En realidad, yo creo que sí.
Lo llevaba así porque iba más cómodo... y como estaba podrido de pasta, le importaba un comino el "qué dirán", para lo que suele ser necesario no tener nada que perder, o no tener nada que ganar.
Y es algo más que habitual. No es casualidad que los "referentes de elegancia" del dandysmo inglés hayan sido, tradicionalmente, personajes de alcurnia. Hay dos razones para ello: la primera, que si no es alguien previamente conocido, ya puede ir de verde fosforito, que la gente no se va a enterar; la segunda es que su posición "le permite" hacerlo. Si el último lord del condado de menos renta de Inglaterra (aunque sea lord) se permite recibir en bata, es un mindundi, probablemente arruinado y seguramente sin criterio; si lo hace el Príncipe de Gales, es el colmo del refinamiento y la "smoking jacket" se convierte en el "must" para las recepciones de tarde.
Posteriormente, esas "figuras de autoridad" dejan de ser el Príncipe de Gales o el Duque de Kent y, con una clase media creciente y la explosión del cinematógrafo, pasan a ser las estrellas del mundo del espectáculo; Fred Astaire, Cary Grant o... Sergio Ramos. Para otros, personalidades del mundo de la banca o la industria, en función de los referentes que busque cada cual.