Jose Claudio
Forer@ Senior
Sin verificar
Hacía tiempo - bastante- que no veía cine. Películas sí, y muy entretenidas, pero viendo Cold War te das cuenta de que hace tiempo que no ves cine, ese cine imposible ver en la tele o aún menos en el ordenador o en el teléfono: en blanco y negro, con encuadre 4:3; con un relato preciso, sin florituras, obligado por un metraje medido; con unos actores capaces de transmitir sus sentimientos de forma tan exquisita e intensa como ajustada; con una banda sonora sin deperdicio, llena de emoción, que se constituye en una protagonista más y con una fotografía de las que ya no se hacen, con la cámara justo donde tiene que estar y el encuadre exacto para el acompañar el relato.
Todo eso al servicio de una historia de amor, desgarradora, llena de pasión y de dolor, entre dos personajes muy distintos en su personalidad, en su historia, en su posición en el mundo, pero rodeados de la misma Polonia opresiva de la guerra fría y del estalinismo soviético.
Todo a la altura, cuidado al milímetro, sin que nada desentone, para narrar esa historia de amor imposible pero llena de sensibilidad, de humanidad, de grandeza y de miseria.
Si te gusta en Cine, con mayúscula, es de obligada visión.
No te arrepentirás.
Todo eso al servicio de una historia de amor, desgarradora, llena de pasión y de dolor, entre dos personajes muy distintos en su personalidad, en su historia, en su posición en el mundo, pero rodeados de la misma Polonia opresiva de la guerra fría y del estalinismo soviético.
Todo a la altura, cuidado al milímetro, sin que nada desentone, para narrar esa historia de amor imposible pero llena de sensibilidad, de humanidad, de grandeza y de miseria.
Si te gusta en Cine, con mayúscula, es de obligada visión.
No te arrepentirás.
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