Charlino
Habitual
Sin verificar
Buenos días compañeros, os presento los relojes elegidos para celebrar mi 50 Cumpleaños, que no se cumplen todos los días. Tenían que ser lo bastante especiales para la ocasión, y ambos han cumplido con creces, son relojes muy especiales para mí. Seguro que más de uno se imaginaba que el gato montés que puse en el hilo de diario era el Casio Rangeman, pero lo de las calas del mar despistaba bastante más. El Citizen Silver Leaf Lacquer no es un diver, pero su preciosa esfera azul a lo que más me recuerda es a esas calas.
El Casio me ha parecido perfecto para celebrar mis 50 años y los 50 años de los relojes de la marca, una de las más importantes de mi vida, como buen niño de los 70 y 80 que fui. Aunque el Rangeman sea un reloj ya veterano y más que conocido, sigue siendo un relojazo en toda regla, con lo mejor de los G-Shock y de los Pro-Trek en uno, totalmente autónomo como a mí me gusta, con todas sus funciones y equipamiento disponibles sin necesidad de conectarlo a nada, y con un diseño y calidad que se sale de lo común. El clásico Master of G Rangeman 9400 además para mí es una novedad, nunca había visto ni tocado ninguno, y ahora me parece la elección perfecta para todo lo que quería celebrar con él. Por si fuera poco, ha sido el regalo de mi mujer, así que este Casio es triplemente especial.
El Citizen es uno de los relojes que más me habían llamado la atención últimamente. Un reloj de una manufactura prestigiosa y todopoderosa, con una caja de un acero endurecido de más calidad que el habitual, y mecanizada y terminada de forma exquisita, con un excelente calibre decorado, fiable y preciso, latiendo a 28.800 alternancias/h, con muy buen tacto al dar cuerda manual y mover las agujas y un funcionamiento intachable, y con una esfera única en cada ejemplar gracias al proceso con pan de plata, pigmentación y lacado, podría ser un reloj de edición limitada y bastante caro, pero por suerte hay marcas como Citizen capaces de hacer estas cosas sin pedir demasiado. El Citizen NB1060-12L Silver Leaf Lacquer es un reloj elegante, muy refinado, de calidad y que da bastante sensación de llevar algo exclusivo en la muñeca, porque realmente lo es. No hay dos esferas iguales.
Después de mucho esperar, al llegar 2024 me decepcionó un poco Casio con la forma de celebrar el 50 Aniversario de sus relojes. Nací el mismo año que los relojes Casio, 1974, y llevaba tiempo esperando a ver qué sacaba Casio para celebrar sus 50 años. Orient y Seiko celebraron hace poco sus 70 y 140 aniversarios, y lo hicieron muy bien, con varios modelos de distintos segmentos de precio, reediciones de clásicos y modelos nuevos, con colores y detalles en común pero para todos los gustos y bolsillos; así se celebra un aniversario, con todos los aficionados que quieran. Pero Casio sacó un solo modelo, un Casiotron que en principio me gustó, era uno de los que yo esperaba, pero un Casiotron en edición limitada y caro, aparte de otras consideraciones. Desaparecieron muy rápido y fueron carne de especuladores. No es que no me gustase el reloj, pero esperaba otra cosa, y sobre todo más cosas. Luego Casio ha sacado para el verano otros modelos, alguno muy bonito como el serie 5000 de bisel azul, pero creo que precisamente una marca como Casio debería haber celebrado su aniversario también con modelos económicos, con Casio Collection del tipo del F-91, los A-159 o A-164, 168, etc, o los Royale, los W-59 o W-800, relojes sencillos pero duros, muy atractivos e icónicos de la marca y con una inmejorable relación calidad-precio, como los que han disfrutado millones de personas, de cualquier poder adquisitivo, y muchos niños, en todo el mundo gracias a Casio durante estas cinco décadas. Con colores especiales por los 50 años y alguna leyenda conmemorativa en la tapa trasera o en la carátula. Cinco modelos, uno por cada década, un Casiotron algo más económico, un Marlin digital clásico, un G-Shock, uno tipo F-91 y un Edifice, por ejemplo, en ediciones especiales bonitas y con leyendas alusivas a los 50 años. Y luego si quieres, por ejemplo, un MRG impresionante y carísimo para celebrarlo por todo lo alto y demostrar el potencial de la marca. Pero solo un Casiotron de 500 euros en edición limitada y que se terminó revendiendo por más de 1000 y 2000 euros...Una pena.
El caso es que el 50 Aniversario de los Casio coincide con el mío propio, y en primavera seguía esperando a ver si la marca sacaba otras cosas, pero se me ocurrió que lo celebraría yo a mi manera, y pensando en un Casio muy especial para celebrar ambas cosas me decidí por fin por este Master of G impresionante, que por unos motivos u otros seguía sin tener. Que si ya tengo varios G's, que si el tamaño, que si ya tengo Pro-Trek con los mismos sensores,...Pero siempre pensando que el G-Shock GW-9400 Rangeman debía ser un Casio impresionante y que tenía que tenerlo para coronar mi grupo de G-Shock, y ha sido la ocasión perfecta.
Me encanta el Gato y su sonrisilla de malote enseñando su brújula con la garra abierta. Es un relojazo, transmite una sensación de calidad más alta de lo normal en sus gomas, en el tacto y sensación al pulsar los botones, ¡qué botones!, en todo, tiene una funcionalidad excelente, aparte de un equipamiento impresionante, se ve mucho más bonito que en fotos, pero además mi duda con el tamaño era, como me pasó antes con el Pro-Trek PRG-340 y con algunos G-Shock, injustificada. En las fotos de internet y viendo las medidas, siempre parecen demasiado grandes, pero en la realidad y visto en la muñeca, teniendo en cuenta el tipo de relojes que son, suelen quedar muy bien. Este Casio Rangeman se ve un relojazo potente y superior, pero en cierto modo se ve hasta "compacto" y muy bien encajado en la muñeca, dentro de su imponente presencia. Sí da la sensación de que llevas un G-Shock de gama alta, mejor de lo normal, tanto al mirarlo como al tocarlo, pulsar los botones, oírlo, usarlo. Funcionalmente me parece una pasada, para los que estamos acostumbrados a los Casio, se maneja sin mirar el manual y nada más estrenarlo parece que lo conoces de toda la vida, lo cual es increíble con la cantidad de pantallas, funciones y cosas que tiene. Y yo soy de los que usan todas las funciones. Este reloj va sobrado de ellas, vienen a ser las mismas que las del Pro-Trek PRG-340, también con el sensor V3, que presenté en el subforo G-Force de esta casa el año pasado, pero con alguna sorpresa adicional como el cronógrafo directo desde la pantalla principal de la hora con solo pulsar el botón de abajo a la derecha. También es diferente la forma de acceder a las funciones de sensores, barómetro con termómetro, altímetro y brújula; pero no es una desventaja con respecto a los Pro-Trek no tener un botón específico para cada una de esas funciones, porque el gran pulsador de acero central del Gato está muy bien hecho, es de tacto perfecto y sensación de solidez y efectividad, acompañado por unos bips de confirmación perfectos. Para mí el agrado de uso es total, hasta el punto de acceder a estas funciones a veces solo por el gusto de pulsar este botón.
Ya lo he usado bastante en distintos entornos y es un placer de reloj, una maravilla, un verdadero tanque pero de mucha calidad y muy cómodo.
Para mí, en contra, solo lo de siempre con los G-Shock, que los repuestos de biseles y correas no sean más baratos y fáciles de comprar, pero todo lo demás de este reloj me encanta. Además ahora que está recién estrenado, le queda mucho por delante para preocuparme por los repuestos. Podía sonar un poco más alto, tener la fecha un poquito más grande, pero no son defectos, solo por decir que no es perfecto al 100%, sino al 99%. El principal problema que le veía, el tamaño excesivo, no existe (al menos en mi muñeca entre 17,5 y 18 cm y según mi punto de vista), y la calidad extra que yo quería encontrar en este reloj, está. Además del aura de ser ya un auténtico clásico de la marca para siempre.
Me encanta la trasera con su gato salvaje con brújula, un detalle precioso de los Master of G que le da personalidad al reloj; aquí con unos colegas, aunque estos eran domésticos y pasaban bastante de nosotros...
Y creo que poco más hay que presentar al Rangeman, con infinidad de fotos, videos, artículos y opiniones sobre este icono de los Master of G ya veterano.
El Citizen NB1060-12L Silver Leaf Lacquer no es lógicamente tan conocido, es un modelo con solo dos años y se fabrica únicamente para el mercado interno japonés. Por eso me extenderé un poco más enseñándolo, motivo por el cual encabeza el título de esta doble presentación. Me lo he puesto evidentemente también mucho desde el estreno, casi todos los días. Es un reloj muy cómodo con sus 38,2mm de diámetro y 12mm de alto, no mucho a pesar de su zafiro abombado. Su legibilidad es perfecta por el contraste entre el azul de la esfera y las bonitas agujas plateadas de estilo clásico y tamaño perfecto, y la limpieza de su esfera con unos preciosos índices aplicados, dobles a las doce y más gruesos a las 3, 6 y 9 que los demás. Me gusta mucho el equilibrio entre clasicismo y modernidad de este reloj, con el estilo de reloj japonés clásico tan reconocible, y a la vez con la frescura que le da esta esfera tan original y tan interesante. Me gusta mucho este tipo de reloj y tengo varios, pero con la esfera que tiene este no te repites, no sientes que tengas nada parecido, es único. Además de otros detalles que siempre marcan diferencias, aunque al que no es relojista le parezcan todos iguales.
Es verano y hace calor, se suda y se estropean las correas de piel. El reloj no tiene brazalete de acero, trae una correa firmada Citizen de piel de becerro azul con un elegante cierre desplegable con decoración perlada, muy flexible y muy cómoda, que le queda perfecta. Como quiero que se conserve bien para otoño-invierno, le compré una correa de piel alternativa, casi del mismo tono de azul, más barata, y la perlón azul oscuro que se ve en varias fotos, que de momento es la que más estoy usando. Cómoda, fresca, práctica y no se estropea en verano. El reloj queda también muy elegante con ella. Aunque el tamaño entre asas es de 19mm y la perlón es de 20, queda bien por su flexibilidad. La correa de piel sí he tenido que buscarla en 19mm, pero ya no es tan problemático encontrarlas como hace años, incluso en el color exacto que se busca, hay mil sitios donde comprar y a todos los precios.
Esta esfera es increíble, no había visto nunca nada igual, ni parecido. Otros Citizen Silver Leaf Lacquer, también preciosos, con esferas elaboradas con este proceso más o menos artesanal, recuerdan a la textura y color de un capullo de seda, o al musgo, o a una piedra de pizarra con líquenes. Este mismo NB1060 pero el modelo con esfera blanca o plateada, dicen que a veces se parece al mármol, a veces a los Seiko Copo de Nieve. A mí esta esfera del mío me recuerda a esas calas del mar, de agua azul con manchas más oscuras y a veces un poco verdosas, como las de las fotos que puse en el hilo del reloj diario. Visto al natural y con las variaciones en los tonos según le da la luz, el reloj me recuerda mucho a eso. Por eso también me ha gustado mucho para verano este Citizen. Es una esfera que no te cansas de mirar; casi siempre se ve azul, con su patrón único de distintos tonos; se suele ver de un azul más bien oscuro, con sus variaciones y su degradado, pero cuando le da el sol o una luz directa estalla en tonos vivos y distintos, normalmente también azules pero a veces un poco verdosos; sus manchas siempre están en su sitio, pero a veces no lo parece porque se pueden ver más o menos, según se gira la muñeca, según la luz, según el ángulo. A cierta distancia, a la que se le mira normalmente, me recuerda a esas calas marinas que decía,
También cuando aparecen los tonos verdosos al mover el reloj, que le dan más riqueza visual aún a estas esferas tan especiales y únicas.
La profundidad y variedad de colores lograda es un placer para la vista. Observada muy de cerca, con lupa o con objetivos macro, los matices de esta esfera son muchos y distintos por su elaboración con pan de plata y su pigmentación. Aparecen también matices en tonos ocre, rojizos, algo que no se aprecia normalmente. El lacado que lo cubre todo le da un brillo muy bonito.
Pero no es solo la artesanía del pan de plata y la laca, también los apliques y las agujas están muy bien elaborados y son de calidad. Sin estridencias, porque a pesar de que los colores de su esfera pueden llegar a ser espectaculares, es un típico reloj japonés de elegancia minimalista. Como decía, los apliques dan mucha sensación de calidad, son discretamente facetados, y son finos y altos, como pequeños lingotes de plata flotando sobre la esfera, esa sensación que da el estar aplicados sobre la laca que la cubre. Igualmente son muy bonitas las agujas dauphine, de apariencia sencilla, sin lumen, pero con dos caras, una satinada y otra pulida a espejo, que aumentan la legibilidad y la sensación de calidad del reloj. En la esfera no hay más inscripciones que la marca y una discreta leyenda a las seis que indica que el reloj es automático. Es una esfera limpia y elegante. La pequeña leyenda AUTOMATIC pintada en blanco sobre la laca, también parece flotar sobre la esfera igual que los apliques de la marca y las horas.
Este modelo es relativamente reciente, Citizen lo presentó en 2022. El mío se fabricó en diciembre del 23, solo cinco meses y pico antes de llegar a casa. El calibre sin embargo es un calibre bastante probado. El Citizen 9011 es un calibre mecánico de cuerda automática y manual de gama media, que late a 28.800 alternancias por hora, con 24 rubís y el antichoque Para Shock de Citizen de siempre. Está decorado en su puente tres cuartos y el puente del volante con côtes de Genève e inscripciones doradas, y un rotor calado de diseño propio de Citizen, para distinguirlo del mismo calibre cuando es el Miyota 9015 que se monta en otras marcas de relojes. Lógicamente no es un calibre de alta relojería, pero por la estructura de los calibres Citizen-Miyota, con su gran puente cubriendo el sistema automático, rodaje y escape, todo al mismo nivel, y en este caso la decoración de los mismos puentes y su rotor esqueleto exclusivo de los Citizen, todo con letras doradas, resulta bonito y elegante, de aspecto algo más refinado que los de otras marcas de la competencia. Lo mejor, la impresionante precisión que tiene mi ejemplar. Es un calibre con un margen de fábrica de +20/-10 segundos al día, lo que ya está algo mejor que lo que ofrecen calibres de la competencia, pero había leído que además vienen bien ajustados de fábrica, y en el caso de mi ejemplar desde luego es verdad. En la primera semana completa de uso continuado, marchó sin desvío alguno durante cinco días, y terminó con + 1 segundo en total a los siete días, tras haber bajado un poco las horas de uso. Ya se sabe que los relojes mecánicos varían la marcha con los cambios de estación, de temperatura, los golpecitos, con el tiempo, etc..., pero no está nada mal, está claro que es un calibre preciso y que venía bien ajustado. El resto de los días que lo he usado sigue muy preciso, ya tengo curiosidad por ver cómo va en otoño e invierno, pero me da que va a ir muy bien aunque varíe algo. Por lo demás, la cuerda manual es suavísima y con su corona bastante larga y con muy buen estriado para un buen agarre, es un placer cargarlo; el tacto al girar las agujas es perfecto, todo funciona como debe en un reloj de calidad. La corona, por cierto, no está firmada, como ocurre en otros Citizen de gama media y alta. Es un tema de Citizen que no entiendo, gusta ver las coronas firmadas, y más en relojes de cierta categoría, pero a veces las marcas hacen cosas raras, te dan mucho, más de lo que esperas, en otras cosas, y en un detalle como este no ponen la guinda. Quizá la marca no ha encontrado una firma tan atractiva como otras, como la de Seiko con su S o la de Certina u Omega con sus logos. Hay Citizen Promaster firmados con el logotipo Promaster, y los The Citizen tienen las coronas firmadas con su logotipo del águila con las alas abiertas. Hay Citizen de gama baja incluso firmados con las letras CTZ, desde hace más de medio siglo. Aunque esta última firma no me parece muy bonita ni elegante precisamente. Quizá a Citizen le falta una forma elegante de firmar un reloj como este y otros Citizen de vestir. No lo sé, no debe ser tan complicado para una marca que hace las cosas tan bien. Podían poner una C en cursiva que quedase bonita, como la S de Seiko. Bueno, se le puede perdonar a cambio de todo lo demás que tiene el reloj, desde luego.
En torno al calibre, en la tapa trasera se pueden leer algunas de las características importantes del reloj. Cristal de zafiro, además antireflejo por supuesto y con una bonita forma abombada que realza el clasicismo del reloj, una resistencia al agua de 100M, que es lo mejor que se puede esperar en un reloj de este tipo, y el tratamiento Duratect, propio de Citizen, de endurecimiento del acero contra los arañazos. Es un conjunto de características que no todos los relojes de su segmento de precio tienen. Además se indica que está fabricado en Japón. No es solo belleza y esfera lo que tiene este reloj.
Un detalle curioso del funcionamiento es lo mucho y rápido que gira el rotor cuando lo hace sin cargar. Ya se sabe que son calibres de carga unidireccional. Pero es curioso cómo, con cualquier simple movimiento del brazo, se oye levemente girar muy rápido durante varios segundos el rotor, y a veces se siente incluso en la muñeca. Es algo conocido y comentado de este calibre, no es un problema, y a mí me gusta, le da carácter al reloj y me gusta sentir un poco el rotor. El sonido por otra parte es muy leve, al más mínimo ruido ambiente, ni se oye. La reserva de marcha algo corta comparado con lo que se va montando en los relojes hoy día sería el único pero que podría ponérsele al calibre. Según el fabricante es de 42 horas, aunque en realidad como es habitual es algo más, no recuerdo exactamente, pero creo que en las pruebas que le hice cuando llegó a casa hizo más de 45 horas, quizá 47 horas reales de reserva de marcha, lo que no está mal. Es un 28.800 alternancias, con esa misma frecuencia el Seiko 6R27 llega a 45 horas de cuerda según el fabricante y a 50 horas probadas en mi ejemplar. El veterano eta 2824-2 tiene alrededor de 40 horas de reserva, 38 según el fabricante pero algo más en realidad. Después de todo, con su frecuencia alta, el Citizen 9011 no está mal de autonomía con casi dos días completos de reserva de marcha en la práctica.
La decoración se agradece en un reloj con fondo visto. Creo que merece la pena ver el calibre. Además de sus côtes de Genève y leyendas doradas, la propia estructura de estos calibres con un solo puente tres cuartos cubriendo gran parte del movimiento en el mismo plano, hace que sea un calibre agradable de ver. El esqueletizado del rotor también contribuye. No le vas a pedir leyendas de ajustado en cinco posiciones y temperatura, ni grabados a mano en el puente del volante, ni puentes biselados a mano, para eso están los relojes de 50.000 euros, pero no hace falta, es un calibre agradable que también hace de este Citizen un buen reloj y a mí me gusta verlo.
La caja también está a la altura. El acero es de calidad, está muy bien mecanizado y el tratamiento Duratect hará que el reloj se conserve mejor durante más tiempo. Este mecanizado tan perfecto, el tratamiento especial de endurecimiento, y la gran calidad de pulidos a espejo y cepillados finos y suaves como la seda, todo cuesta tiempo y dinero en la fabricación de un reloj. No se puede dar más de lo que da Citizen, podría ser a mucho más precio. La caja es elegante por su tamaño, pero también por sus lineas suaves y por los acabados finos que tiene. El perfil es elegante y no es alto a pesar del cristal abombado, también muy bonito.
Se echa de menos la firma en la corona, pero se puede pensar quizá que lo hacen por acentuar la elegancia minimalista del reloj. O por clasicismo. Yo preferiría que estuviese firmada, pero se le puede perdonar por la buena factura de la caja y los acabados que tiene. La proporción de pulido a espejo y cepillado es muy equilibrada y las transiciones entre esas partes son perfectas, incluso visto con lupa o en macro, supera en esto a algunos relojes de la competencia que a primera vista parecen igual de bien hechos, pero muy de cerca no tienen acabados tan buenos.
La esfera es la protagonista del reloj, pero la caja está a la altura esperada, de calidad, bien hecha y elegante.
Al igual que mi 50 Cumpleaños ha coincidido con el 50 Aniversario de los relojes Casio, también ha coincidido que hace 100 años de los primeros relojes con el nombre Citizen. Esta empresa empezó en 1918, pero en 1924 empezaron a utilizar el nombre Citizen, que poco después quedó definitivamente como marca de la manufactura. Este hecho se está celebrando en 2024 con algunos The Citizen en ediciones limitadas impresionantes, y es otro buen motivo para haberme regalado un buen Citizen por mis 50 años cumplidos.
Gracias por leer y ver, espero que os haya gustado ver mis relojes y os haya entretenido el reportaje.
¡Buen fin de semana!
El Casio me ha parecido perfecto para celebrar mis 50 años y los 50 años de los relojes de la marca, una de las más importantes de mi vida, como buen niño de los 70 y 80 que fui. Aunque el Rangeman sea un reloj ya veterano y más que conocido, sigue siendo un relojazo en toda regla, con lo mejor de los G-Shock y de los Pro-Trek en uno, totalmente autónomo como a mí me gusta, con todas sus funciones y equipamiento disponibles sin necesidad de conectarlo a nada, y con un diseño y calidad que se sale de lo común. El clásico Master of G Rangeman 9400 además para mí es una novedad, nunca había visto ni tocado ninguno, y ahora me parece la elección perfecta para todo lo que quería celebrar con él. Por si fuera poco, ha sido el regalo de mi mujer, así que este Casio es triplemente especial.
El Citizen es uno de los relojes que más me habían llamado la atención últimamente. Un reloj de una manufactura prestigiosa y todopoderosa, con una caja de un acero endurecido de más calidad que el habitual, y mecanizada y terminada de forma exquisita, con un excelente calibre decorado, fiable y preciso, latiendo a 28.800 alternancias/h, con muy buen tacto al dar cuerda manual y mover las agujas y un funcionamiento intachable, y con una esfera única en cada ejemplar gracias al proceso con pan de plata, pigmentación y lacado, podría ser un reloj de edición limitada y bastante caro, pero por suerte hay marcas como Citizen capaces de hacer estas cosas sin pedir demasiado. El Citizen NB1060-12L Silver Leaf Lacquer es un reloj elegante, muy refinado, de calidad y que da bastante sensación de llevar algo exclusivo en la muñeca, porque realmente lo es. No hay dos esferas iguales.
Después de mucho esperar, al llegar 2024 me decepcionó un poco Casio con la forma de celebrar el 50 Aniversario de sus relojes. Nací el mismo año que los relojes Casio, 1974, y llevaba tiempo esperando a ver qué sacaba Casio para celebrar sus 50 años. Orient y Seiko celebraron hace poco sus 70 y 140 aniversarios, y lo hicieron muy bien, con varios modelos de distintos segmentos de precio, reediciones de clásicos y modelos nuevos, con colores y detalles en común pero para todos los gustos y bolsillos; así se celebra un aniversario, con todos los aficionados que quieran. Pero Casio sacó un solo modelo, un Casiotron que en principio me gustó, era uno de los que yo esperaba, pero un Casiotron en edición limitada y caro, aparte de otras consideraciones. Desaparecieron muy rápido y fueron carne de especuladores. No es que no me gustase el reloj, pero esperaba otra cosa, y sobre todo más cosas. Luego Casio ha sacado para el verano otros modelos, alguno muy bonito como el serie 5000 de bisel azul, pero creo que precisamente una marca como Casio debería haber celebrado su aniversario también con modelos económicos, con Casio Collection del tipo del F-91, los A-159 o A-164, 168, etc, o los Royale, los W-59 o W-800, relojes sencillos pero duros, muy atractivos e icónicos de la marca y con una inmejorable relación calidad-precio, como los que han disfrutado millones de personas, de cualquier poder adquisitivo, y muchos niños, en todo el mundo gracias a Casio durante estas cinco décadas. Con colores especiales por los 50 años y alguna leyenda conmemorativa en la tapa trasera o en la carátula. Cinco modelos, uno por cada década, un Casiotron algo más económico, un Marlin digital clásico, un G-Shock, uno tipo F-91 y un Edifice, por ejemplo, en ediciones especiales bonitas y con leyendas alusivas a los 50 años. Y luego si quieres, por ejemplo, un MRG impresionante y carísimo para celebrarlo por todo lo alto y demostrar el potencial de la marca. Pero solo un Casiotron de 500 euros en edición limitada y que se terminó revendiendo por más de 1000 y 2000 euros...Una pena.
El caso es que el 50 Aniversario de los Casio coincide con el mío propio, y en primavera seguía esperando a ver si la marca sacaba otras cosas, pero se me ocurrió que lo celebraría yo a mi manera, y pensando en un Casio muy especial para celebrar ambas cosas me decidí por fin por este Master of G impresionante, que por unos motivos u otros seguía sin tener. Que si ya tengo varios G's, que si el tamaño, que si ya tengo Pro-Trek con los mismos sensores,...Pero siempre pensando que el G-Shock GW-9400 Rangeman debía ser un Casio impresionante y que tenía que tenerlo para coronar mi grupo de G-Shock, y ha sido la ocasión perfecta.
Me encanta el Gato y su sonrisilla de malote enseñando su brújula con la garra abierta. Es un relojazo, transmite una sensación de calidad más alta de lo normal en sus gomas, en el tacto y sensación al pulsar los botones, ¡qué botones!, en todo, tiene una funcionalidad excelente, aparte de un equipamiento impresionante, se ve mucho más bonito que en fotos, pero además mi duda con el tamaño era, como me pasó antes con el Pro-Trek PRG-340 y con algunos G-Shock, injustificada. En las fotos de internet y viendo las medidas, siempre parecen demasiado grandes, pero en la realidad y visto en la muñeca, teniendo en cuenta el tipo de relojes que son, suelen quedar muy bien. Este Casio Rangeman se ve un relojazo potente y superior, pero en cierto modo se ve hasta "compacto" y muy bien encajado en la muñeca, dentro de su imponente presencia. Sí da la sensación de que llevas un G-Shock de gama alta, mejor de lo normal, tanto al mirarlo como al tocarlo, pulsar los botones, oírlo, usarlo. Funcionalmente me parece una pasada, para los que estamos acostumbrados a los Casio, se maneja sin mirar el manual y nada más estrenarlo parece que lo conoces de toda la vida, lo cual es increíble con la cantidad de pantallas, funciones y cosas que tiene. Y yo soy de los que usan todas las funciones. Este reloj va sobrado de ellas, vienen a ser las mismas que las del Pro-Trek PRG-340, también con el sensor V3, que presenté en el subforo G-Force de esta casa el año pasado, pero con alguna sorpresa adicional como el cronógrafo directo desde la pantalla principal de la hora con solo pulsar el botón de abajo a la derecha. También es diferente la forma de acceder a las funciones de sensores, barómetro con termómetro, altímetro y brújula; pero no es una desventaja con respecto a los Pro-Trek no tener un botón específico para cada una de esas funciones, porque el gran pulsador de acero central del Gato está muy bien hecho, es de tacto perfecto y sensación de solidez y efectividad, acompañado por unos bips de confirmación perfectos. Para mí el agrado de uso es total, hasta el punto de acceder a estas funciones a veces solo por el gusto de pulsar este botón.
Ya lo he usado bastante en distintos entornos y es un placer de reloj, una maravilla, un verdadero tanque pero de mucha calidad y muy cómodo.
Para mí, en contra, solo lo de siempre con los G-Shock, que los repuestos de biseles y correas no sean más baratos y fáciles de comprar, pero todo lo demás de este reloj me encanta. Además ahora que está recién estrenado, le queda mucho por delante para preocuparme por los repuestos. Podía sonar un poco más alto, tener la fecha un poquito más grande, pero no son defectos, solo por decir que no es perfecto al 100%, sino al 99%. El principal problema que le veía, el tamaño excesivo, no existe (al menos en mi muñeca entre 17,5 y 18 cm y según mi punto de vista), y la calidad extra que yo quería encontrar en este reloj, está. Además del aura de ser ya un auténtico clásico de la marca para siempre.
Me encanta la trasera con su gato salvaje con brújula, un detalle precioso de los Master of G que le da personalidad al reloj; aquí con unos colegas, aunque estos eran domésticos y pasaban bastante de nosotros...
Y creo que poco más hay que presentar al Rangeman, con infinidad de fotos, videos, artículos y opiniones sobre este icono de los Master of G ya veterano.
El Citizen NB1060-12L Silver Leaf Lacquer no es lógicamente tan conocido, es un modelo con solo dos años y se fabrica únicamente para el mercado interno japonés. Por eso me extenderé un poco más enseñándolo, motivo por el cual encabeza el título de esta doble presentación. Me lo he puesto evidentemente también mucho desde el estreno, casi todos los días. Es un reloj muy cómodo con sus 38,2mm de diámetro y 12mm de alto, no mucho a pesar de su zafiro abombado. Su legibilidad es perfecta por el contraste entre el azul de la esfera y las bonitas agujas plateadas de estilo clásico y tamaño perfecto, y la limpieza de su esfera con unos preciosos índices aplicados, dobles a las doce y más gruesos a las 3, 6 y 9 que los demás. Me gusta mucho el equilibrio entre clasicismo y modernidad de este reloj, con el estilo de reloj japonés clásico tan reconocible, y a la vez con la frescura que le da esta esfera tan original y tan interesante. Me gusta mucho este tipo de reloj y tengo varios, pero con la esfera que tiene este no te repites, no sientes que tengas nada parecido, es único. Además de otros detalles que siempre marcan diferencias, aunque al que no es relojista le parezcan todos iguales.
Es verano y hace calor, se suda y se estropean las correas de piel. El reloj no tiene brazalete de acero, trae una correa firmada Citizen de piel de becerro azul con un elegante cierre desplegable con decoración perlada, muy flexible y muy cómoda, que le queda perfecta. Como quiero que se conserve bien para otoño-invierno, le compré una correa de piel alternativa, casi del mismo tono de azul, más barata, y la perlón azul oscuro que se ve en varias fotos, que de momento es la que más estoy usando. Cómoda, fresca, práctica y no se estropea en verano. El reloj queda también muy elegante con ella. Aunque el tamaño entre asas es de 19mm y la perlón es de 20, queda bien por su flexibilidad. La correa de piel sí he tenido que buscarla en 19mm, pero ya no es tan problemático encontrarlas como hace años, incluso en el color exacto que se busca, hay mil sitios donde comprar y a todos los precios.
Esta esfera es increíble, no había visto nunca nada igual, ni parecido. Otros Citizen Silver Leaf Lacquer, también preciosos, con esferas elaboradas con este proceso más o menos artesanal, recuerdan a la textura y color de un capullo de seda, o al musgo, o a una piedra de pizarra con líquenes. Este mismo NB1060 pero el modelo con esfera blanca o plateada, dicen que a veces se parece al mármol, a veces a los Seiko Copo de Nieve. A mí esta esfera del mío me recuerda a esas calas del mar, de agua azul con manchas más oscuras y a veces un poco verdosas, como las de las fotos que puse en el hilo del reloj diario. Visto al natural y con las variaciones en los tonos según le da la luz, el reloj me recuerda mucho a eso. Por eso también me ha gustado mucho para verano este Citizen. Es una esfera que no te cansas de mirar; casi siempre se ve azul, con su patrón único de distintos tonos; se suele ver de un azul más bien oscuro, con sus variaciones y su degradado, pero cuando le da el sol o una luz directa estalla en tonos vivos y distintos, normalmente también azules pero a veces un poco verdosos; sus manchas siempre están en su sitio, pero a veces no lo parece porque se pueden ver más o menos, según se gira la muñeca, según la luz, según el ángulo. A cierta distancia, a la que se le mira normalmente, me recuerda a esas calas marinas que decía,
También cuando aparecen los tonos verdosos al mover el reloj, que le dan más riqueza visual aún a estas esferas tan especiales y únicas.
La profundidad y variedad de colores lograda es un placer para la vista. Observada muy de cerca, con lupa o con objetivos macro, los matices de esta esfera son muchos y distintos por su elaboración con pan de plata y su pigmentación. Aparecen también matices en tonos ocre, rojizos, algo que no se aprecia normalmente. El lacado que lo cubre todo le da un brillo muy bonito.
Pero no es solo la artesanía del pan de plata y la laca, también los apliques y las agujas están muy bien elaborados y son de calidad. Sin estridencias, porque a pesar de que los colores de su esfera pueden llegar a ser espectaculares, es un típico reloj japonés de elegancia minimalista. Como decía, los apliques dan mucha sensación de calidad, son discretamente facetados, y son finos y altos, como pequeños lingotes de plata flotando sobre la esfera, esa sensación que da el estar aplicados sobre la laca que la cubre. Igualmente son muy bonitas las agujas dauphine, de apariencia sencilla, sin lumen, pero con dos caras, una satinada y otra pulida a espejo, que aumentan la legibilidad y la sensación de calidad del reloj. En la esfera no hay más inscripciones que la marca y una discreta leyenda a las seis que indica que el reloj es automático. Es una esfera limpia y elegante. La pequeña leyenda AUTOMATIC pintada en blanco sobre la laca, también parece flotar sobre la esfera igual que los apliques de la marca y las horas.
Este modelo es relativamente reciente, Citizen lo presentó en 2022. El mío se fabricó en diciembre del 23, solo cinco meses y pico antes de llegar a casa. El calibre sin embargo es un calibre bastante probado. El Citizen 9011 es un calibre mecánico de cuerda automática y manual de gama media, que late a 28.800 alternancias por hora, con 24 rubís y el antichoque Para Shock de Citizen de siempre. Está decorado en su puente tres cuartos y el puente del volante con côtes de Genève e inscripciones doradas, y un rotor calado de diseño propio de Citizen, para distinguirlo del mismo calibre cuando es el Miyota 9015 que se monta en otras marcas de relojes. Lógicamente no es un calibre de alta relojería, pero por la estructura de los calibres Citizen-Miyota, con su gran puente cubriendo el sistema automático, rodaje y escape, todo al mismo nivel, y en este caso la decoración de los mismos puentes y su rotor esqueleto exclusivo de los Citizen, todo con letras doradas, resulta bonito y elegante, de aspecto algo más refinado que los de otras marcas de la competencia. Lo mejor, la impresionante precisión que tiene mi ejemplar. Es un calibre con un margen de fábrica de +20/-10 segundos al día, lo que ya está algo mejor que lo que ofrecen calibres de la competencia, pero había leído que además vienen bien ajustados de fábrica, y en el caso de mi ejemplar desde luego es verdad. En la primera semana completa de uso continuado, marchó sin desvío alguno durante cinco días, y terminó con + 1 segundo en total a los siete días, tras haber bajado un poco las horas de uso. Ya se sabe que los relojes mecánicos varían la marcha con los cambios de estación, de temperatura, los golpecitos, con el tiempo, etc..., pero no está nada mal, está claro que es un calibre preciso y que venía bien ajustado. El resto de los días que lo he usado sigue muy preciso, ya tengo curiosidad por ver cómo va en otoño e invierno, pero me da que va a ir muy bien aunque varíe algo. Por lo demás, la cuerda manual es suavísima y con su corona bastante larga y con muy buen estriado para un buen agarre, es un placer cargarlo; el tacto al girar las agujas es perfecto, todo funciona como debe en un reloj de calidad. La corona, por cierto, no está firmada, como ocurre en otros Citizen de gama media y alta. Es un tema de Citizen que no entiendo, gusta ver las coronas firmadas, y más en relojes de cierta categoría, pero a veces las marcas hacen cosas raras, te dan mucho, más de lo que esperas, en otras cosas, y en un detalle como este no ponen la guinda. Quizá la marca no ha encontrado una firma tan atractiva como otras, como la de Seiko con su S o la de Certina u Omega con sus logos. Hay Citizen Promaster firmados con el logotipo Promaster, y los The Citizen tienen las coronas firmadas con su logotipo del águila con las alas abiertas. Hay Citizen de gama baja incluso firmados con las letras CTZ, desde hace más de medio siglo. Aunque esta última firma no me parece muy bonita ni elegante precisamente. Quizá a Citizen le falta una forma elegante de firmar un reloj como este y otros Citizen de vestir. No lo sé, no debe ser tan complicado para una marca que hace las cosas tan bien. Podían poner una C en cursiva que quedase bonita, como la S de Seiko. Bueno, se le puede perdonar a cambio de todo lo demás que tiene el reloj, desde luego.
En torno al calibre, en la tapa trasera se pueden leer algunas de las características importantes del reloj. Cristal de zafiro, además antireflejo por supuesto y con una bonita forma abombada que realza el clasicismo del reloj, una resistencia al agua de 100M, que es lo mejor que se puede esperar en un reloj de este tipo, y el tratamiento Duratect, propio de Citizen, de endurecimiento del acero contra los arañazos. Es un conjunto de características que no todos los relojes de su segmento de precio tienen. Además se indica que está fabricado en Japón. No es solo belleza y esfera lo que tiene este reloj.
Un detalle curioso del funcionamiento es lo mucho y rápido que gira el rotor cuando lo hace sin cargar. Ya se sabe que son calibres de carga unidireccional. Pero es curioso cómo, con cualquier simple movimiento del brazo, se oye levemente girar muy rápido durante varios segundos el rotor, y a veces se siente incluso en la muñeca. Es algo conocido y comentado de este calibre, no es un problema, y a mí me gusta, le da carácter al reloj y me gusta sentir un poco el rotor. El sonido por otra parte es muy leve, al más mínimo ruido ambiente, ni se oye. La reserva de marcha algo corta comparado con lo que se va montando en los relojes hoy día sería el único pero que podría ponérsele al calibre. Según el fabricante es de 42 horas, aunque en realidad como es habitual es algo más, no recuerdo exactamente, pero creo que en las pruebas que le hice cuando llegó a casa hizo más de 45 horas, quizá 47 horas reales de reserva de marcha, lo que no está mal. Es un 28.800 alternancias, con esa misma frecuencia el Seiko 6R27 llega a 45 horas de cuerda según el fabricante y a 50 horas probadas en mi ejemplar. El veterano eta 2824-2 tiene alrededor de 40 horas de reserva, 38 según el fabricante pero algo más en realidad. Después de todo, con su frecuencia alta, el Citizen 9011 no está mal de autonomía con casi dos días completos de reserva de marcha en la práctica.
La decoración se agradece en un reloj con fondo visto. Creo que merece la pena ver el calibre. Además de sus côtes de Genève y leyendas doradas, la propia estructura de estos calibres con un solo puente tres cuartos cubriendo gran parte del movimiento en el mismo plano, hace que sea un calibre agradable de ver. El esqueletizado del rotor también contribuye. No le vas a pedir leyendas de ajustado en cinco posiciones y temperatura, ni grabados a mano en el puente del volante, ni puentes biselados a mano, para eso están los relojes de 50.000 euros, pero no hace falta, es un calibre agradable que también hace de este Citizen un buen reloj y a mí me gusta verlo.
La caja también está a la altura. El acero es de calidad, está muy bien mecanizado y el tratamiento Duratect hará que el reloj se conserve mejor durante más tiempo. Este mecanizado tan perfecto, el tratamiento especial de endurecimiento, y la gran calidad de pulidos a espejo y cepillados finos y suaves como la seda, todo cuesta tiempo y dinero en la fabricación de un reloj. No se puede dar más de lo que da Citizen, podría ser a mucho más precio. La caja es elegante por su tamaño, pero también por sus lineas suaves y por los acabados finos que tiene. El perfil es elegante y no es alto a pesar del cristal abombado, también muy bonito.
Se echa de menos la firma en la corona, pero se puede pensar quizá que lo hacen por acentuar la elegancia minimalista del reloj. O por clasicismo. Yo preferiría que estuviese firmada, pero se le puede perdonar por la buena factura de la caja y los acabados que tiene. La proporción de pulido a espejo y cepillado es muy equilibrada y las transiciones entre esas partes son perfectas, incluso visto con lupa o en macro, supera en esto a algunos relojes de la competencia que a primera vista parecen igual de bien hechos, pero muy de cerca no tienen acabados tan buenos.
La esfera es la protagonista del reloj, pero la caja está a la altura esperada, de calidad, bien hecha y elegante.
Al igual que mi 50 Cumpleaños ha coincidido con el 50 Aniversario de los relojes Casio, también ha coincidido que hace 100 años de los primeros relojes con el nombre Citizen. Esta empresa empezó en 1918, pero en 1924 empezaron a utilizar el nombre Citizen, que poco después quedó definitivamente como marca de la manufactura. Este hecho se está celebrando en 2024 con algunos The Citizen en ediciones limitadas impresionantes, y es otro buen motivo para haberme regalado un buen Citizen por mis 50 años cumplidos.
Gracias por leer y ver, espero que os haya gustado ver mis relojes y os haya entretenido el reportaje.
¡Buen fin de semana!
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