eufrasia
De la casa
Sin verificar
//no se si se puede, pero estaba mirando aquella peli con ferrer sobre la vida de toulouse-lautrec, y me salio esto, si no les gusta lo borran y tan amigos
//Yo siempre pasaba por Albi, la autopista que va a parar a Toulouse pasa por Albi, se ven las antiguas casas señoriales, la nobleza del sur engalanada, la campiña que pinto Vincent, el aire de la tragedia de estos tipos
Toulouse se deslizaba por las calles como un torso con rueditas, pasaba como una sombra y dejaba su huella en las paredes, portales, en los edificios siniestros, en el aire de la miseria y de la grandeza del alma de Francia
Tantos movimientos vio en el aire, tanto batir de brazos, de palmas, de piernas, de esperanza, de asombro de enormes barrigas asombradas, de danza, de canciones, como un hombre a los cuerpos pegoteados en los muros de Francia
Y Marie, sentada en el pont neuf, la pobre figura reclinada, la pobre miseria reflejada en la cinta majestuosa, la pobre soledad abandonada, la pobre sombra encaramada, suspendida en el aire de muerte postergada
Pobre Toulouse, de la mirada vertida en aquella pintura, del aire tremebundo de Marie en aquel retrato, no le quedo ni el aliento de la muerta recordada, ni el timido vapor del alma por la boca, de la pobre vida de Marie
//Yo siempre pasaba por Albi, la autopista que va a parar a Toulouse pasa por Albi, se ven las antiguas casas señoriales, la nobleza del sur engalanada, la campiña que pinto Vincent, el aire de la tragedia de estos tipos
Toulouse se deslizaba por las calles como un torso con rueditas, pasaba como una sombra y dejaba su huella en las paredes, portales, en los edificios siniestros, en el aire de la miseria y de la grandeza del alma de Francia
Tantos movimientos vio en el aire, tanto batir de brazos, de palmas, de piernas, de esperanza, de asombro de enormes barrigas asombradas, de danza, de canciones, como un hombre a los cuerpos pegoteados en los muros de Francia
Y Marie, sentada en el pont neuf, la pobre figura reclinada, la pobre miseria reflejada en la cinta majestuosa, la pobre soledad abandonada, la pobre sombra encaramada, suspendida en el aire de muerte postergada
Pobre Toulouse, de la mirada vertida en aquella pintura, del aire tremebundo de Marie en aquel retrato, no le quedo ni el aliento de la muerta recordada, ni el timido vapor del alma por la boca, de la pobre vida de Marie