JESUSM
Milpostista
Sin verificar
Lo encontré hace tiempo en la tienda de un amigo, en El Rastro de Madrid, y he hecho unas fotos para que lo veáis.
Es un reloj para hacer rondas de vigilancia. Debió utilizarse en los años 20-50 del siglo pasado a juzgar por las marcas de ajustes-arreglos que tiene en la tapa y que van desde 1929 hasta 1953.
Como se aprecia a simple vista, la caja es de acero, pesada, sólida, resistente y con señales evidentes de uso.
Una de las llaves es para dar cuerda y la otra para abrirlo. Aquí lo tenéis.
El mecanismo es muy sencillo. Se da cuerda al reloj (más o menos carga 30 - 40 horas), y se inserta un disco horario de papel que va girando en el interior. El que veis es evidentemente casero, pero permite ver cómo funciona.
Este es el lateral. En la foto se aprecia el hueco donde se mete la llave que lo abre y un poco más abajo, el hueco para otra llave que, al girar, hace una marca en el borde del papel. Aquí se ven las marcas que son distintas dependiendo de las llaves.
Las llaves estaban ubicadas en distintas habitaciones o lugares por los que el vigilante debía pasar.
El reloj se llevaba colgado, y se fichaba en cada uno de esos lugares, de modo que en el papel quedaba constancia de dónde y a qué hora se había estado, en función del registro que dejaba cada llave en el disco.
Al término de la ronda se entregaba el disco de papel al jefe, y a casita después.
Y una última curiosidad. Para evitar que el interesado pudiera manipular el disco -abrir el reloj y atrasar o adelantar la hora- hay una cuchilla que corta el papel cada vez que la tapa se abre (la veis en la tapa, abajo a la izquierda) de modo que se veía si el reloj había sido abierto. Hay que ver lo que ha pensado siempre la patronal...
Y aquí una última foto del invento.
Muy práctico, como veis. Yo, por ejemplo, lo uso todos los fines de semana en casa. Cuando me toca hacer camas y recoger la cocina. Me levanto, cojo el trapo, y ficho, así luego no hay problema con central.
Es un reloj para hacer rondas de vigilancia. Debió utilizarse en los años 20-50 del siglo pasado a juzgar por las marcas de ajustes-arreglos que tiene en la tapa y que van desde 1929 hasta 1953.
Como se aprecia a simple vista, la caja es de acero, pesada, sólida, resistente y con señales evidentes de uso.
Una de las llaves es para dar cuerda y la otra para abrirlo. Aquí lo tenéis.
El mecanismo es muy sencillo. Se da cuerda al reloj (más o menos carga 30 - 40 horas), y se inserta un disco horario de papel que va girando en el interior. El que veis es evidentemente casero, pero permite ver cómo funciona.
Este es el lateral. En la foto se aprecia el hueco donde se mete la llave que lo abre y un poco más abajo, el hueco para otra llave que, al girar, hace una marca en el borde del papel. Aquí se ven las marcas que son distintas dependiendo de las llaves.
Las llaves estaban ubicadas en distintas habitaciones o lugares por los que el vigilante debía pasar.
El reloj se llevaba colgado, y se fichaba en cada uno de esos lugares, de modo que en el papel quedaba constancia de dónde y a qué hora se había estado, en función del registro que dejaba cada llave en el disco.
Al término de la ronda se entregaba el disco de papel al jefe, y a casita después.
Y una última curiosidad. Para evitar que el interesado pudiera manipular el disco -abrir el reloj y atrasar o adelantar la hora- hay una cuchilla que corta el papel cada vez que la tapa se abre (la veis en la tapa, abajo a la izquierda) de modo que se veía si el reloj había sido abierto. Hay que ver lo que ha pensado siempre la patronal...
Y aquí una última foto del invento.
Muy práctico, como veis. Yo, por ejemplo, lo uso todos los fines de semana en casa. Cuando me toca hacer camas y recoger la cocina. Me levanto, cojo el trapo, y ficho, así luego no hay problema con central.