Me he tragado el hilo entero de TRF así como las conversaciones de whatsapp y testimonios de personas presuntamente timadas por Chris Essery.
En algunos casos ha devuelto el dinero pero sigue debiendo pasta a otros compradores. Se enorgullece de haber hecho más de 200 ventas y por lo tanto esto sólo podría ser la punta del iceberg con decenas de casos de gente sin haber recibido su reloj o que han recibido una falsificación. De momento 9 personas salieron a la palestra. A 4 de ellas le seguiría debiendo 152.000 dólares australianos, unos 94.000 euros.
Chris era miembro de un foro de replicas y era experto en este temita, colgó un vídeo comparando una "súper fake" a un original con fotografía macro muy detallada, vamos que sabia lo que vendía.
Tras leer las conversaciones con sus víctimas se repite el mismo modus operandi. Sólo acepta pago por transferencia bancaria. Da un numero de seguimiento de correo falso. Luego dice que la empresa transportista ha perdido el paquete. Que el seguro lo cubre. Todo esto sin aportar la mínima prueba o documentacion de ningún tipo.
Para justificar la demora en resolver el problema, sea haciendo seguimiento con la empresa de transporte, o con la del seguro, o con el envío de otra pieza, o la vuelta de una pieza falsa, o la devolución del dinero, usa una serie de excusas, algunas éticamente cuestionables. Que si está enfermo, que si se ha tenido que ocupar de sus niños, que si su trabajo le acapara, que la casa de sus padres quemó en los incendios de Australia y perdieron el perro aportando foto como "prueba" (foto cogida de un periódico digital). Que desaparecieron unos amigos (un padre y su hija) en las erupciones de un volcán en Nueva Zelandia, que amigos fueron afectados por el coronavirus, que su mujer sufrió un aborto. Todo esto para mi releva de algún tipo de enfermedad mental. No sólo el hecho de provocar el sufrimiento y angustia de sus víctimas sin parecer estar afectado, sino el uso de algunas excusas de muy mal gusto son caracteristicos de un sociópata.
Pero eso no era todo. Si la víctima se quejaba en el grupo de venta de relojes en Facebook (AWSST) que él había fundado y usaba para vender, los fulminaba baneandolos y borrando sus comentarios. Si publicaban lo ocurrido en otros sitios los amenazaba con demandarlos por difamación.
Hablan de una posible adicción a los juegos de azar y casas de apuestas con posibles deudas de juego. Usaba el dinero de los compradores de relojes para alimentar ese vicio.
Publicó una nota diciendo básicamente que la había cagado para luego borrarla y quitar el contenido de su canal YouTube, su cuenta Instagram y su cuenta Facebook. Lo que le fastidiaría seria que le pillaran no lo que le hizo a las víctimas.
También se comenta que está citado ante un juez por presunta estafa de IVA (GST en Australia), ya que cobraba IVA a los compradores sin ser empresa registrada para ello y luego se lo quedaba para él. Su abogado le habría recomendado borrar el contenido de sus cuentas en todas las redes sociales.
Vamos que si las víctimas dicen la verdad, para mí se merece por supuesto devolver todo el dinero sustraído a los que no recibieron su pedido o recibieron una falsificación. Además de una compensación por daños y perjuicios, una buena multa y una estancia en la cárcel para reflexionar.
De cara al hobby y el hecho de comprar una pieza cara a un particular, este caso me hace pensar en que hay que ser prudente y que no te puedes fiar de alguien por el mero hecho de que tenga notoriedad. Hay que seguir determinados pasos para evitar ser víctima de un fraude, por ejemplo evitar transferencias, preferir el cara a cara, PayPal, verificación de la pieza antes de la compra o inmediatamente después.