napilut
Habitual
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Buenas familia,
Ahora que llevo un poquito en este agujero con todos vosotros y voy ganando experiencia veo que mis gustos y mis preferencias cambian.
Una de las cosas que me hicieron meterme en esta locura es la mecánica de los relojes. Estos pequeños movimientos con más o menos complicados que dan vida a nuestros relojes siempre me han atraído muchísimo.
Ahora que llevo un tiempo y los movimientos básicos de Sellita, Miyota, ETA, Seiko son más o menos todos iguales con los mismos acabados; me veo prefiriendo un milímetro menos de altura en la caja que una trasera a la vista. Incluso he llegado a descartar relojes o decir: “no vale la pena enseñar eso”.
Pero ahora, viendo mi primer reloj, he recordado lo ilusionado que estaba de que tuviera ese movimiento a la vista. En ese momento me parecía impresionante y no paraba de mirarlo. Y fue una de las características que me hicieron caer en este vicio.
Así que os animo a no caer en la tentación de comparar estos movimientos sencillos con lo que nos puede ofrecer un Patek Philippe, un Jaeger-LeCoultre o un Grand Seiko, y critiquemos diciendo que no vale la pena que estén a la vista. Porque seguramente ese reloj en manos de ciertas personas, puede ser una maravilla poder ver el mecanismo y despertar una afición.
Ahora que llevo un poquito en este agujero con todos vosotros y voy ganando experiencia veo que mis gustos y mis preferencias cambian.
Una de las cosas que me hicieron meterme en esta locura es la mecánica de los relojes. Estos pequeños movimientos con más o menos complicados que dan vida a nuestros relojes siempre me han atraído muchísimo.
Ahora que llevo un tiempo y los movimientos básicos de Sellita, Miyota, ETA, Seiko son más o menos todos iguales con los mismos acabados; me veo prefiriendo un milímetro menos de altura en la caja que una trasera a la vista. Incluso he llegado a descartar relojes o decir: “no vale la pena enseñar eso”.
Pero ahora, viendo mi primer reloj, he recordado lo ilusionado que estaba de que tuviera ese movimiento a la vista. En ese momento me parecía impresionante y no paraba de mirarlo. Y fue una de las características que me hicieron caer en este vicio.
Así que os animo a no caer en la tentación de comparar estos movimientos sencillos con lo que nos puede ofrecer un Patek Philippe, un Jaeger-LeCoultre o un Grand Seiko, y critiquemos diciendo que no vale la pena que estén a la vista. Porque seguramente ese reloj en manos de ciertas personas, puede ser una maravilla poder ver el mecanismo y despertar una afición.