Es que el cuarzo es tan cómodo... Pongo una foto de los tres últimos relojes que he adquirido (sin contar un Ray II para la playa que sólo me pongo en ésta):
Sin remontarnos excesivamente en el tiempo, después del Junghans de cuarzo que nos regaló mi padre a finales de los 90, y que murió tras llevarlo a una relojería del ECI, compré un Casio Waveceptor que no había manera de que sincronizara, seguramente por mi inexperiencia e impaciencia; luego mi mujer me regaló un Sandoz manual esqueletizado que me cargué forzando la cuerda. Por eso la siguiente compra tenía tres premisas básicas: Sin pila, sin cuerda, y sin radiocontrol, así que cuando se puso a tiro un Citizen NightHawk Eco-Drive, fue mi reloj durante los siguientes 11 años, hasta que partió rosca de corona.
Desde entonces he ido probando diferentes tipos de movimiento respetando las premisas básicas mencionadas, aunque con cierta flexibilidad.
Empezando por un Seiko Premier Kinetic Perpetual (a la derecha de la foto). Un magnífico reloj que no necesita cambio de pila ni ajuste del día del mes mientras viva; aunque siendo un cuarzo estándar sí que necesita ponerse en hora de vez en cuando, normalmente coincidiendo con el cambio de horario entre verano e invierno, es decir un par de veces al año.
Después conseguí un Orient Ray II, automático, que uso como reloj playero. Esto me metió el veneno por los automáticos, por lo que adquirí un Seiko Presage Edición Limitada 2018, un reloj precioso y delgado que tiene una maquinaria usada por Credor en su día y que me sirve como reloj casi formal y medio casual, aunque no es ninguna de las dos cosas y se aproxima al concepto deportivo de acero pero menos, ya que no tiene lumen. En fin, para ir guapo y pintón va de perlas.
Pero hete aquí que, menos en mis años mozos, siempre he llevado cuarzos, mucho más precisos que los automáticos y que necesitan menos atención, así que, y respetando las tres premisas, tenía que encontrar otro tipo de solución. En buen brete me había metido porque ya inconscientemente rechazaba el tener que ajustar la hora periódicamente. Ojo, esto no quiere decir que rechace los mecánicos, y tengo un ojo puesto en algunos mecánicos de Seiko, además de algún alemán o suizo, mis gustos son amplios. Lo que quiero decir es que no me importa coger un reloj parado, echarlo a andar, ajustar fecha y hora y ponérmelo; pero no tener que estar comprobando si el error acumulado es aún tolerable o ha llegado la hora de ajustar la hora de nuevo: No quiero estar pendiente del reloj y tener la duda de si atrasa u minuto o cinco, algo que me ha ocurrido este último año y que ha quedado patente cuando he empezado a usar una aplicación para controlar su marcha. No en mi reloj habitual.
Pues con estos mimbres he tenido que tejer el cesto, así que descartando pilas, radiocontrol (y cuerda manual, obviamente), sólo quedaban dos soluciones: HAQ o GPS. HAQ solares no hay, al menos no asequibles para mí hasta que Citizen baje el precio del calibre 0100, y las pilas las había descartado, así que al radamante fueron Precidrive (Certina) y los VHP (Longines) junto con los 9F (Grand Seiko). Así que sólo quedaron los GPS.
Casio, Citizen, Seiko: Tres marcas con buenos relojes GPS, pero Casio no sé por qué no me llamaba. Citizen, maravillosos GPS pero con una estética más deportiva de lo que quería. Seiko, más de mi gusto pero enormes hasta la salida de los 5X, y tampoco los modelos de titanio me terminaban de convencer.
Salieron los 5X de acero y supe que era mi reloj: GPS lo suficientemente bueno, carga solar idem (sabiendo que Citizen es mejor en ambas tecnologías, pero bueno...), estética viejuna/vintage/"sesententera", cómodos. Lo tenían todo. Al principio quería el modelo 50 Aniversario por las agujas rectas, pero luego me gustaron los dos modelos de color acero, y al final me he quedado el primero con su recubrimiento negro y su bisel cerámico de 50 facetas.
Y aquí termino este tocho, porque mi narración está perdiendo fuerza y yo ya estoy cansado.
Gracias por leer, ya en otro momento hablaré más del reloj en sí, en vez de hacerlo sobre lo que no es.