Goldoff
Administrador de RE
Tripulación
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Vale, lo admito: el título es un clicbait de libro
Pero ya que he logrado captar vuestra atención, os cuento.
Hace unos días recibí un comunicado de prensa anunciando la toma de una importante participación de Patek Philippe en lo que supongo era su principal proveedor de engastado de gemas en sus relojes. Y digo "era" porque da la sensación de que, aunque no lo afirme con todas las letras, más que una participación importante es la mayoría de acciones de cara a una futura absorción total.
Salanitro, fundada hace ya tres décadas por su actual CEO, Pierre Salanitro, que "sólo" tiene 56 años, trabaja para las marcas más importantes, tanto en joyería como en relojería (unas 80), y cuenta con los certificados Chain of Custody" (CoC) y "Code of Practice" (CoP). Originalmente conocida por su destreza en el engastado de diamantes, con los años ha ampliado su oferta al diseño de componentes como cajas y brazaletes, así como al engastado y terminación de los mismos.
¿Y qué tiene que ver todo esto con Frederique Constant, Sellita y Rolex?
Empecemos por el final. Al igual que Rolex -que también es considerada manufactura por los más puristas- históricamente Patek ha preferido comprar/absorber proveedores antes que crear departamentos internos para según qué necesidades. Así, del mismo modo que compra amistosamente a Salanitro, también compró en su tiempo a su proveedor de esferas Fluckiger, fundada en 1860 y propiedad de Patek Philippe desde 2004.
Para los que no lo sepan: el motivo de que los brazaletes de los Tissot vintage (y de tantísimas otras marcas) marcados Gay Fréres sean tan apreciados -y más allá de su calidad intrínseca, que es mucha- es porque Rolex compró ¡en 1998! ese fabricante que hasta entonces era su proveedor. Poco antes, y bajo la batuta de Patrick Heiniger (director general de Rolex) se había hecho con Beyeler (esferas) y Boninchi (coronas, las de remontuar).
Y ya puestos, ¿sabías que el fabricante de los "calibres de manufactura" Rolex no era Rolex? Su proveedor era Aegler, que en la década de los 30 del siglo pasado firmó un acuerdo para ser el proveedor exclusivo de Rolex. De hecho, pasó a llamarse “Manufactre des Montres Rolex SA“, pero siguió en manos de la familia Aegler/Borer hasta el fallecimiento del patriarca, en 2004, cuando, ahora sí, Rolex pudo hacerse con todas las acciones de la empresa que llevaba su nombre pero que todavía no era suya. Se dice que pagó más de 1000 millones de francos suizos, aunque tratándose de Rolex nunca sabremos eso a ciencia cierta.
(1929. Lo de Gruen es para otro día)
La otra faceta tiene que ver con los hijos.
¿Qué? Pues que Pierre Salanitro ya sabe que sus hijos no van a continuar con el negocio. Y esto es un verdadero quebradero de cabeza para los que saben lo que cuesta levantar una empresa. Según el dicho popular, el abuelo la funda, el hijo la hace grande y el nieto la dilapida. El problema añadido es que a veces algunos se saltan la etapa intermedia...
Frederique Constant es una marca de éxito fundada en 1992 en Ginebra por una pareja de holandeses recién llegados de Hong Kong, que habían empezado a hacer sus pinitos en horología y que, como buenos ejecutivos de marketing, sabían que si querían ser tomados en serio tenían que estar basados en Suiza. Apasionante historia la de los Stas (que no es una abreviatura sino su apellido). Después de 30 años trabajando incansablemente para hacer de la marca lo que es, llegaron a la conclusión de que sus hijos no compartían su pasión. Que querían labrarse su propio futuro y que no iban a seguir con el negocio. Y antes de perder años y salud tratando de convencerles tomaron la decisión de vender: desde hace cinco años Frederique Constant pertenece a Citizen, y su futuro está más que asegurado.
Algo parecido nos contó Miguel García, de Sellita. "He llegado donde estoy por vocación, pero sobre todo por mi mentalidad de obrero: como no sé si voy a tener segunda oportunidad, siempre me he esforzado mucho para salir adelante a la primera. No veo ese espíritu en mis hijos (la mayor, de 30 años, ya hace su propia vida en Londres) y no quiero obligarles a seguir determinados estudios para heredar esto". Viéndole en persona uno sabe que todavía le queda mucha cuerda (pun intended), pero ese comentario es toda una declaración de intenciones o, por lo menos, que tiene claras las cosas.
No sé qué va a ocurrir con Patek, empresa igualmente familiar. Al parecer, el mayor de los hijos de Thierry Stern, el actual presidente, ha mostrado interés en los entresijos de la manufactura. Nada haría más feliza su padre, que al asumir el cargo ha tenido que desmentir en varias ocasiones que tenga intención de vender. El tiempo dirá.
Rolex es el único que nunca ha tenido que preocuparse por esto: Hans Wilsdorf no tuvo hijos.
Pero ya que he logrado captar vuestra atención, os cuento.
Hace unos días recibí un comunicado de prensa anunciando la toma de una importante participación de Patek Philippe en lo que supongo era su principal proveedor de engastado de gemas en sus relojes. Y digo "era" porque da la sensación de que, aunque no lo afirme con todas las letras, más que una participación importante es la mayoría de acciones de cara a una futura absorción total.
Salanitro, fundada hace ya tres décadas por su actual CEO, Pierre Salanitro, que "sólo" tiene 56 años, trabaja para las marcas más importantes, tanto en joyería como en relojería (unas 80), y cuenta con los certificados Chain of Custody" (CoC) y "Code of Practice" (CoP). Originalmente conocida por su destreza en el engastado de diamantes, con los años ha ampliado su oferta al diseño de componentes como cajas y brazaletes, así como al engastado y terminación de los mismos.
¿Y qué tiene que ver todo esto con Frederique Constant, Sellita y Rolex?
Empecemos por el final. Al igual que Rolex -que también es considerada manufactura por los más puristas- históricamente Patek ha preferido comprar/absorber proveedores antes que crear departamentos internos para según qué necesidades. Así, del mismo modo que compra amistosamente a Salanitro, también compró en su tiempo a su proveedor de esferas Fluckiger, fundada en 1860 y propiedad de Patek Philippe desde 2004.
Fluckiger, las esferas de Patek Philippe -
“Nunca un Patek Philippe es del todo suyo. Suyo es el placer de custodiarlo hasta la próxima generación” es, tal vez, el mejor slogan publicitario en la historia de la relojería. Como todo lo que hace Patek Philippe, que no sólo tiene la excelencia por bandera sino que trata de…
relojes-especiales.com
Para los que no lo sepan: el motivo de que los brazaletes de los Tissot vintage (y de tantísimas otras marcas) marcados Gay Fréres sean tan apreciados -y más allá de su calidad intrínseca, que es mucha- es porque Rolex compró ¡en 1998! ese fabricante que hasta entonces era su proveedor. Poco antes, y bajo la batuta de Patrick Heiniger (director general de Rolex) se había hecho con Beyeler (esferas) y Boninchi (coronas, las de remontuar).
Y ya puestos, ¿sabías que el fabricante de los "calibres de manufactura" Rolex no era Rolex? Su proveedor era Aegler, que en la década de los 30 del siglo pasado firmó un acuerdo para ser el proveedor exclusivo de Rolex. De hecho, pasó a llamarse “Manufactre des Montres Rolex SA“, pero siguió en manos de la familia Aegler/Borer hasta el fallecimiento del patriarca, en 2004, cuando, ahora sí, Rolex pudo hacerse con todas las acciones de la empresa que llevaba su nombre pero que todavía no era suya. Se dice que pagó más de 1000 millones de francos suizos, aunque tratándose de Rolex nunca sabremos eso a ciencia cierta.
(1929. Lo de Gruen es para otro día)
La otra faceta tiene que ver con los hijos.
¿Qué? Pues que Pierre Salanitro ya sabe que sus hijos no van a continuar con el negocio. Y esto es un verdadero quebradero de cabeza para los que saben lo que cuesta levantar una empresa. Según el dicho popular, el abuelo la funda, el hijo la hace grande y el nieto la dilapida. El problema añadido es que a veces algunos se saltan la etapa intermedia...
Frederique Constant es una marca de éxito fundada en 1992 en Ginebra por una pareja de holandeses recién llegados de Hong Kong, que habían empezado a hacer sus pinitos en horología y que, como buenos ejecutivos de marketing, sabían que si querían ser tomados en serio tenían que estar basados en Suiza. Apasionante historia la de los Stas (que no es una abreviatura sino su apellido). Después de 30 años trabajando incansablemente para hacer de la marca lo que es, llegaron a la conclusión de que sus hijos no compartían su pasión. Que querían labrarse su propio futuro y que no iban a seguir con el negocio. Y antes de perder años y salud tratando de convencerles tomaron la decisión de vender: desde hace cinco años Frederique Constant pertenece a Citizen, y su futuro está más que asegurado.
Algo parecido nos contó Miguel García, de Sellita. "He llegado donde estoy por vocación, pero sobre todo por mi mentalidad de obrero: como no sé si voy a tener segunda oportunidad, siempre me he esforzado mucho para salir adelante a la primera. No veo ese espíritu en mis hijos (la mayor, de 30 años, ya hace su propia vida en Londres) y no quiero obligarles a seguir determinados estudios para heredar esto". Viéndole en persona uno sabe que todavía le queda mucha cuerda (pun intended), pero ese comentario es toda una declaración de intenciones o, por lo menos, que tiene claras las cosas.
No sé qué va a ocurrir con Patek, empresa igualmente familiar. Al parecer, el mayor de los hijos de Thierry Stern, el actual presidente, ha mostrado interés en los entresijos de la manufactura. Nada haría más feliza su padre, que al asumir el cargo ha tenido que desmentir en varias ocasiones que tenga intención de vender. El tiempo dirá.
Rolex es el único que nunca ha tenido que preocuparse por esto: Hans Wilsdorf no tuvo hijos.