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The Beater Man
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Generalmente se presentan nuestras cajas y nos llenamos de orgullo cuando lo hacemos porque sabemos del sacrificio e ilusión que representan. No hace falta que sean piezas carísimas de la muerte, sino las que nos han llenado en algún u otro momento y sentimos en su día el impulso y convicción de comprar.
Hoy traigo una caja muy especial porque se trata de la de mis hijos. Son dos mellizos, Adrià y Gerard y tienen 16 años. Hace ya tres que les metí con cuchara de palo el gusto por los relojes gracias a enseñarles los míos, hablarles de lo especial que eran y preguntarles continuamente por cuál correa me aconsejaban o si vendía o cambiaba uno u otro. Pues tanto les hablé y tanto vieron que adquirieron el hábito y gusto por usarlos. Al principio solo de vez en cuando, en días de fiesta o cuando se les ocurría. Sin embargo, hace ya casi dos años que los usan a diario y los rotan de la misma manera que lo hago yo.
He aquí un pequeño comentario sobre esas piezas que una vez fueron mías, pero que yo cedí felizmente.
Estos dos relojes son de Adrià, un Sport 5 y un Seiko kinetic.
El kinetic fue mi único reloj durante más de 10 años. Luego entró en casa el Tag Heur Aquaracer y lo desbancó. Estuvo en un cajón sin apenas batería durante muchos años hasta que un día mi hijo se lo probó, le gustó y lo llevé al relojero para que funcionara a la perfección. Ahora es el reloj que mi hijo usa a diario y a su muñeca le queda perfecto.
El Sport 5 llegó para navidad hace tres años en plena CRI. Lo usé unos días, pero mi hijo le echó el lazo y se adueñó de él. Hace poco mi buen amigo Kikoskate me facilito el armis bitono y así ha quedado. Ni que decir tiene que a Adrià le encanta.
Estos son los otros dos que tiene: el Emporio Armani, que fue la única compra que él hizo con su dinerillo porque quería uno totalmente negro. El otro me lo pispó a mí en cuanto llegó. Ese Jason Hyde apareció por mi casa una mañana y a la tarde ya se lo había probado y tirado el anzuelo para que yo se lo cediera. ¿Qué iba a hacer? Pues para él, ¿no? En algún momento le pegó un porrazo y tiene el cristal astillado. Cualquier día lo llevo al relojero para cambiarlo y que por lo menos quede decente a la vista.
Entramos ahora en el mundo de Gerard, el otro mellizo. Como está enamorado del color verde, fue entrar por la puerta mi Sport 5 y lanzarse sobre él con los ojos abiertos. De eso hace un par de años por lo que la medida le venía un poco grande. Sin embargo, al año siguiente ya me pidió que le ajustara el brazalete y comenzó a usarlo para no quitárselo casi nunca.
Hace pocos meses le enseñé una foto de un Orient Mako azul que andaba por nuestro FCV y le pedí su opinión. Le dije que era para mí, y ya vi que le iba a hacer ilusión. Se lo regalé como sorpresa y le encantó. Ahora alterna los dos, un día uno y un día otro. Y cada día está más ilusionado con los relojes.
El Kronos se lo regalé para su cumpleaños hace tres veranos y lo usó un tiempo, hasta que finalmente el Sport 5 verde lo condenó al olvido. Él dice que las pieles no le van, que es más de armis. Bendito sea.
Y el sábado, como quien no quiere la cosa, le enseñé mi Sugess. Por supuesto ya lo había visto en mi caja muchas veces, pero siempre con piel. Se nos ocurrió ponerle la milanesa y se obró el milagro. Amor a primera vista. Me pidió permiso para usarlo esa noche aunque ¡me preguntó el precio por si le pasaba algo! Ni que decir tiene que ya se lo he puesto en su caja para que lo use todo lo que quiera.
Y por último os enseño la caja que comparten los dos.
Mis dos hijos mayores ya no viven conmigo. Uno no es muy de relojes, aunque le regalé un G-shock tocho que a veces se pone cuando va a la montaña. El otro también usa un par que yo le he regalado y no dudo que sería un muy buen regalo de reyes pensar en alguna pieza que sé que le hará ilusión.
Mi mujer ya es un caso aparte. Ella con su Tous ya funciona y eso que le he dicho mil veces que podría tener algo de más empaque, visto lo visto en casa. Pero ni caso, oye. En fin. Si ella es feliz, yo también. La familia es la familia.
Hay una cosa que últimamente ocupa mis pensamientos. A veces he pensado en deshacerme de buena parte de mis relojes para tener menos y mejores. Sin embargo, cuando veo que a mis hijos les gusta la afición, me convenzo de que si no los uso yo, los usarán ellos. La vida es larga y hay tiempo para todo. Para mí es una gran satisfacción el ver que compartimos un interés común y que disfrutan de ello.
Espero no haberos aburrido demasiado con mis historietas y si os place, aprovechad al hilo para poner las fotos de los relojes de vuestros hijos, de los que seguro estaréis tan orgullosos como yo de los míos.
Un saludo a todos.
Hoy traigo una caja muy especial porque se trata de la de mis hijos. Son dos mellizos, Adrià y Gerard y tienen 16 años. Hace ya tres que les metí con cuchara de palo el gusto por los relojes gracias a enseñarles los míos, hablarles de lo especial que eran y preguntarles continuamente por cuál correa me aconsejaban o si vendía o cambiaba uno u otro. Pues tanto les hablé y tanto vieron que adquirieron el hábito y gusto por usarlos. Al principio solo de vez en cuando, en días de fiesta o cuando se les ocurría. Sin embargo, hace ya casi dos años que los usan a diario y los rotan de la misma manera que lo hago yo.
He aquí un pequeño comentario sobre esas piezas que una vez fueron mías, pero que yo cedí felizmente.
Estos dos relojes son de Adrià, un Sport 5 y un Seiko kinetic.
El kinetic fue mi único reloj durante más de 10 años. Luego entró en casa el Tag Heur Aquaracer y lo desbancó. Estuvo en un cajón sin apenas batería durante muchos años hasta que un día mi hijo se lo probó, le gustó y lo llevé al relojero para que funcionara a la perfección. Ahora es el reloj que mi hijo usa a diario y a su muñeca le queda perfecto.
El Sport 5 llegó para navidad hace tres años en plena CRI. Lo usé unos días, pero mi hijo le echó el lazo y se adueñó de él. Hace poco mi buen amigo Kikoskate me facilito el armis bitono y así ha quedado. Ni que decir tiene que a Adrià le encanta.
Estos son los otros dos que tiene: el Emporio Armani, que fue la única compra que él hizo con su dinerillo porque quería uno totalmente negro. El otro me lo pispó a mí en cuanto llegó. Ese Jason Hyde apareció por mi casa una mañana y a la tarde ya se lo había probado y tirado el anzuelo para que yo se lo cediera. ¿Qué iba a hacer? Pues para él, ¿no? En algún momento le pegó un porrazo y tiene el cristal astillado. Cualquier día lo llevo al relojero para cambiarlo y que por lo menos quede decente a la vista.
Entramos ahora en el mundo de Gerard, el otro mellizo. Como está enamorado del color verde, fue entrar por la puerta mi Sport 5 y lanzarse sobre él con los ojos abiertos. De eso hace un par de años por lo que la medida le venía un poco grande. Sin embargo, al año siguiente ya me pidió que le ajustara el brazalete y comenzó a usarlo para no quitárselo casi nunca.
Hace pocos meses le enseñé una foto de un Orient Mako azul que andaba por nuestro FCV y le pedí su opinión. Le dije que era para mí, y ya vi que le iba a hacer ilusión. Se lo regalé como sorpresa y le encantó. Ahora alterna los dos, un día uno y un día otro. Y cada día está más ilusionado con los relojes.
El Kronos se lo regalé para su cumpleaños hace tres veranos y lo usó un tiempo, hasta que finalmente el Sport 5 verde lo condenó al olvido. Él dice que las pieles no le van, que es más de armis. Bendito sea.
Y el sábado, como quien no quiere la cosa, le enseñé mi Sugess. Por supuesto ya lo había visto en mi caja muchas veces, pero siempre con piel. Se nos ocurrió ponerle la milanesa y se obró el milagro. Amor a primera vista. Me pidió permiso para usarlo esa noche aunque ¡me preguntó el precio por si le pasaba algo! Ni que decir tiene que ya se lo he puesto en su caja para que lo use todo lo que quiera.
Y por último os enseño la caja que comparten los dos.
Mis dos hijos mayores ya no viven conmigo. Uno no es muy de relojes, aunque le regalé un G-shock tocho que a veces se pone cuando va a la montaña. El otro también usa un par que yo le he regalado y no dudo que sería un muy buen regalo de reyes pensar en alguna pieza que sé que le hará ilusión.
Mi mujer ya es un caso aparte. Ella con su Tous ya funciona y eso que le he dicho mil veces que podría tener algo de más empaque, visto lo visto en casa. Pero ni caso, oye. En fin. Si ella es feliz, yo también. La familia es la familia.
Hay una cosa que últimamente ocupa mis pensamientos. A veces he pensado en deshacerme de buena parte de mis relojes para tener menos y mejores. Sin embargo, cuando veo que a mis hijos les gusta la afición, me convenzo de que si no los uso yo, los usarán ellos. La vida es larga y hay tiempo para todo. Para mí es una gran satisfacción el ver que compartimos un interés común y que disfrutan de ello.
Espero no haberos aburrido demasiado con mis historietas y si os place, aprovechad al hilo para poner las fotos de los relojes de vuestros hijos, de los que seguro estaréis tan orgullosos como yo de los míos.
Un saludo a todos.