie para que se corrija, y su consecuente bochorno). Y no, no creo que sea algo relativo a la forma de vestir, porque yo siempre visto con una corrección elevada o muy elevada.
Creo, y voy a hacer psicología de baratillo, que es el modo en que los vendedores poco hábiles creen que pueden encajar mejor en un contexto de lujo, porque seguramente dichos vendedores no están acostumbrados en su vida personal, ni mucho menos, a estar en esos ambientes y se sienten fuera de lugar, así que lo sobrecompensan.
Dicho eso, yo no veo normal que quiten los plásticos si se explicita el deseo contrario. Aclaro también que yo siempre les digo que los quiten porque no me gusta perder el tiempo en esas historias. No sé si es legal o no es legal, pero me parece de poco decoro y cortesía que le vayan a un cliente con esas pamplinas porque si el mercado gris esto y si la reventa aquello, cuando la mayoría de la gente que va a la relojería no tiene ni idea de esos temas ni les interesa: es bastante cutre. Luego muchos champanes y muchos intangibles, pero contando las habichuelas por lo que rebuscan en internet.