Buenas noches,
también hoy ha habido sorpresas con alguna marca de la que no me esperaba lo que he visto, pero os lo cuento en orden cronológico:
Primera parada, H. Moser& Cie. Parece que el coscorrón que se llevaron por querer presentar su Iconic Watch no fue pequeño, y que detrás de ese coscorrón estaban los supuestos homenajeados y con ellos todo el Salon. Suficiente, en todo caso, para hacerles plegar velas e incluso borrar los videos que habían subido a Youtube.
Pero no es para edo que había ido a su stand sino para ver qué traían de nuevo. Y lo que he visto son sus fabulosas esferas “concept” (sin índices ni logos) en colores tan evocadores como “Funky Blue” o “Blue Lagoon” tapando movimientos preciosos, con doble espiral y órganos reguladores modulares para un mejor mantenimiento. Ediciones limitadas a 20 ejemplares y precios entre 22.000 y 69.000 francos suizos sin contar impuestos.
Tres colecciones: Endeavour, Venturer y Swiss Alp Watch (el que hacía coña del Apple Watch)
Moser fabrica poco más de 1500 relojes al año, y reivindica la “suicidad 100%” de la relojería suiza con campañas como la del año pasado, cuando hizo un reloj... de queso. Suizo, por supuesto.
Por cierto, si alguien quiere un reloj de cocina bien chulo lo tiene aquí por ‘solo’ 1500€, el Moser más asequble::
Roger Dubuis también fabrica pocas unidades (pero estos no dicen cuántas). Eso sí, sus precios empiezan un poco más arriba: series de 28 ejemplares, algunas con precios cercanos a los 300.000 francos (siempre suizos, siempre antes de impuestos). Ya se habían asociado a Pirelli y la F1, y más recientemente han cerrado un acuerdo con Lamborghini para patrocinar las World Series y colaborar en el desarrollo de calibres.
El resultado son relojes espectaculares y muy llamativos. No sólo por su aspecto sino también por unos movimientos que toman detalles de los motores de Sant’Agata (lo que no deja de ser un prodigio de rapidez teniendo en cuenta lo reciente del acuerdo).
Otro día os cuento lo de las correas hechas con caucho de los neumáticos que han corrido en campeonato. Certificado por código de barras y garantizado por un documento como este:
Girard Perregaux no vuelve porque nunca se fue, pero es cierto que su nuevo CEO Antonio Calce (vale, no tan nuevo, lleva casi dos años) se ha propuesto devolverla al primer plano.
Y lo hace recuperando las colecciones emblemáticas (Laureato), reinterpretando las construcciones históricas (tres puentes, que ya no son de oro sino de titanio) y reivindicando el primer movimiento de cuarzo suizo inventado y desarrollado por GP.
El Laureato, cronos en 38 y 42mm
Solotempo en cerámica
Esqueleto
Tres puentes de titanio. Sin tourbillon, sólo volante-escape
Los cuarzos, para señora
Finalmente, la pieza de epatar: repetición de minutos con torbillon de tres ejes (que da como resultado un reloj gordísimo...)
Si las cifras de moser son -comparativamente hablando- pequeñas, las de Laurent Ferrier son de artesano: entre 120 y 150 piezas al año. Pese a eso, cuentan con 17 puntos de venta, la mayoría en Asia y Oriente Medio.
El señor Ferrier fue durante muchos años el máximo responsable entre los maestros relojeros de Patek Philippe, por lo que sería de esperar de él unas piezas magníficas. Y a fe que no defrauda:
La novedad de este año es un calendario completo que se puede ajustar en ambas direcciones en “caja de escuela”, que es la forma de caja que solían utilizar los alumnos de relojería para realizar su “proyecto de fin de carrera”
En contraposición al cada vez más omnipresente oro rosa, Ferrier ha decidido sacar su oro amarillo “arena de desierto”
Y como buen artesano detrás de su negocio, atiende a sus clientes personalmente
Una parada para comer y...
La sorpresa que dije al principio: Van Cleef & Arpels (que no se comercializa en España) es una casa con una larga tradición joyera capaz de hacer sombra a la mismísima Cartier. Normalmente presentaba piezas “poéticas” casi siempre con movimientos autómatas que, si bien eran (son) técnicamente admirables, en la parte emocional me dejaban -a mí- más bien frío. Pero hete aquí que este año se descuelgan no con dos sino hasta tres piezas que me han sorprendido agradablemente.
La primera es un planetario con Sol central, y Marte, Venus y una Tierra alrededor de la cual gira una Luna de diamante. Basado en un reloj de Christian Van der Klaauv, juran que su movimiento se ha hecho in-house desde cero. Además da la hora, gracias a la estrella-cometa en su perímetro más exterior, que marca la hora y los cuartos con un solo indicador.
El desarrollo explicado en una maqueta
Y la trasera
Es para señora (en principio...) y tiene una versión que haría enloquecer a más de una MDD (con todo respeto)
La segunda es un GMT retrógrado y horas saltantes que no hace falta explicar: “hora de aquí y de allá”, todo dicho
Finalmente, la aplicación de “tecnología” ajena a la relojería: un cristal de cuarzo piezoeléctrico capaz de enemder las luces de la constelación al presionar un pulsadory que no interfiere para nada con el movimiento mecánico del reloj. Esfera esmaltada “Gran Feu” en un azul indescriptible
Y bueno, voy a dejar para mañana el resto...
Saludos desde -todavía- Ginebra