C
Coop
Novat@
Sin verificar
En una época en la que estoy intentando aclararme sobre lo que quiero (y pueda permitirme) tener en mi caja de relojes, acabo comparando todo con el reloj que me devolvió el interés por estos objetos.
Fue el primer automático que compré, aunque no el único que he usado (en préstamo tuve durante la adolescencia otro Orient de mi padre y un Longines de mi abuelo, que en sendos casos he sido incapaz de identificar, dado que hace años que no tengo acceso a ellos). Y en su momento lo hice por la versatilidad que ofrecía a un precio "contenido".
Digo esto porque tenía muy claro (ahora ya no tanto) que mi primer automático debía ser adquirido en tienda física por la atención posventa y la gestión de la garantía. Me rebajaron 80 € del PVPR, y aún así acabé pagando casi el doble que alguno de los que he visto por aquí. No me quejo, la decisión la tomé yo y siempre me atendieron con la mayor dedicación. Desde un principio me enamoró y no me arrepiento de haberlo comprado, pero como casi todos los relojes tiene sus cosillas.
Del reloj me gusta, como he dicho, su polivalencia: por diámetro, altura, colores y diseño es bastante ponible en casi cualquier situación. Tiene elementos de diseño que recuerda a clásicos pero es lo suficientemente original para ser reconocible al instante; a algunos no les gusta el pulsador de cambio de fecha roscado a las 2, pero encuentro que le da personalidad sin hacerlo demasiado recargado. Y es un reloj que despierta cumplidos y curiosidad entre aficionados y no conocedores.
También es preciso, y mucho: durante casi el primer año completo se movió en parámetros COSC de fábrica, sin necesitar ajustes.
Por supuesto, tiene sus limitaciones: el calibre que trae no admite parada de segundero ni remonte manual, que son dos cosas que facilitan mucho la sincronización pero que en función de las características es más o menos útil, en particular el remonte manual: un reloj con corona tipo buceo debería dejarse con ésta desenroscada si va a estar guardado, para poder cargarlo a mano, y siempre me ha parecido que cuanto menos tiempo esté así un diver, mejor. Con reservas de marcha altas (Powermatic80 me viene ahora a la cabeza) no es una cuestión tan crítica, pero muchos fines de semana que salgo de viaje sin llevarme el Mako me lo encuentro parado y desfasado a la vuelta y hay que esperar al segundo justo para darle unos cuantos meneos.
Otra limitación es el cristal: es mineral, y por tanto menos frágil que el zafiro pero más propenso a arañazos y bocados con los golpes. En este sentido, tiene lógica que un reloj que esté preparado para un trato relativamente duro venga equipado así, y mucho más con un plexi, pero requiriendo cambios más frecuentes. Aunque evidentemente no es esta la razón por la que se puso, sino bajar los costes de producción.
Y una última limitación es el brazalete: tiene un buen equilibrio entre calidad y precio general del reloj, y en mi caso los endlinks han aguantado sin doblarse, no he tenido problemas de pellizcos con el vello y en general la comodidad es bastante alta, si bien el cierre, de chapa pero con un bonito y original acabado mate, sería mucho más cómodo de ser un poco más corto.
En cuanto a los defectos, van por el mismo lado.
El dial azul con ese brillo profundo enamora, pero se nota una ligera ondulación en el material alrededor del orificio de las agujas y junto a los índices aplicados.
El bisel, aunque mantiene una alineación perfecta con índices y anillo capitular, gira con cierta dureza, incluso tras varios años de uso.
El pulsador de cambio de fecha debería poder servir para ajustar tanto el día de la semana como el del mes, por ergonomía y lógica.
El cristal es demasiado susceptible a arañazos, mucho más que otros minerales. Y no hay manera de mantenerlo limpio, da igual cómo lo hagas.
El brazalete está bien, pero los pasadores son ultrafinos. Se doblan a la mínima ocasión, y sin requerir una fuerza excesiva. Y aunque puede parecer que los endlinks huecos son el problema, podría solucionarse si el eslabón central aceptara pasadores de diámetro estándar, cosa que no ocurre.
Y por este motivo, los pasadores, mi Mako ha dejado de ser aquel reloj que me ponía en cualquier ocasión y me llenaba los ojos, para ser uno más de los que van rotando: ha sufrido ya varias caídas, lo que le ha dejado marcas internas y externas. Para las primeras, ajustes cada cierto tiempo. Para las segundas no creo que me compense el gasto, pues supondría cristal y bisel y "YAQUE": "yaquestamos" le pongo zafiro, "yaquestamos" brazalete con endlinks sólidos, "yaquestamos" inserto cerámico... porque si no, en poco tiempo estaríamos en las mismas. Y para ese viaje, me quedo como estoy.
Y aún así, le he cogido cariño al bicho nipón .
Bueno, pues para aligerar este ladrillo de divagaciones, alguna imagen:
Aquí tras sufrir uno de sus varios accidentes.
Y aquí tras un cambio de vestuario. Se puede apreciar que ha llevado una vida dura de bici, playa y salidas sin fin.
Lo que sí tiene fin es este mensaje, y a los que habéis llegado al final, gracias por vuestra paciencia y dedicación. Un saludo, amigos aficionados.
Fue el primer automático que compré, aunque no el único que he usado (en préstamo tuve durante la adolescencia otro Orient de mi padre y un Longines de mi abuelo, que en sendos casos he sido incapaz de identificar, dado que hace años que no tengo acceso a ellos). Y en su momento lo hice por la versatilidad que ofrecía a un precio "contenido".
Digo esto porque tenía muy claro (ahora ya no tanto) que mi primer automático debía ser adquirido en tienda física por la atención posventa y la gestión de la garantía. Me rebajaron 80 € del PVPR, y aún así acabé pagando casi el doble que alguno de los que he visto por aquí. No me quejo, la decisión la tomé yo y siempre me atendieron con la mayor dedicación. Desde un principio me enamoró y no me arrepiento de haberlo comprado, pero como casi todos los relojes tiene sus cosillas.
Del reloj me gusta, como he dicho, su polivalencia: por diámetro, altura, colores y diseño es bastante ponible en casi cualquier situación. Tiene elementos de diseño que recuerda a clásicos pero es lo suficientemente original para ser reconocible al instante; a algunos no les gusta el pulsador de cambio de fecha roscado a las 2, pero encuentro que le da personalidad sin hacerlo demasiado recargado. Y es un reloj que despierta cumplidos y curiosidad entre aficionados y no conocedores.
También es preciso, y mucho: durante casi el primer año completo se movió en parámetros COSC de fábrica, sin necesitar ajustes.
Por supuesto, tiene sus limitaciones: el calibre que trae no admite parada de segundero ni remonte manual, que son dos cosas que facilitan mucho la sincronización pero que en función de las características es más o menos útil, en particular el remonte manual: un reloj con corona tipo buceo debería dejarse con ésta desenroscada si va a estar guardado, para poder cargarlo a mano, y siempre me ha parecido que cuanto menos tiempo esté así un diver, mejor. Con reservas de marcha altas (Powermatic80 me viene ahora a la cabeza) no es una cuestión tan crítica, pero muchos fines de semana que salgo de viaje sin llevarme el Mako me lo encuentro parado y desfasado a la vuelta y hay que esperar al segundo justo para darle unos cuantos meneos.
Otra limitación es el cristal: es mineral, y por tanto menos frágil que el zafiro pero más propenso a arañazos y bocados con los golpes. En este sentido, tiene lógica que un reloj que esté preparado para un trato relativamente duro venga equipado así, y mucho más con un plexi, pero requiriendo cambios más frecuentes. Aunque evidentemente no es esta la razón por la que se puso, sino bajar los costes de producción.
Y una última limitación es el brazalete: tiene un buen equilibrio entre calidad y precio general del reloj, y en mi caso los endlinks han aguantado sin doblarse, no he tenido problemas de pellizcos con el vello y en general la comodidad es bastante alta, si bien el cierre, de chapa pero con un bonito y original acabado mate, sería mucho más cómodo de ser un poco más corto.
En cuanto a los defectos, van por el mismo lado.
El dial azul con ese brillo profundo enamora, pero se nota una ligera ondulación en el material alrededor del orificio de las agujas y junto a los índices aplicados.
El bisel, aunque mantiene una alineación perfecta con índices y anillo capitular, gira con cierta dureza, incluso tras varios años de uso.
El pulsador de cambio de fecha debería poder servir para ajustar tanto el día de la semana como el del mes, por ergonomía y lógica.
El cristal es demasiado susceptible a arañazos, mucho más que otros minerales. Y no hay manera de mantenerlo limpio, da igual cómo lo hagas.
El brazalete está bien, pero los pasadores son ultrafinos. Se doblan a la mínima ocasión, y sin requerir una fuerza excesiva. Y aunque puede parecer que los endlinks huecos son el problema, podría solucionarse si el eslabón central aceptara pasadores de diámetro estándar, cosa que no ocurre.
Y por este motivo, los pasadores, mi Mako ha dejado de ser aquel reloj que me ponía en cualquier ocasión y me llenaba los ojos, para ser uno más de los que van rotando: ha sufrido ya varias caídas, lo que le ha dejado marcas internas y externas. Para las primeras, ajustes cada cierto tiempo. Para las segundas no creo que me compense el gasto, pues supondría cristal y bisel y "YAQUE": "yaquestamos" le pongo zafiro, "yaquestamos" brazalete con endlinks sólidos, "yaquestamos" inserto cerámico... porque si no, en poco tiempo estaríamos en las mismas. Y para ese viaje, me quedo como estoy.
Y aún así, le he cogido cariño al bicho nipón .
Bueno, pues para aligerar este ladrillo de divagaciones, alguna imagen:
Aquí tras sufrir uno de sus varios accidentes.
Y aquí tras un cambio de vestuario. Se puede apreciar que ha llevado una vida dura de bici, playa y salidas sin fin.
Lo que sí tiene fin es este mensaje, y a los que habéis llegado al final, gracias por vuestra paciencia y dedicación. Un saludo, amigos aficionados.