Hola Katuk. Me alegro de que finalmente quedaras convencida.
Por si te sirve de algo, yo también he tenido una "mala" experiencia con mi Chopin, pero no ha sido culpa de nadie, sino mía.
Te cuento: la compré en el CI de León hace ya... casi 6 años! (Lo sé porque hace poco encontré su caja original con libro, garantía y fecha, después de un traslado a Madrid hace tiempo)
Lo cierto es que siempre pensé, ignorante de mi, que era un punto M por el grosor del trazo en comparación con otros.
Ahora que he encontrado la caja, he comprobado que aún guardaba pegada a ella la pegatina dorada que venía con la pluma y que indica que tengo un F.
Y es que en MB no indican cuál es el grosor del plumín, sino que le ponen la pegatina después de pulirlo a mano y ver "cómo les ha quedao"...
No me desagradaba del todo pero siempre pensé que me había pasado y claro, después de tanto tiempo, cambiar el plumín tiene un coste de más de 100€!
Total, que ha estado la pobre muy parada en estos años.
Hace unos meses se cruzó en mi vida este foro y la afición se retomó (bueno, me capturó)
Me animé a limpiar a fondo la pluma, desmontar el conjunto plumín/alimentador, posibles aceites, alineado, etc., pero el resultado no fue muy bueno. La pluma estaba como la patena, todo colocado en su sitio pero no acabada de escribir... cómo decirlo... tan suave como otras. Algo rascaba y no sabía qué porque no recordaba que lo hiciera antes.
Como soy un culo inquieto (no tienes más que leer otro post mío de hoy mismo) he dejado abandonada mi Chopin esperando el momento en que mi lucidez diera con la solución... hasta hoy:
Por fin, tras fijarme mucho, me di cuenta de que el rascado no era cosa del iridio. Incluso probé a suavizarlo como dicen en algunos posts por aquí y nada. Era cosa de los gavilanes. Cuando me decidí a tocarlos con la uña, me dí cuenta de que al desalinearlos adrede, tendían a rozar uno contra otro, incluso a quedarse casi montados. Claro, que al posar el plumín sobre el papel, se volvían a alinear inmediatamente, pero al escribir y desplazar el trazo lateralmente, como el ángulo no fuera exacto, uno subía un pelín más que el otro y rascado al canto.
La solución ha sido sencilla una vez identificado el problema. Limpieza, desmontaje, y abrir un poco los gavilanes, pero no a base de apretar el plumín sobre el papel provocando su separación, sino disminuir (sólo con apretar un poco, casi sólo con intención) la curvatura natural del plumín, hasta comprobar que los gavilanes dejaban de rozar. También he pasado un fino papel entre ellos para comprobar que no había ningún rastro que provocara la fricción.
Al montar otra vez el conjunto en el barrilete (perdón si no se dice así) la presión hace que todo quede firmemente sujeto (en las MB entra a presión, no a rosca como en Pelikan) pero antes de cargarla de tinta comprobé una vez más que los gavilanes seguían sin rozar entre ellos y... voilá!
Ahora estoy comprobando que ese ligerísimo toque no ha afectado en nada al grosor del trazo.
La suavidad en la escritura ahora es TOTAL, sin punto de comparación.
Para terminar, decirte que yo también soy de la opinión de que el F de MB es bastante más grueso que el de Pelikan por ejemplo, pero como otros compañeros dicen (y así he aprendido) ese extra de grosor me premite disfrutar de un trazo más suelto y una tinta más fluída que influye en la expresividad de mi letra.
En fin, que también en mi caso tengo un final feliz con mi Montblanc Chopin 145 después de mucho tiempo... y todo gracias al aprendizaje en este foro.
A veces se trata sólo de ajustes mínimos y muy simples. No aconsejo que todo el mundo se lance a intentar solucionarlo por uno mismo, mejor tratar con los profesionales, pero creo que si lo haces con sumo cuidado y sabiendo, se puede disfrutar muchos años de una excelente pluma como esta e incluso, solucionar casi cualquier problema y recuperar esas sensaciones que ahora tienes/tenemos.
Un placer conocerte.
