Respondiendo a la pregunta inicial, diré que yo no me planteo (a día de hoy) tope máximo al valor de las piezas que tengo. Pero lo que sí me planteo es la forma en la que voy aumentando ese valor total. Me explico. Si decido comprar relojes de un precio menor (por favor, no confundir con valor), me permito hacerlo con más frecuencia y sin mucha planificación. Lo veo, me gusta y lo compro. Pero si en algún momento decido ir a por una pieza de "caza mayor", y aunque ya disponga de antemano de la capacidad económica para hacerlo sin ponerme en apuros por ello, lo haré como una compra más reflexiva y procurando compensar el desembolso con algo de ahorro (y por tanto, posiblemente de tiempo) . Cierto es que podría compensarlo también con la venta de alguna pieza ya en mi haber, pero como ha dicho algún compañero antes, normalmente soy más de comprar y menos de vender. Actualmente tengo unas 21 o 22 piezas funcionales (tengo alguna más que ya murió por simple valor sentimental) y hasta la fecha no he vendido nunca ninguna. A muchos les parecerán demasiadas. A mí no. Uso casi todas, combinándolas con la ropa que me pongo, o lo que vaya a hacer en ese momento. Pero tampoco me agobio o tengo reparo alguno si tengo que dejarlas descansando en su caja más tiempo del habitual, porque ya simplemente admirarlas y deleitarme apreciando sus acabados, sus formas y colores, etc a mí me produce satisfacción y disfruto con ello.
Respecto a los precios unitarios de cada una, en mi caso puedo decir que creo son asequibles para cualquiera, pero todas las que hay están porque me gustan, que para mí es lo realmente importante, independientemente de que sean más baratas o más caras. Es más, muchas veces me planteo si realmente me merece la pena los precios que se pagan por algunos de los modelos "premium" más habituales de las que tanto se habla por aquí. Y no digo que no lo valgan. Porque en el precio no solo se incluye el coste de los materiales, el fabricación y distribución o el de la garantía. También se incluye el de intangibles como la historia y/o la "nacionalidad" de la compañía (de esto también habría mucho que discutir) o del prestigio o la imagen de marca. Lo que digo es que para mí, no necesariamente me aportan más valor que cualquiera de las que ya tengo (o están en la wishlist) ya no doy tanta importancia a esos aspectos. Y es aquí donde quizás sí me autoimponga un límite.